Cookie | Spruan AU

De spruandrafts

61.6K 4.9K 4K

A Juan le gustan las galletas. A spreen no. π–―π–Ίπ—‹π–Ύπ—ƒπ–Ίπ—Œ π—Œπ–Ύπ–Όπ—Žπ—‡π–½π–Ίπ—‹π—‚π–Ίπ—Œ 𝘀𝘒𝘳𝘳𝘦 𝘹 𝘲𝘢𝘒𝘀𝘬π˜ͺοΏ½... Mais

πŸͺ ; 00:01
πŸͺ ; 00:02
πŸͺ; 00:03
πŸͺ; 00:04
πŸͺ; 00:05
πŸͺ; 00:06
πŸͺ; 00:07
πŸͺ; 00:08
πŸͺ; 00:09
πŸͺ ; 01:00
πŸͺ ; 01:01
πŸͺ ; 01:02
πŸͺ ; 01:03
πŸͺ ; 01:04
πŸͺ ; 01:05
πŸͺ ; 01:06
πŸͺ ; 01:07
πŸͺ ; 01:08
πŸͺ ; 01:09
πŸͺ ; Final

πŸͺ ; 02:00

2.5K 153 194
De spruandrafts

Kapitulo largo pq es el penúltimo y eso

-¡Spreen, deja de tocarte la cara-regañó robleis al verlo pellizcarse la mejilla.

-¡Es que me pica!-se defendió el mayor, cruzándose de brazos. Spreen frunció el ceño, robleis podía ser un poco delicado en cuanto a sus noches de chicos, principalmente porque le gustaba pasar mucho tiempo con sus amigos y trataba de planear todo a manera de que pudieran divertirse haciendo tonterías, aunque a ellos siempre les parecía un poco tonto o no se interesaban por completo, robleis siempre agradecía que hicieran el esfuerzo por cumplir sus caprichos en cuanto a eso.

-No entiendo por qué últimamente ustedes discuten tanto-suspiró carre mientras arreglaba su diadema con orejas de perrito para que su cabello no cayera en su frente y arruinara su mascarilla de cítricos-¡Y ni siquiera son por cosas importantes!

-Spreen es muy amargado-hizo un puchero, robleis cruzándose de brazos también-Yo solo quiero que se siga viendo guapo, pero si está tocándose la cara mientras tiene eso puesto no va a servir de nada.

-Oh, gracias por preocuparte por mi físico, eres el mejor-cambió su
expresión de enfado por una mueca, viéndose como si estuviera llorando.

-¡Son unos niños!-exclamó Carre viéndolos con desaprobación-Mejor hablemos de lo importante.

-Cierto, lo de Juan-dijo robleis, poniéndose un poco más serio-¿Tienes una idea de cómo lo harás?

Spreen asintió, sonriendo ampliamente y con complicidad. Había planeado la mayoría de cosas y solo le hacían falta algunos detalles, y es ahí en donde sus amigos lo ayudarían. No podía evitar sentirse tan fuera de su zona de confort, todo eso seguía siendo muy nuevo y a la vez demasiado emocionante, iba a declarase por primera vez y eso era una gran cosa para él. Estaba convencido de que juan podría ser feliz con cualquier detalle, pero quería ser un poco creativo, arriesgarse por más tímido que se sintiera al respecto; todo valdría la pena, tener a juan a su lado finalmente era su objetivo principal por el momento.

Juan no pudo dormir toda la noche anterior debido a la emoción de su cita con spreen, y es que sería su primera cita, no sabía ni cómo debía vestirse. Se levantó y sintió las pocas horas de sueño de golpe, necesitaba descansar más, pero no podía hacerlo por más que quisiera, estaba muy ansioso y los nervios lo hacían sonreír como un tonto enamorado.

-¿Por qué tan sonriente?-preguntó ari desde el sofá al verlo bajar las escaleras con pequeños saltos.

-Tengo una cita-canturreó, metiéndose a la cocina en busca de algo para desayunar. Sacó un tazón de frutas que estaba dentro del refrigerador y se dirigió hacia el sofá con su hermana-Estoy muy emocionado, pero no sé qué se hace en las citas-suspiró, metiendo un trozo de piña a su boca.

-¿Spreen te ha invitado a salir?

Juan asintió repetidas veces con una enorme sonrisa.

-Hoy, a las siete. Ayudame, Ari-lloriqueó con un puchero en sus labios.

