Impact. {Stiles Stilinski} [C...

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Bianca McCall es la reina del instituto de Beacon Hills. Es inteligente, sumamente hermosa, tierna, buena y... Еще

Prólogo.
1. Perfecto imbécil.
2. Allison Argent.
4. Casa de Stiles.
5. Fiesta de Lydia.
6. La venganza.
7. Perdiendo el control.
8. Discusión.
9. Error y confrontación.
10. El juego.
11. Ataque en el autobús.
12. ¿Stiles es gay?
13. Pensamientos.
14. Abdominales.
15. León de Montaña.
16. Un muy mal día.
17. Noche en el Instituto.
18. Ocultar.

3. Veterinaria.

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POV Bianca.


Caminaba por las calles ignorando los comentarios de hombres al pasar. Eran unos babosos imbéciles. Pero también era culpa mía andar de noche por las calles sola, tenía que hacerlo aunque no quiera. 

Scott no comió y me preocupaba, así que le hice la cena para llevarle al trabajo. 

Así que aquí me encontraba, yendo a la veterinaria de Beacon Hills. 

Abrí la puerta de cristal y no vi a mi hermano recibirme, eso me extrañó. 

- ¿Scott? 

Caminé por el pasillo y me fijé en las salas de los animales y en la sala de observaciones pero nada. Llegué al baño para encontrar a mi hermano mirándose el estómago en un espejo. 

- ¿Qué? ¿Ahora te importa tu físico? - Pregunté divertida y recostada en el marco de la puerta. 

Scott se sobresaltó y se bajó la remera rápido, se resbaló con una pequeña alfombra de decoración y se calló de culo al piso. Largué una carcajada. 

- No te rías, no es gracioso. 

- Oh, claro que lo es... - Dije entre risas. 

Cuando me tranquilicé, abrí los ojos para ver a mi hermano de brazos cruzados mirándome enfadado. 

- Ya. Ya. Lo siento, pero admite que sí fue gracioso. 

- No, no lo fue. ¿Qué haces aquí, de todos modos? - Preguntó mientras guardaba unas cosas. 

- Vine a traerte una cena, sé que no comiste más que lo de la cafetería hoy, así que te preparé algo. Es tu preferido... - Agité la bolsa en mis manos con una sonrisa tentadora. 

Scott se acercó sonriendo y tomó la bolsa luego de darme un beso en la frente. 

- Ya sabes que me encantan tus fideos con tu salsa especial. 

- Algún día cuando crezcas, te enseñaré a hacerlos hermanito. 

- ¡Soy mayor que tú! - Me replicó haciéndose el enojado. 

- Solo por dos meses, eso no cuenta. ¿Quieres aceptar de una vez que tenemos la misma edad y somo iguales? 

- No, ni hablar. - Negó con la cabeza mientras iba a recepción a comer. Le seguí. 

- ¿Por qué siempre lo mismo, Scott? No quiero ser tu ''hermanita menor'' solo nos llevamos meses... 

Scott se quedó con el tenedor a medio camino de su boca y lo bajó mientras miraba fijamente la madera del mostrador. Cuando habló, no levantó la cabeza y lo hizo en voz baja y triste. 

- No quiero eso porque si admito que nos llevamos solo dos meses, es como admitir que eres mi hermana adoptiva. Y no quiero que lo seas, te quiero como a mi propia sangre, así que por eso eres mi hermana pequeña y siempre lo vas a ser. 

Le miré sorprendida ante su respuesta, así que era por eso... 

Scott siente que, si admite que nos llevamos dos meses, es admitir que soy adoptada. Y lo era. Agarré al chico del cuello y le abracé con fuerza por unos minutos, él no se quejó y me devolvió el abrazo con la misma fuerza. 

- Scotty, no me importa que sea adoptada. Yo te quiero como mi hermano, a Melissa como mi madre y... diablos, incluso a Raf como nuestro padre. Son mi familia, no me importa que no lleve su sangre en mis venas, ustedes lo son. 

Scott asintió y luego de separarnos comió con rapidez. 

- Tengo que irme, dentro de un rato le llevaré la comida a mamá al hospital. - Hablé mientras recogía las cosas de la mesa. 

- ¿Dentro de un rato? Es demasiado tarde justo ahora, mas tarde va a ser peor. No me gusta que andes por las calles sola y de noche. 

- Ya. Pero tengo que hacerlo. 

