Escúchame, desayunar con los Stilinski hombres no es una actividad divertida ni interesante, es horrible, de hecho, ninguno de los dos sabe cocinar un buen desayuno. Estoy tratando de no intoxicarme con estos huevos revueltos, creo que oculté bien la arcada que me apareció cuando mastiqué accidentalmente una cáscara de huevo.
—¿Cómo vas con tus clases? .— pregunta Stiles mirándome de reojo, sabe que sigo molesta con él y se mantiene haciendo una pregunta suave cada quince minutos, esta es la quinta de la mañana. La primera fue "¿como dormiste?"
Esta vez a diferencia de las otras veces decido directamente ignorarlo y pasar a preguntarle al Tio Noah una pregunta que lleva acechándome desde anoche
—¿Tío, encontraste ayer al hombre del Ford Fiesta?— él me mira y termina de masticar, pareciera que adora el sabor de los huevos mal cocidos.
—Así es.—niega en señal de desaprobación.— supongo que el sujeto tenia un montón de enemigos
—¿por?
—Cuando llegue estaba ensangrentado, estaba consiente por suerte para él porque con la paliza que le dieron...— mete otro bocado de huevo a su boca— Dice que no vio nada, como si fuera una sombra que lo atacaba.— otra vez niega completamente en desacuerdo.— pero no te preocupes, está en la cárcel.
—No me preocupo.— digo mientras sobre pienso eso de la "sombra fantasma" que lo atacó
pienso por un momento en la sangre que vi sobre los nudillos de Derek anoche en el hospital, se veía que no era de él pero la idea de que él golpeó al sujeto es sacar conclusiones muy apresuradas.
Miro la hora en el reloj y veo ahí mi excusa perfecta para abandonar este desayuno.
—Llegaré tarde a la escuela.— me pongo de pie, Stiles mira la hora y frunce el ceño.— debo pasar a buscar a Charlie.— respondo antes de que el pregunte
Tomo las llaves de mi escarabajo rojo y camino fuera de la casa, se que me sigue alguien pero no se cual de los dos stilinski sea.
—Toma hija.— aparece el tío Noah entregándome una llave.— ayer le saque copia a la llave de la casa.— tomo la fría pieza plateada entre mis dedos.— si vuelves a quedarte detenida no dudes en llamarme, hay un par de ventajas en ser el sheriff, llámame y mandaré a alguien o iré yo mismo.
—Claro.— sonrío y entro al auto, bajo la ventanilla.— gracias, tio
—oye y...— se apoya en el marco de la puerta, revisa que Stiles no esté cerca para oirnos.— no seas tan cruel con el, solo es medio burro.
—¿medio?.— él sonríe divertido
—Escucha, Stiles jamás tuvo hermanos o hermanas, es la primera vez que se acerca a la experiencia.— revisa mis espejos en busca de fallas.— no sabe cómo acercarse a ti de manera normal, sin parecer un acosador.
—No lo había pensado así.— digo mirando como stiles se asoma por la ventana, sus ojos chocan con los míos y se esconde. escucho como algo se cae ahí dentro, seguro se le cayó algo si es que no se cayó el mismo.
—Créeme que yo también estaría tan molesto con él como lo estas tú, pero solo pregúntate si él habría hecho lo que hizo si no le importaras.
—Gracias tío
—y si te molesta de más en la escuela tienes mi permiso para darle con una rama en la cabeza
—tomare tu consejo en cuenta
—por supuesto que lo harás.— ríe alejándose, me mira mientras enciendo el motor de mi auto.— es increíble lo mucho que te pareces a ella.— da un suspiro, no necesita decir más para saber que se refiere a mi mamá, su hermanita.
—Nos vemos en la cena.— él asiente y se va dentro de la casa sin mirar atrás.
sin más me voy manejando a casa de Charlie. La morena entra al auto con una sonrisa
—Tengo una mala noticia para ti.— le digo y Charlie que comenzaba a trenzarse la otra mitad de la cabeza me mira expectante.— tu bici...
Le cuento todo lo que pasó ayer... y no omito las partes de Derek. Hasta ahora Charlie es la única que está de mi lado, bueno, no es que sea una situación de tomar bandos pero si lo fuera confío en que Charlie se pondría de mi lado.
—No te preocupes por mi bici.— dice amarrando el final de la trenza con un elástico negro diminuto.— estaba oxidada y siempre se le salía la cadena.— dice mirándose en el espejo.— me preocupa mas tu bienestar, además, la bici solo la usaba para ir y venir de la escuela y ahora te tengo a ti para eso.
—¿no te enojas?