Ari rió enternecida, nunca lo había visto de esa manera y le parecía muy lindo lo nerviosos que estaba, recordando que ella también se había puesto igual la primera vez que salió con alguien, esa sensación de nerviosismo y emoción al estar con la persona que te gusta, son emociones muy bonitas de cuando te enamoras por primera vez.

-Bien-asintió lentamente-No es muy diferente a cuando pasas tiempo con él, la única diferencia es que a lo mejor irán a comer a un lugar bonito, o tal vez al cine. No te pongas nervioso, verás como va a fluir todo por sí solo.

-¿Y si digo alguna tontería? No quiero que piense que sigo siendo un niño- hizo un puchero.

-Estás chiquito, Juano banano-le dejó ir un suave golpe en la frente. Ambos rieron -Solo sé tú mismo, le gustas así.

-Gracias, ari-se recostó en su hombro y cerró sus ojos por un momento. "Ser yo mismo... Así le gusto, siendo yo mismo"

Juan, despierta-volvió a susurrar, pero el castaño balbuceó suavemente.

-Juan-llamó suavemente el rubio a su amigo, moviéndolo algo por lo bajo y se dio la vuelta, ignorando por completo a su mejor amigo. Rubius suspiró, robleis le había contado sobre la maravillosa cita y el plan que se llevaría a cabo y debía hacer que su mejor amigo se viera mejor que nunca ¡Juan, Iván está aquí!

-¡No estoy listo aún —se levantó de golpe el castaño, apartando las
sábanas de su cuerpo ¡Me quedé dormido!-lloriqueó, pataleando en su
cama. Robleis lo miraba sorprendido, riendo de manera divertida. ¡Tranquilo, Gafas-rió el menor —Solo bromeo, te quedan como dos
horas más, así que levántate.

Juan frunció el ceño y le tiró una almohada al rubio, de verdad creyó que ya iba muy tarde por quedarse dormido. Miró el reloj, dándose cuenta de que había dormido prácticamente todo el día, su estómago rugía con hambre, pero al mismo tiempo se veía incapaz de comer algo debido a su nerviosismo, ¿estaba exagerando? A lo mejor solo un poco. Suspiró aliviado al darse cuenta de que aún tenía tiempo. Se levantó de su cama y camino hacia el espejo de cuerpo completo de su habitación, inspeccionó su ropa y se desanimó, no podía aparecer frente a Spreen con sus sudaderas y ropas casuales de siempre, ese no era su fuerte, ni siquiera sabía como usar accesorios o como peinarse adecuadamente. Pensó en las palabras de su hermana, a spreen ya le gustaba así, aunque también le gustaria verse diferente por lo menos una vez y sorprenderlo, pero no se sentía lo suficientemente seguro con eso, su ropa normal lo hacía sentir cómodo.

-¿Ahora por qué esa cara?-preguntó, rubius tras él, viéndolo a través del
espejo.

-Mírame, soy muy normal, nada destaca en mi-suspiró desanimado

-Es una cita, y no quiero aparecer vestido así— señaló su ropa.

-Es por eso que vine-sonrió con emoción-Quackity viene en camino con algunas cosas— también movió sus cejas con picardía-Eres muy bonito, te lo he dicho muchas veces.

-¡¡Oso oso mentiroso!! -murmuró con un puchero.

¡No soy mentiroso!-exclamó indignado, dirigiéndose al armario-A ver, yo sé que podemos hacer algo con todo lo que hay aquí-sonrió ampliamente.

Rubius revisó el armario hasta el más profundo rincón, encontrándose con ropa muy bonita que nunca vio a Juan usar, incluso tenía un par de zapatos que podrían funcionar. Mientras tanto, Juan cepillaba sus dientes luego de su corta ducha, se miró en el espejo, tratando de ser positivo, llenándose de pequeños halagos hacia sí mismo en cuanto a su imagen, debía dejar de ser tan inseguro en cuanto a eso por más difícil que pareciera.

¡Apúrate, Gafotas!-dijo el rubio al verlo entrar a su habitación-Mira,
encontré algo perfecto para que uses-le mostró un conjunto de ropa que no recordaba que tenía.

Consistía en una camiseta color rosa pastel básica que iría dentro del pantalón ajustado, pero cómodo de color negro, un par de tenis blancos y una chaqueta negra que hacía juego con su pantalón. Juan miró la ropa tendida en la cama y se tensó, él nunca usaba esa ropa porque no sentía que le quedaba bien, por eso simplemente la dejó en el fondo de su armario, olvidando por completo que estaba ahí.

-Rubén, ¿no crees que es demasiado?