- No, espera a que salga, no falta mucho. Te acompaño y le compramos de comer algo a mamá en el camino. - Quise quejarme pero él no me dejó. - Y no acepto un no por respuesta. Ven, ayúdame con la comida de los gatos. 

- ¡Pero se me van a romper las uñas! 

Scott me ignoró y me arrastró hasta la sala de los gatos luego de poner el cartel de ''cerrado'' en la puerta.

- Hola gatitos... - Murmuró mi hermano mientras levantábamos una bolsa grande de comida. 

Los gatos se volvieron locos cuando entramos. Algunos se echaron para atrás mientras nos gruñían, otros empezaron a golpear las rejas con sus patas. Nos miraban con recelo y advertencia. Estaban sumamente agresivos. 

- ¿Scott... qué... qué está pasando? - Pregunté asustada mientras me aferraba a su brazo derecho.

Scott miraba a todos lados y puso un brazo en frente mio con protección. Luego, habló con un poco de miedo mientras les seguía viendo y ellos nos seguían amenazando desde sus jaulas. 

- Será mejor que salgamos de aquí. 

Ambos fuimos corriendo a la puerta para cerrarla de un portazo, de repente, unos golpes en la puerta principal nos interrumpieron.  Ambos nos miramos para luego ir hacia allí y nos quedamos de piedra al ver quien era. 

Allison Argent se encontraba mojada, llorando y desesperada tocando la puerta. 

- ¡No lo vi! ¡Quité mis ojos del camino por dos segundos para cambiar la canción de mi iPod y luego este perro salió de la nada...! - Gritaba Allison histérica. 

Me acerqué a ella viéndola enloquecer mientras mi hermano intentaba calmarla, cuando llegué me abrazó con fuerza, yo se lo devolví. La pobre estaba temblando de miedo y histeria. Miré a la chica y le hablé luego de un rato, cuando se tranquilizó. 

- Allison, tranquila. Está bien, todo está bien... 

- Sí, tranquila. ¿Recuerdas dónde pasó para poder mandar a control de animales a buscarlo? 

- No, digo.. sí, sé donde lo golpeé, pero el perro está... 

- Allison. - La tranquilicé al ver que se volvió loca de nuevo. 

- ¿Dónde está? - Intentó distraerla Scott. 

- En mi auto. 

Los tres salimos debajo de la lluvia, ni siquiera nos dimos cuenta que empezó hace unos momentos. Allison abrió el maletero de su auto  y pudimos divisar a un perro entre blanco y gris acostado allí, cuando nos vio, nos gruñó y ladró. Él nos mostró su dentadura mientras nos alejamos un poco. 

- Esta asustado, eso es todo. - Nos informó Scott. 

- Eso nos hacen dos de nosotros... 

Miré a Allison y toqué su brazo mientras le sonreía, ella intentó devolverme la sonrisa pero no pudo, estaba muy asustada. Aún así en sus ojos mostraba agradecimiento. 

- Déjenme intentarlo... - Murmuró Scott mientras se agachó a la altura del perro. 

Mi hermano se acercó a el perro con la mano estirada y, de alguna manera, el se dejó tocar por Scott. Incluso le lloró un poco y le hizo caricias a su mano. 

Allison y yo miramos sorprendidas la nuca de mi hermano. Luego, él lo cargó y lo llevó a la sala para examinarlo. 

- Creo que solo se fracturó la pata. Puedo encargarme de el, he visto al doctor entablillar muchas veces. - Nos informó luego de echarle un vistazo al perro. - Luego le daré un analgésico para el dolor, por ahora. 

Me fijé que Allison estaba temblando de frío. Como para no estarlo... tenía una remera mangas cortas y estaba empapada de arriba a abajo. 

- Allison, estas empapada. Tienes que secarte y sacarte esa ropa. 

La chica me miró incómoda. 

- No, no hay problema, en serio... 

- Tengo una remera en mi bolsa. - Scott se fue a buscarla. 

- Yo iré por toallas. 

Salí en busca de ellas escuchando las quejas de Allison, diciendo que no nos quería molestar. Las ignoré. Fui a por las toallas y las puse en una sala para que se cambie allí. Le indiqué con una sonrisa que se vaya a cambiar de ropa. 

Scott le hizo mimos al perro mientras yo me fijaba la hora en el celular y le mandaba un mensaje a mi mamá de que iría al hospital cuando parara la lluvia. Ella se negó y me dijo que no salga, que comió algo fuera ya. Suspiré. 

