(Lou)
Al fin el maldito juicio había acabado, ha sido difícil, pero al final hemos salido ganando el caso.
Empecé a recoger los papeles, tenía muchas ganas de llegar a casa y descansar, ya que el asunto de James había estado en mi cabeza todo el juicio y necesitaba pensar sobre lo ocurrido.
– Buen juicio, eres una gran abogada. –Alcé la cabeza y me encontré a Úrsula.
– ¿Qué haces aquí? –Inquirí. –No quiero hablar de James. –Cogí mi maletín y comencé a caminar hacía la salida del juzgado.
– Espera Lou. –Gritó. – Por favor. –Suplicó. Me giré y anduve hasta colocarme a su altura. –Gracias.
– ¿Qué quieres? –Pregunté.
– Saber porque le echaste, porque le dijiste que no te volviera a llamar, saber por qué le dijiste todas esas cosas.
– No es asunto tuyo. – Gruñí y me giré de nuevo para seguir mi camino hacia la salida, pero una mano sujetó mi brazo impidiendo que siguiera caminando.
– Tu eres la que ahí –Señaló el sitio donde había estado defendiendo a mi cliente –, has hablado sobre un despido improcedente por no decir la causa de éste. –Fruncí el ceño. – Has echado a James de tu casa sin darle ninguna explicación al respecto y después te consideras justa. –Continuó.
– No entiendes nada, siempre hace alguna broma con lo que sentimos el uno por el otro o de lo que siento yo por él y viceversa, no se toma nada enserio en la vida, y hace bromas sobre nuestros sentimientos. Me gusta, me gusta tanto como para aguantar todo esto, pero, ¿sabes qué? Acabas cansándote de tener que ocultar tan tontería como ésta para seguir manteniendo a esa persona a tu lado. –Salí de los juzgados mientras contenía las ganas de llorar que me invadían.
***
Iba camino al despacho de Paula, pero me la encontré hablando con Anaïs al entrar en el buffet.
– Buenos días, mi abogada estrella. –Saludó Paula. Intenté responderle con una sonrisa, pero salió una extraña mueca.
– ¿Pasa algo? –Preguntó Paula preocupada. Negué.
– Seguro que le ha pasado algo con James. –Agregó Anaïs.
– ¿Quién es James? –Interrogó Paula.
– Él. –Respondió Anaïs señalando a alguien a mis espaldas. Cerré los ojos, respiré hondo y me giré. Abrí los ojos.
– ¿Hola? –Saludó un no muy convencido James.
– Te dije que no te quería volver a ver. –Dije cortante, ignorando su anterior comentario.
– Sabías que no te iba a hacer caso. –Contestó. –Además, sabes que no puedo vivir sin ti. –Repuso. Rodé los ojos. Se escuchó un <<Ooooh>>, por parte de Paula y Anaïs.
– ¿Nos disculpáis un momento? –Pregunté a Paula y Anaïs, pero no esperé su respuesta cuando James y yo ya caminábamos hacia mi despacho.
– No soy tonta James, pensaba que me conocías lo bastante bien como para saber que no me iba a creer eso. –Expliqué. –No cuela que me dijeras eso solo para que mis enamoradizas amigas cayeran a tus pies y me rogaran que te perdonara.
– Sabía perfectamente que iba a pasar esto. –Aclaró con una gran sonrisa. Fruncí el ceño. – Solo quería estar a solas contigo y sabía que ésta era la mejor manera. – Agregó. Me cogió por la cintura con un rápido movimiento, puso su otra mano en mi mejilla y me miró a los ojos antes de besarme.
Me besó lenta y dulcemente, de una manera en la que no me había besado nunca y no le creía capaz de hacer. Un beso en el que quería transmitir todo el perdón que sus palabras nunca pronunciarían.
Alguien entró en el despacho con prisa, al escuchar la puerta nos separamos.
– Siento interrumpir. –Se disculpó Paula. –Pero te necesitamos Lou, un cliente acaba de entrar en shok.
– Déjame a mí, soy psicólogo. –Dijo y dirigió al despacho que le había indicado Paula.
– ¿Quién es? ¿Tu novio? –Preguntó Paula con una sonrisa pícara.
– Es... –Me qué pensativa, ¿qué era? – Es difícil. –Respondí con una leve sonrisa.
– Entiendo, aunque pareces estar loca por él. –Agregó Paula.
– No digas tonterías, solo es atractivo pero ya está, no siento nada por ese idiota. –Contrarié, si bien yo no había sido del todo sincera, ella tampoco tenía toda parte razón.