-¿Demasiado genial? Si, lo es, te verás muy bien, así que pontela-pidió con mucha emoción.

Juan suspiró derrotado y asintió— Bien, pero sal de aquí.

-Por favor, Juan, no te pongas delicado ahora— se tiró en la cama del castaño-No voy a verte, de verdad-sacó su celular y se dispuso a revisar sus redes sociales mientras tanto.

El castaño frunció el ceño y obedeció, de todas formas, no era la primera vez.


Spreen correteaba como loco por toda su habitación en medio de todo el desorden de ropa que había hecho minutos antes buscando algo decente para ponerse, no estaba seguro de qué hacer en esa situación, su cabello seguía desordenado y su rostro denotaba nerviosismo puro.

-Que desastre-dijo robleis al entrar a la habitación-No quiero asustarte,
pero Rubius dice que juan está casi listo, además, ya casi son las siete.

-Gracias, robleis, necesitaba esa presión-le sonrió de manera sarcástica y Luego cambió su expresión a una de preocupación ¿Y si dice que no? Me voy a poner a llorar justo ahí, te lo juro-le dijo, afligido.

-No va a rechazarte, no seas idiota-rió el pelinegro-Ya está todo planeado, en unos minutos iremos con los demás al lugar acordado a terminar de poner todo.

-No, robleis, no lo entiendes-negó, acercándose al más alto-Yo lo amo,
¿si? No solo me gusta, y no quiero arruinarlo.

-Woah, que cursi--dijo con voz chillona.

Spreen suspiro cansado, se vio en el espejo y arregló su cabello, acomodándolo para que no se viera como un total desordenado. Decir que estaba asustado era muy poco, pero debía calmarse, actuar con naturalidad, debía recordar que juan lo quería a pesar de ser un amargado y aburrido, nunca lo había reprochado por algo así, y eso debía ser suficiente para estar seguro de la respuesta que podría darle.

-Bien, ya debo ir por él, ustedes vayan a terminar lo que falta y te aviso cuando vayamos hacia allá miró a su mejor amigo y exhaló-A partir de ahora, ya no seré un chico soltero-suspiró triunfante.

-Ya era hora, un poco más y te hacía el favor yo-rió el más alto-¡Vete ya,
deja de perder el tiempo!

Spreen salió a paso rápido de su habitación, tomó las llaves de su auto y se dispuso a salir de su casa.

-¿A dónde vas? Si se puede saber-preguntó la señora Buhajeruk enarcando ceja al verlo tan arreglado y perfumado abriendo la puerta principal.

El pelinegro se giró hacia su madre y le sonrió.

-Mamá, en unas horas, tendrás yerno. ¡Nos vemos!-salió casi corriendo, dejando a la señora Buhajeruk muy sorprendida. -Estos chicos de ahora— negó divertida-Bueno, al menos es juan y no uno de sus amigos dijo en voz alta para sí misma.

-¡Escuché lo que dijo!-exclamó ofendido, Robleis al bajar las escaleras- ¿Qué hay de malo con nosotros? Somos hermosos y buenos chicos.

La mujer se sobresaltó al escucharlo tan de repente y empezó a reír.

-Son un caos, no puedo permitir que Spreen se convierta en un chico caótico por su culpa, él necesita a alguien que lo haga más sensible.

-No se preocupe, llevamos años conviviendo y sigue siendo el mismo
amargado de siempre levantó sus pulgares junto a una sonrisa— Pero sigo ofendido.

La señora Buhajeruk rodó los ojos y suspiró.

-Pero tengo una duda.

-Dime.

-¿Soy mejor para spreen que carre, cierto?

La señora Buhajeruk soltó una fuerte carcajada y se sentó en el sofá, negándose a responder algo como eso.

¿No tienes que irte ya?

-¡Cierto!-corrió a la entrada-¡Pero debe responder cuando la vea de nuevo! y salió corriendo sin ver hacia atrás, ya iba un poco atrasado y si spreen se daba cuenta de eso lo iba a matar.

Spreen hizo lo posible por no tirarse a juan y besarlo en el momento en que sus ojos se posaron en él. Juan era la belleza personificada, se sorprendió al verlo vestido de manera muy diferente a lo que solía usar. Lo saludó con un cariñoso beso en la mejilla y se metieron a su auto, emprendiendo camino hacia el restaurante al que tenía planeado ir antes de la gran sorpresa.