—nah, quedate tranquilita no ma'— dice acomodando su camiseta morada. trae una camiseta de baloncesto color morado que es un croptop, debajo tiene una camiseta negra que le llega al ombligo. Para abajo es una pantalon de buzo negro, y en los pies calza unas nike moradas que combina con su crop top.— pero si pienso que la mierda con el profesor de literatura es rara.
—No puedes decirle a nadie.
—¿Y a quién iba yo a decirle? si vo' eri mi única amiga.— dice riendo.
La miro con los ojos entrecerrados.
—a veces me toma unos segundos entender lo que dices.— ella me sonríe inocente.— pero si, siento que Derek y Stiles están unidos pero no se, de seguro se conocen.
—Eso es obvio.
—¿pero de que?.— estaciono el auto en el estacionamiento de la escuela
—Lo bueno es que hoy no nos toca literatura.— dice Charlie bajando del auto con su mochila en el hombro. hago lo mismo y caminamos hacia la escuela.
Miro a Charlie que está con el ceño fruncido como si su cabeza estuviera pensando en algo, no pregunto porque el timbre justo suena.
—¿Qué nos toca?.— pregunto
—Gimnasia.— dice sonriente. eso explica su atuendo.
El mío es apropiado también, no tanto como el de mi amiga pero será suficiente. Tengo una camiseta negra pegada al cuerpo, una sudadera encima color verde musgo, mis pantalones son unos shorts pegados a la piel que llegan un poco antes de la rodilla
Creo que de hecho sin querer me vestí apropiadamente para hacer deporte.
Charlie me toma del brazo y me jala hacia la cancha.
—¡Charlie debemos dejar la mochila en el casillero!— grito en un intento de detenerla, choco con un montón de gente mientras Charlie me arrastra.— ¡Charlie!.— se detienen en seco, dice una de esas tantas palabras que no le entiendo y toma otro camino hacia la cancha.—¡Charlieeeee!
—Están en todas partes.— dice cuando llegamos a la cancha, mira fijamente a un grupo de chicos que llevan palos de este deporte que no recuerdo su nombre. Creo que vi un palo similar a esos en la casa de mi tío, tiene malla en una esquina.
—ay diosito.— me agarro el pecho tratando de calmar mi respiración, me sujeto de mis rodillas.— por el amor de... Charlie no hagas eso otra vez. —me pongo de pie y apoyo mis manos en mi espalda.
—No estas loca.— dice mirando fijamente al grupo en la cancha.
—¿gracias?.— me pongo de pie a su lado.— pero a que se debe tu conclusión
—te estan vigilando.— susurra demasiado bajo que casi no puedo oírla. Mira detrás de nosotras.
—¿Y por qué lo dices?
—tu no reconoces al grupo completo de tu primo.— dice parandose frente a mi. aun susurra super bajito.— pero en el estacionamiento, Allison y Lydia nos miraban del rincon.— señala detras de mi.— cuando me detuve antes, Malia y Theo estaban ahi.
La miro y siento que mi estomago se retuerce.
—y ahora que nos toca gimnasia, quizá sea coincidencia lexi pero ese detrás de mi es el equipo de lacrosse de stiles.— miro sutilmente detrás de ella, es cierto, Stiles está ahí.— y el equipo de lacrosse está infestado de amigos de Stiles
—¿tan así?
—Isaac, Liam, Kira, Scott, Stiles, todos ellos son parte del equipo.— se da la vuelta.— te rodearon.
—oye me das un poco de miedo
—No soy yo la que te está estudiando, Lexi.— Miro a Charlie con temor reflejado en mis ojos.— ya veremos.
—vamos.
***
—Por favor, Lexi.— ruega Charlie mirándome.— seria bueno
—¿bueno para quien?
—para ti, para mi, para ellas.— señala a las porristas.— tener actividades extracurriculares es de lo mas bueno si quieres ir a la universidad.
—No se
—Anda, por favor.— me mira con suplica en los ojos
—Ve a preguntar si tienen cupos.— digo mirando el equipo de porristas con desconfianza.
—¡SII!— da brincos como si fuera una niña de cinco años a la que le dijiste que comprarías helado.— Vuelvo enseguida.
Jamás pensé que Charlie fuera del tipo "Porrista" pero bueno, jamás juzgues un libro por su portada.
—¡No perteneces aqui!.— un chico grita, volteo a ver el origen de los gritos
—Afírmamelo.— el rubio al que el chico le grita deja sobre mi regazo un palo de Lacrosse. Corre hacia ese chico en el campo y le da un golpe directo en la cara, justo sobre la nariz.— Asi si entiendes ¿no?
—Ándate a la mierda.— escupe el tipo perdiendo el equilibrio.— Que es ahí donde perteneces
—Vuelve a empujarme sin razón en el campo y veras.— dice señalando al chico en el piso. Viene caminando hacia mi.
Lo miro sorprendida.