Levanté el rostro para ver a Scott embobado viendo hacia la puerta, seguí su mirada para ver lo que tanto le gusta. Será baboso... 

Le di un fuerte golpe en la nuca. 

- ¡Auch! ¡No tenías que hacer eso, no vi nada...! - Se quejó. 

- Ya, y yo nací ayer. 

Scott me miró un poco incómodo, era de esperarse, ya que le atrapé viendo la espalda desnuda de Allison. Espiar a una chica cambiarse... que asqueroso. 

La chica salió y nos encontró sonriendo con inocencia. El perro ya tenía un yeso en su pata. 

- Gracias por hacer esto chicos, me siento muy estúpida. 

- No tendrías que estarlo. Si yo hubiera pasado lo que tu, estaría peor, créeme. - Le dije con una sonrisa. 

- Si, hazlo. Bianca es algo desquiciada y sobreactua todo. - Se burló Scott. 

Le saqué la lengua con diversión mientras Allison se reía de nosotros. 

- En fin, lo siento... no debí actuar así. 

- Vamos Allison, no te hagas drama, lo entendemos perfectamente. - Scott asintió de acuerdo a lo que dije. 

- No es que... actué como una chica. 

- Eres una chica, Allison. - Le dijo Scott con una sonrisa divertida. 

- Sí, pero me refiero... actué como una chica femenina y yo no soy así. 

- ¿Cómo eres entonces? 

- Más fuerte que eso. - Le contestó Allison a Scott con una sonrisa. - Al menos, creí que eso era.

- Yo hubiera reaccionado casi como tú, en realidad, hubiera llorado. Y no como un hombre tampoco, si no como la chica más femenina del mundo. - Allison se rió de lo que dijo Scott, yo sonreí. - Sería patético. 

- Sí, algo... 

Ambos se quedaron viendo. Scott con adoración y fascinación ante su pequeña risa y Allison con ternura y un poco de vergüenza. Y en ese momento lo supe, ambos se gustaban. Scott estaba embobado con ella. 

- Parece que va a sobrevivir... ¿se queda contigo? - Le preguntó Scotty luego de un rato.

- No lo creo. 

- Anda... no quieres que ella te demande. - Señaló al perro. Oh, es hembra, no lo sabía. - He escuchado que esta raza es muy amigable. Te va a encantar. 

Allison le miró para luego estirar el brazo y acariciar al animal. Scott solo le miró. 

Al parecer, habían olvidado mi presencia en la sala y no los culpo, estaban embobados mirando hacia el otro con ojos enamorados. Esos dos iban a terminar juntos si o si, como que me llamo Bianca McCall. 

- ¿Lo ves? Le gustas... - Murmuró Scott distraído mientras la miraba fijamente. Yo intentaba no suspirar o gritar como fan ante esa escena tan tierna. 

- ¿Qué? - Preguntó Allison al ver que Scott no paraba de mirarla. 

- Oh, eh... lo siento, tienes una pestaña en tu mejilla. 

- Sí, supongo que de tanto llorar... 

Cuando Scott levantó el brazo para acariciar su mejilla y ''sacar la pestaña'' supe que tenía que salir de allí para darles intimidad. 

Estuve en la sala de espera alrededor de media hora hasta que salieron y me vieron un poco sorprendidos, Scott me agradeció con la mirada por haberlos dejado solos. Que puedo decir, soy una buena hermana. 

Cuando Allison salió, retuve a Scott y le susurré en el oído. 

- No seas idiota e invítala a la fiesta ahora, te apuesto diez a que va a aceptar. 

Solté a Scott y le guiñe el ojo para luego levantar mis pulgares dando ánimo, él solo me miró con duda. Bien salieron, fui a una ventana a espiarlos. 

Mi hermano se movía nervioso en el lugar mientras parecía balbucear, Allison le miraba expectante. 

Finalmente, la chica abrió la puerta y asintió con la cabeza mientras sonreía. Solté un pequeño grito de alegría al saber que había aceptado. Al parecer hice bastante ruido, ya que ambos se dieron vuelta a verme. Me escondí rápidamente como ninja. 

Scott entró unos minutos después con una sonrisa enorme. 

- Me dijo que sí. 

Grité de nuevo y él se tapó los oídos con una sonrisa, luego me lancé a sus brazos abrazándolo. 

- ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! 

Ambos reímos y mientras Scott no veía, le robe $10 de su bolsillo. 

- Mamá dijo que no vayamos, que ya cenó. Así que vamos a casa. Oh, ¿y mi dinero? 