Juan, por su parte, estaba tan sorprendido al descubrir que el maquillaje podía cambiarlo de gran manera, aunque estaba usando un maquillaje bastante sutil. Quackity se había encargado de hacerlo ver muy natural, poniéndole sombras claras en los ojos y un poco de brillo en los labios, y eso era más que suficiente para verse diferente.

-Te ves muy bonito hoy.

-Es la tercera vez que me lo dices-rió el castaño-Gracias-se sonrojó levemente, apartando la mirada.

-¿Hay una cantidad limitada para decírtelo?

El castaño negó y sonrió ampliamente, sintiéndose demasiado calmado a como creía que estaría; los nervios habían desaparecido tan pronto empezaron a hablar sobre sus cosas, olvidando por completo que estaban en una cita.

Al llegar al restaurante, juan admiró cada detalle del lugar, era claro que no podría estar en un lugar así de nuevo, por lo menos no tan pronto.

Luego de terminar de comer, juan se levantó hacia el baño, dándole el tiempo suficiente para poder comunicarse con sus amigos y avisarles que pronto saldrían de ahí.

𝗟𝗼𝘀 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿𝗲𝘀 💪 𝗹𝗼𝘀 𝗯𝘂𝗯𝘂𝘀 🥺❤️ 𝘆 𝗦𝗽𝗿𝗲𝗲𝗻

                                           Ya casi salimos

𝗥𝘂𝗯𝗶𝘂𝘀

PERO

Ok

𝗥𝗼𝗯𝗹𝗲𝗶𝘀

D:

Aún no estamos listos

𝗖𝗮𝗿𝗿𝗲

Si estamos casi listos

Lo que pasa es que Robleis está más asustado que tú

𝗥𝗼𝗯𝗹𝗲𝗶𝘀

Es que si sale algo mal me echará la culpa a mi D':

                         Será culpa de todos, ntp

𝗤𝘂𝗮𝗰𝗸𝗶𝘁𝘆
O-o

Quiero un tamal
              
                                                            ?????

𝗖𝗮𝗿𝗿𝗲

Traenos algo de comer

Estamos aquí como tus esclavos u-u

                             Puedo llevarles sobras

                               Tómento o déjenlo :D

𝗥𝗼𝗯𝗹𝗲𝗶𝘀

¡LO TOMO!

𝗥𝘂𝗯𝗶𝘂𝘀

Peor es nada

Ya viene Juan, nos vemos

Spreen bloqueo la pantalla de su celular y lo guardó rápidamente al ver que el menor se acercaba a la mesa. Minutos después, pidió cuatro platos de comida extra para sus amigos, pero Juan ni siquiera se detuvo a preguntar, pagó la cuenta y ambos salieron del lugar con sus manos entrelazadas.

Juan seguía en su mundo, fascinado con la tranquilidad y mezcla de sensaciones que le generaba estar con spreen, solo su presencia lo hacía sentir bien. Lo miró unas cuantas veces durante el viaje, preguntándose por qué no se había acercado a besarlo desde el día de su cumpleaños, y es que le parecía muy raro, pero le daba vergüenza preguntar, quizás tenía sus razones, aunque la idea de tomar él la iniciativa ya no parecía tan mala, a lo mejor, spreen estaba esperando que él fuera más espontáneo.

Estaba frustrado, no entendía las relaciones.

-Silencio, ya vienen-susurró robleis hacia carre que estaba atento al equipo de sonido escondido en una pequeña caseta del mirador. Habían quedado en que rubius y quackity se encargarían de las luces que previamente colgaron alrededor de todo el lugar, incluyendo los árboles, Carre y rubius se encargarían de la música que iba a ambientar el momento. Todo tendría que salir perfecto, no era ni siquiera tan complicado para que se arruinara la sorpresa.

O eso esperaba spreen.

-Rubii, ¿no debemos encender las luces ya?-preguntó el de gorro al ver que spreen y Juan habían llegado.

-Creo que no, esperemos que se acerquen más-susurró en respuesta el rubio, viéndolos cada vez más cerca-Bien, es momento.

Y la música empezó a sonar.

Juan se sobresaltó al escuchar la música sonando en la oscuridad del mirador, pero de un momento a otro, dejó de sonar de golpe, pareciéndole demasiado extraño. Spreen simplemente no tenía palabras, les había dado una tarea sencilla a sus amigos, no había donde perderse, y lo arruinaron.

-¡Eres un idiota!-gritó en un susurró el pelinegro, empujando a Carre por su error-¡La hubieras dejado 1 minuto al menos!