– Es muy bueno, necesitábamos un psicólogo ¿no? –Dijo Dylan apareciendo de la nada.
Dylan era el hermano de Paula, su padre les había dejado el buffet a partes iguales en herencia y hoy en día eran unos increíbles jefes como se rumorea que lo fue su padre. Vi a James acercarse.
– Seguro que ya tiene trabajo y vamos a seguir buscando, seguro que habrá alguien mejor. –Comenté con la intención de que se olvidaran del asunto.
– James, ¿te interesaría trabajar aquí? –Le preguntó Dylan. James me miró y al ver mi cara de fastidio me dirigió una sonrisa burlona.
– Sería un orgullo para trabajar en un sitio tan famoso como este buffet. –Contestó a Dylan mientras se daban un apretón de manos.
– Pelota. –Murmuré. Paula me dio un codazo. – Como va a ser buen psicólogo este inepto, si cuando se sentaba conmigo se dormía en las clases de física y química. –Expliqué.
– No era la clase, era que tú eras muy aburrida. –Contraatacó.
– Imbécil. –Musité entre dientes.
– Mañana me traes tu currículum, hablamos y si eso, firmamos el contrato. –Dijo Dylan.
– Perfecto. –Contesto James con una sonrisa.
Paula y Dylan se fueron a trabajar y yo fui a hacer lo propio cuando alguien me agarró del brazo -se está volviendo costumbre esto de cogerme del brazo- para impedir que me fuera.
– ¿Contenta? Ahora también trabajaremos juntos. –Dijo con una amplia sonrisa.
– Sí, muy contenta. –Ironicé.
– Nunca he tenido sexo en una oficina, tiene que ser excitante. –Me dijo al oído.
– Pues no lo sé, pero si pretendes tenerlo aquí, te has equivocado de sitio. –Comenté. –Paula y Anaïs tienen novio y siento decirte que no eres el tipo de Dylan.
– Me refería a tenerlo contigo. –Dijo acercándose.
– ¿Qué colonia llevas?
– ¿Por qué? ¿Te gusta? –Preguntó alzando una ceja. Él y su mala costumbre de contestar a una pregunta con otra pregunta.
– No, apesta. –Contesté. Me giré para entrar a mi oficina, él entró conmigo.
– Seguro. –Dijo. Me giré y el muy idiota me estaba mirando el culo. Levantó la vista después de recorrerme de arriba abajo y se encontró que lo estaba fulminando con la mirada
– ¿Qué? –Preguntó tranquilo. –Esos pantalones te hacen un culo... –Explicó mordiéndose el labio inferior. – Además que es raro verte con tacones, no sé por qué no te sueles poner, te hacen ver muy sexy. –Agregó comiéndome con la mirada.
– Eres idiota. –Musite.
– Así me quieres. –Replicó.
– No te quiero de ninguna manera, creo que ya te estás haciendo muchas ilusiones. –Dije riendo.
– Me has perdonado.
– ¿Cuándo te he perdonado? –Inquirí.
– Cuando me has seguido el beso. –Respondió y se hizo un largo silencio. – Ves, acéptalo, eres adicta a mis besos. –Yo solo negaba levente con la cabeza y me sentaba para comenzar a trabajar, comenzó a andar por el despacho. –Mañana nos vemos. –Susurró en mi oído, provocando que me estremeciera. Rio al ver lo que provocaba en mí y salió del despacho. Me hundí en el asiento mientras me intentaba convencer de que todo esto era solo una pesadilla.
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Holaaaaaaaa:) Nuevo capítulo. ¿Que os esta pareciendo la historia hasta ahora?
Pues ya volvemos a tener a Lou y a James bien, ¿Que pensáis de esto?
Adfgghhjjklñ*-* Mas de 1OO.OOO leídas, creo que no se ya como daros las gracias, no pensaba ni llegar a las 1.000. Bien, para ser sincera, hace 4 meses ni escribía, pero bueno, ya sabéis como son las amigas, cuando quieren algo lo consiguen, y ellas querían que escribiera, pues bien aquí estoy. Les tengo mucho que agradecer, porque gracias a este bonito proyecto he conocido a gente increíble, como lo son las preciosas personas que están, o han estado en el grupo de Whats. Gracias Laura, Miriam y Esti, que creo que habéis sido el principio de todo y sin vosotras no habría llegado a escribir jamas.
Y olvidando este rollo que acabo de escribir, capítulo dedicado a @Ronii07 <-- unas de las grandes que tengo en el grupoo♥
Espero que os haya gustado y hasta el Miércoles♥