Scott revisó sus bolsillos y sacó un billete de $20 del otro bolsillo que no revisé. 

- Lo siento, no tengo cambio. - Arrebaté el billete antes de que los guardara. - ¡Oye! 

- No te preocupes Scotty, ya encontré la solución. - Me reí y salí de la veterinaria corriendo sin esperarle. 

Luego de un rato me alcanzó y me fulminó con la mirada, yo me reí más. Y nos fuimos a casa.



La mañana siguiente busqué a Scott pero no le encontré en ningún lado de su habitación. Me rendí y me dirigí al instituto, no quería llegar tarde y Lydia ya me estaba esperando en su auto. 

En la segunda hora, me dirigí a los vestuarios de Lacrosse, esperando a que todos salgan. Pero mi hermano no lo hizo así que tuve que buscarlo en su casillero. Estaba preocupada por Scott. 

Le encontré gritándole a Jackson, mientras este le sostenía contra los casilleros. 

- ¡¿Quieres saber lo que me pasa?! ¡Por que yo también! ¡Puedo ver, oír, y oler cosas que no debería ser capaz ni de ver, ni oír u oler! ¡Hago cosas que resultan imposibles! ¡Me adentro 5 kilómetros al bosque andando como sonámbulo y estoy bastante convencido de que me estoy volviendo loco! - Gritó desesperado mi hermano, cuando terminó tomó una respiración profunda. 

Jackson le miró y luego se rió con ironía, para luego hablar con enojo. Yo estaba en shock procesando las palabras de mi hermano. 

- ¿Te crees gracioso, McCall? Solo porque tu hermana es popular, preciosa y genial no significa que tú lo eres. Eres un don nadie, tenlo por seguro. Y sé que escondes algo, lo descubriré, no importa cuando tarde... 

- ¡Jackson! - Le grité con enojo. 

Ambos se dieron vuelta a verme, mi hermano un poco asustado y Jackson avergonzado, pero ambos asustados. 

- ¿Bianca...? - Susurró el niño bonito mientras se alejaba de Scott. 

Me acerqué a él mirándole con enojo. 

- ¿Cómo... cómo te atreves? ¡¿Cómo te atreves a decirle eso a mi hermano?! - Escupí con enojo. 

Jackson se iba alejando mientras yo me iba acercando a él. 

- N-no escucha, es-escucha Bianca, pue-puedo explicarlo... - Trató de excusarse, no le creí nada y le interrumpí. 

- ¡Entiendo jodidamente que no te caiga bien, no puedo evitar eso, pero no tienes derecho a decirle eso! ¡Es mi hermano y lo amo demasiado para dejar que un idiota como tú le diga esas mentiras! ¡Tú me caes bien, pero cuando te pones de esa manera te juro que te mataría, Jackson Whittmore! - Una lágrima de frustración se deslizó por mi mejilla y la limpié bruscamente. Él intentó hablar de nuevo pero no le deje. - ¡No! ¡Vete, ya! 

Jackson me miró dudoso, no se quería ir. Pero una mirada mía bastó para que se diera cuenta que si seguí en frente mio le iba a sacar los ojos con mis uñas. Era algo violenta cuando me enojaba. 

Solté el aire que tenía acumulado cuando se fue y sentí los brazos de Scott rodeándome. 

- ¿Bianca...? - Le miré. - No tenías que haber hecho eso. Lo podía manejar... 

- Ya, lo sé. Pero es que... no quiero que te griten. No me gusta, Scotty. - Le abracé y oculté mi rostro en su cuello. 

- Está bien, no hay problema. Gracias. Pero no lo vuelvas a hacer, y por más que odie decirte esto, tienes que reconciliarte con Jackson. - Me aparté y le miré incrédula. 

- ¿Qué...? Pero ustedes no se llevan bien... 

- Exacto, nosotros no nos llevamos bien. Él y tú si. No metas nuestros problemas en su relación. Lo que pasa entre Jackson y yo no te incumbe. Además he notado algo en él, tal vez sea un idiota, y lo es, pero contigo no lo es tanto. Su nivel de idiotez reduce a tu alrededor. 

Me reí un poco en silencio y asentí. 

- Por cierto, tienes que comprar nueva ropa. Esta remera deja ver un poco tu estómago. - Me dijo mientras me veía y arrugaba el ceño. Me reí fuerte. 

- La remera está diseñada así, Scott. 