-¡No me trates así, me confundí de botón!-lloriqueó el más bajo, viendo desde su escondite que todo seguía a oscuras-¿Por qué no han encendido las luces?

-¡No lo sé!

Al otro lado, rubius batallaba con encontrar el botón indicado en medio de muchos cables para encender las pequeñas luces, hasta que luego de unos segundos más por fin lo encontró, chilló de emoción cuando todo el lugar se iluminó.

¡Tonto, van a escucharte!-regañó el de gorro.

Rubius tapó su boca y miró hacia la pareja que acababa de llegar. Spreen sobaba sus sienes con frustración mientras que Juan miraba a su alrededor con expresión confusa. Segundos después, la música volvió a sonar, pero esta vez no se apagó.

-¿Qué es todo esto?-rió por lo bajo el menor-Todo se ve muy bonito.

-Era una sorpresa-respondió sin mirarlo todavía, avergonzado.

Juan tomó la mano de spreen haciendo que sus miradas se encontraran y le sonrió con dulzura, ignorando que sus amigos y los de spreen estaban ahí, porque sí que lo sabía, los había escuchado quejarse entre susurros no tan suaves. Pero la situación le parecía muy graciosa, estaba seguro que Spreen estaba tras todo eso, y conociéndolo, estaba intentando no ir hacia ellos y regañarlos. El detalle le pareció hermoso, y claro que lo iba a apreciar.

-Me encanta, Iván.

El alivio en spreen se hizo notar, sus expresiones se relajaron por completo y esbozó una sonrisa satisfactoria, no todo estaba arruinado, aún podía arreglar el error de sus tontos amigos.

Ambos caminaron hacia las barandas del mirador, observando en silencio y con la música de fondo la iluminada ciudad de noche, un paisaje que juan tenía la oportunidad de ver por primera vez, y estaba tan agradecido por eso, spreen le estaba enseñando más cosas de las que imaginó, por más simples que fueran.

-¿Por qué la sorpresa tan de repente?-preguntó el menor luego de un largo, pero cómodo silencio.

-Quería decirte algo muy importante y no quería que fuera tan simple a pesar de que esto tampoco es la gran cosa-se giró hasta quedar frente a él, viéndolo con cariño y adoración.

-Ya va a decirle— rió con voz aguda el pelinegro, moviendo a carre con emoción.

-Míralo, se ve tan nervioso.

-Es todo un hombre ya —limpió lágrimas falsas bajo sus ojos.

Spreen solo escuchaba el murmullo de sus amigos, pero no iba a perder la calma en ese momento, tal vez después; solo importaba poder expresarse definitivamente ante Juan.

-Sé que ya había dicho que me gustas, juan. Quiero que sepas y entiendas que es totalmente real lo que siento por ti, en ningún momento dudes de lo mucho que te quiero tomó su rostro entre sus manos, sobando sus mejillas con cariño con sus pulgares mientras juan cerraba los ojos ante el tacto, esbozando una pequeña sonrisa-Nunca me había sentido de esta manera, incluso fue demasiado abrumante cuando acepté que me gustabas, fue toda una locura-rio-Pero no pude evitar enamorarme de ti, juan.

El castaño abrió sus ojos al escucharlo decir la última frase. El amor era algo tan lejano para él, no comprendía totalmente cómo funcionaba estar enamorado, pero sabía que lo que sentía por spreen, era por mucho, algo más que solo gustar; quería estar con él siempre, apoyarlo en sus tristezas, estar en sus mejores momentos, quería compartir tiempo juntos ya sea hablando, comiendo o simplemente en silencio, admirándose y amándose. Y aunque no estuviera tan seguro de lo que era estar enamorado en sí, estaba demasiado seguro de que amaba a spreen así como también amaba a sus amigos, a su hermana y a su madre, era la misma sensación de felicidad y tranquilidad la que el mayor le proporcionaba con su sola presencia, lo hacía sentir que todo estaba bien, lo hacía sentir protegido. Tal vez podría estarse equivocando, o tal vez estaba en lo correcto, pero amaba a spreen de todas las formas, era un hecho.