—Gracias.— dice sentándose a mi lado, toma el palo de Lacrosse y comienza a ajustar la red.
Todos los ojos están en nuestra dirección, me muevo ligeramente a la izquierda para separarme de él. Eso llama su atención y levanta su mano, juro que me va a golpear pero el rubio solo la deja ahí esperando que yo la estreche.
Lo hago con una sonrisa incomoda
—¿Cómo te llamas? .— me pregunta bajando la mano.
—Soy Lexi.— lo miro con desconfianza. Algunos ya dejaron de mirarnos pero otros siguen observándonos fijamente
—Un gusto lexi.— me sonríe.— Me llamo Brett.
Me siento jugando con el collar en mi cuello. Lo miro tensa
—Relájate, Lexi.— me dice con una sonrisa tan linda que pareciera que no rompiera ni un plato.
—¿Por qué le pegaste a ese pobre chico?.— señalo al muchacho que llevan a la enfermería con una nariz sangrante
—¿pobre?.— Brett niega jalando los hilos de la malla de su palo de lacrosse.— nah, ya le había advertido que dejara de ser un idiota.— dice y se pasa la mano por su cabello rubio.— soy nuevo aquí, el año pasado jugaba para el equipo contrario y Dante parece que me guarda rencor.
—¿Por qué lo piensas?
—Este es nuestro tercer entrenamiento de la semana y en todos los entrenamientos ese... Dante se la pasa empujándome, pegándome "por accidente" con su palo de lacrosse. Créeme que le dije que se detuviera pero no, el seguía.
—Supongo que se lo ganó.— digo mirándolo ya con menos desconfianza
—¿y a ti que te paso en la mano?.— miro la muñequera azul oscuro que rodea mi mano.
—un idiota que se merecía un buen golpe.— digo sonriendo. El me mira y asiente
Me mira de arriba a abajo como si me examinara y vuelve a asentir como si aprobara algo.
—Jamás te vi por aquí
—¿no dijiste que eras nuevo?
—Nuevo como estudiante, pero podría decir que conozco este lugar como la palma de mi mano.— dice apoyando el palo de Lacrosse en la banca. se inclina hacia adelante y apoya sus codos en sus rodillas.
Miro hacia adelante y veo que uno de los tantos amigos de Stiles me mira con cautela.
Brett me mira y frunce el ceño, gira a ver en la misma dirección que miro yo.
—¿Se te perdió algo, Dunbar? .— grita Brett haciendo que el rubio le saque el dedo medio al chico junto a mi. La expresión de Brett pasa del desagrado a mirarme con su sonrisa tierna nuevamente.— ¿lo conoces?
—Un poco.— digo mirando a Brett nuevamente con desconfianza. Y es que si conoce al amigo de Stiles entonces también sea de ese grupo
—Liam iba a la misma escuela que yo.— me dice como si yo fuera su amiga de toda la vida.— lo expulsaron y las vueltas de la vida me trajeron a la misma escuela en la que el estudia.
—¿te cae mal?
—No es eso, pero podría decirse que simplemente no me cae.— se encoge de hombros.— no me desagrada ni me agrada su presencia
—Mmm
—¿y tu de que conoces a Liam?.— pregunta mirándome atentamente
—Soy prima de un amigo suyo
—Dime nombres y sabre de quien hablas.— asegura
—Stiles
—Ah claro, de ahí te me hacías conocida, tienes su misma expresión
—¿conoces a mi primo entonces?
—No hay ser viviente en este pueblo que no conozca a los Stilinski.— Me dice como si yo fuera tonta.— Pero amigos, no, no somos. dice— mirándose las manos.
—¿No?
—¿QUÉ CREES?.— me exalto cuando aparece Charlie.— Si podemos, si podemos.— baila mientras ignora la presencia de Brett.
—No puede ser.— murmuro tratando de ocultar mi decepción. Charlie nota mi ánimo bajo y entonces finjo estar super contenta— es decir, ¡NO PUEDE SER!
La luz le vuelve a la cara a Charlie y brinca llena de felicidad.
—Voy a anotar nuestros nombres.— dice Charlie corriendo lejos. Me permito derretirme en mi asiento. Brett me mira con curiosidad
—¿de qué hablaba esa chica?
—Aparentemente voy a ser tu porrista.— digo con una sonrisa tensa, Brett me mira con lastima
—Pobre cosita.— me da dos palmadas en la cabeza como si yo fuera un cachorro.— Lo bueno es que las porristas y los jugadores entrenamos al mismo tiempo los fines de semana
—¿FINES DE SEMANA?.— el me mira con una mueca.— No puede ser
—Nos veremos en los entrenamientos.— dice sonriéndome
—¿que? ¿somos amigos ahora?.— pregunto sentándome mas derecha
—Ya veremos