- ¿En serio diseñan esas cosas para chicas? Dios... - Susurró con frustración fingida. - Tendré que robarte toda la ropa y dejarla en el bosque. Luego te compraré esa ropa para monjas, eso te quedaría mucho mejor. 

Largué una carcajada y él se me unió luego de un rato.

Scott McCall era un buen hermano. 



Me encontraba en las gradas de la cancha de Lacrosse para ver el entrenamiento de mi hermano, Allison llegó y luego de saludar a mi hermano a la distancia se sentó a mi lado. 

- ¿Como piensas que le irá? - Me preguntó mientras veíamos como todo el equipo se juntaba a hablar con el entrenador. 

- Bien, eso espero. Scott no fue el primero en esto pero no es malo, además estoy segura que va intentar lucirse hoy. - Sonreí con burla hacia la pelinegra. 

- ¿Lucirse? ¿Por qué? 

- Pues, amiga mía, porque hoy estas aquí para verle. 

Allison me miró con las mejillas sonrojadas y una pequeña sonrisa para mirar al piso. 

- Oh... eh... ¿entonces él te dijo algo sobre... sobre mi? 

- Me dijo que te llevará a la fiesta de Lydia. Bien hecho, por cierto. Scotty es de oro, en verdad te llevas un premio. 

- No lo dudo. ¿Te dijo... bueno, te dijo algo más? 

- No, nada más. Pero no hace falta que me diga algo para ver lo que le sucede contigo, Allison. Es obvio que mi hermano se muere por ti. Y a ti también te gusta.

La chica me miró sorprendida para luego reírse un poco. 

- ¿Es muy obvio que me atrae? 

- Bueno, no tanto. Solo que soy buena observadora. 

- Eso me di cuenta, me alegra que nos llevemos bien. - Me sonrió con calidez, le devolví la sonrisa. 

- Claro que sí, ¿cómo no iba a llevarme bien con la futura novia de mi hermano mayor? - Allison se sonrojó ante mi apodo para ella. 

- ¿Mayor? ¿No van al mismo nivel académico? 

- Bueno sí, pero él está obsesionado con que diga que él es el mayor por dos meses. 

- ¿Dos meses? ¿No es eso... como imposible o algo? 

- Soy adoptada. - Fue lo único que dije como explicación, ella me dio una mirada de pena. 

- Oh, lo siento... quiero decir, no sé que decir. - No reímos un poco. - ¿Se puede saber.... qué les pasó a tus padres? Si no te importa, claro. - Agregó nerviosa. 

- Tranquila Allison, no muerdo. - Me reí. - Y la verdad llevo toda mi vida preguntándome eso. El padre de Scott, mi padre, me encontró cuando era casi recién nacida. Él y su esposa, Melissa McCall, decidieron adoptarme cuando tenían un bebé de dos meses. Mi padre intentó buscar mis padres biológicos pero fue imposible localizarlos, fue como si se hubieran desvanecido. A mi tampoco me interesa saber qué es de ellos la verdad, prefiero dejar el pasado como está. 

Allison me miró con comprensión y ambas fuimos interrumpida por el sonido de exclamación del publico. 

Scott estaba dando volteretas en la cancha, mostrando una agilidad indiscutible. Anotó y todos festejamos. 

- ¡Wow! ¡Ese es mi hermano! - Grité con felicidad y aplaudiendo. Allison se rió y aplaudió de pie. 

Sentí la mirada de alguien en mi y di la vuelta para ver a un chico rapado y con lunares en el rostro mirarme embobado. Le sonreí con extrañeza y él volteó el rostro sonrojado.

- ¡McCall, ven aquí! - Gritó el entrenado un poco enojado. Scott llegó con él y empezó a gritarle. - ¿Qué, estas haciendo una audición para el equipo de gimnasia? 

- No entrenador... - Habló mi hermano sorprendido. 

- ¿Qué rayos fue eso? - Le preguntó el hombre, todos se mantuvieron callados ante la discusión de ambos hombres. 

Todos miramos expectantes. 

- No lo sé... yo solo... intenté hacer un tiro. 

- Sí, bueno, hiciste el tiro... ¿y adivina qué? - El hombre le gritó sin expresión, para luego sonreír mostrando los dientes y gritar con euforia. - ¡Lo hiciste amigo! ¡Estás en primera línea! 

Grité con emoción y festejé con Allison. 

Mi hermano lo había logrado, iba a jugar en el equipo. 



RECORDATORIO: Outfit de Bianca en el Vinculo Externo :)  

*****

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