Habían pasado unos cuantos días luego de aquel encuentro, Ashton volvía a encerrarse en su casa pero esta vez por un motivo diferente. Una fuerte gripe se había apoderado de su organismo, dejándolo sin fuerzas si quiera para levantarse, recibía ayuda de su madre con un claro "te lo dije", ya que, siempre salía lo más desabrigado posible.
Era un sábado aburrido por lo que Ashton comenzó a revisar cada mueble que estaba en las cercanías de su habitación, encontrándose con la tan ansiada y divertida caja de chicles.
Una idea se cruzó por su mente y al tener el número de Calum, inmediatamente le envió un mensaje de texto invitándolo a su casa, como él no sabía dónde quedaba esta, le adjunto la dirección y a los pocos minutos el chico contesto un emocionado "¡Claro!, nos vemos Ashy ;)"
Alrededor de media hora, el chico se encontraba a los pies de la cama del rizado, contándole las anécdotas sobre un camping al cual había asistido con su familia. Ashton, a pesar de tener dificultades para hablar, agregaba uno que otro dato haciéndolo reír.
El chico se acercó más al rizado y comenzó a mirar detalladamente su habitación, Ashton involuntariamente acarició su mejilla y él le sonrió. Comenzó a acercarse pero el moreno lo detuvo, señalándole su mesita de noche en la cual reposaba una fotografía de Ava, su ex novia.
Ashton volteó la fotografía y continuó su camino hasta el otro chico, rozando sus labios y luego intercambiando el sabor de naranja que desprendía la sustancia que se encontraba casi en sus muelas.
Al separarse, el rizado le quito la tableta de chicles de naranja para introducirlos rápidamente en la caja, el moreno sonrió y volvió a besarlo, disfrutando de la combinación que hacían el sabor de sus labios juntos a la goma de mascar.