Spreen lo seguía viendo con una sonrisa demasiado encantadora en su rostro, y entonces creyó que era el momento perfecto para tener la iniciativa y besarlo por fin, porque moría por hacerlo y ya no quería seguir esperando. Así que se llenó de valor, se acercó, rodeó el cuello del mayor con sus brazos y lo besó, lo besó de tal forma que lo hiciera entender lo mucho que lo anhelaba y lo quería; sus labios se empezaron a mover con armonía rápidamente, acoplándose sin tanto esfuerzo. Juan se pegó aún más, buscando refugio en los brazos del pelinegro que rápido se posicionaron alrededor de su cuerpo, presionándolo contra el suyo y dándole paso a un beso más profundo en el que sus lenguas se encontraban momentáneamente. Juan nunca había besado de esa manera, pero lo hacía con tanto anhelo que un simple beso ya no era suficiente para demostrar el montón de sentimientos en su pecho.

-Le está comiendo la boca-dijo sorprendido el rubio -¡Se lo va a comer, Quacks!

-¡Rubius, ya cállate!-le tapó la boca con su mano-¡No los espies!-regañó sin apartar la vista de la pareja-¡Qué ascol-casi gritó al sentir la lengua del menor en su palma.

-Tú los estás espiando-frunció el ceño y se cruzó de brazos.

Spreen se separó del menor y lo miró sorprendido por tan repentino y apasionado beso. Juan sintió sus mejillas calentarse al verlo también, sintiéndose tímido de repente, pero al menos ya lo había besado como quería.

-Te amo-soltó primero el menor sin siquiera pensarlo, mirándolo con
profundidad.

¿Qué?, No. —dijo rápidamente el mayor-No puedes decir eso-negó con la cabeza.

-¿No?-ladeó la cabeza confundido el castaño, sintiéndose tonto al instante.

-No, es decir, si —rascó su cabeza con frustración-No debías decirlo primero, se supone que por eso te traje aquí, para decirte que te amo-soltó también, poniéndose tímido cuando por fin lo dijo.

Juan sintió el alivio recorrer su cuerpo y rió, empujando suavemente a spreen por haberlo asustado de esa manera. Sus sentimientos estaban
siendo correspondidos y eso lo hacía sentir inmensamente feliz.

-¿Entonces si me amas?

-Claro que si, te amo, Gafitas-sonrió spreen, abrazándolo de nuevo.

-Bueno, entonces le pedirá que sean novios ¿o qué?-habló robleis demasiado alto sin darse cuenta.

-Mira, tú de verdad estás buscando que Spreen te mate, ¿no es así?-regañó el más bajo.

-Salgan de ahí, todos-dijo juan, lo suficientemente alto para que los
demás lo escucharan.

Los cuatro chicos escondidos se tensaron, spreen iba a enojarse con ellos por haber sido descubiertos.

Spreen cerró sus ojos con fuerza, inhaló y exhaló, tratando de mantenerse tranquilo, y eso ya era mucho viniendo de él al ser alguien demasiado impaciente. Miró a sus amigos con severidad, y ellos simplemente se encogieron del miedo, esperando ser regañados.

-Así que... ¿Tienes algo más para decirme?-preguntó el menor con una
sonrisa divertida.

El pelinegro observó a sus amigos alrededor, dándose cuenta de que juan le estaba pidiendo básicamente que le pidiese ser novios frente a ellos, y a esas alturas, ya no tenía opción, así que con mucho valor, tomó las manos del menor entre las suyas bajo la atenta mirada de los demás presentes. Juan se emocionó inmediatamente, sabiendo perfectamente lo que se avecinaba, ya lo había escuchado de sus amigos hace unos momentos, y aunque hubiera sido una linda sorpresa, aún le emocionaba de sobremanera.

-juan Guarnizo, ahora que sabes que te amo más de lo que pensé amar a
alguien, ¿quisieras ser mi novio?

El castaño no lo pensó y asintió repetidas veces, lanzándose de nuevo hacia el mayor para besarlo.

-Al fin— aplaudió emocionado robleis.

Spreen miró a su mejor amigo mientras abrazaba a juan, dándole esa tipica mirada de "estás muerto" que robleis sabía identificar perfectamente viniendo de él.

-Esta vez, no voy a defenderte por tonto-le susurró Carre, parándose a un lado de quackity para darle un abrazo por los hombros.

Robleis formó un puchero e hizo ojos lastimeros, tratando de convencer al más bajo que no lo dejara solo, pero éste lo ignoró, prometiendo no caer de nuevo ante sus muecas tiernas.

Juan y spreen seguían ajenos a la situación, sumergidos en su pequeña,
pero feliz burbuja de amor, viéndose con cariño.

Estaban enamorados.


El siguiente cap es el final 💗

Continue lendo

VocΓͺ tambΓ©m vai gostar

102K 7.3K 29
un joven de 22 aΓ±os, fanΓ‘tico de Ben 10 viaja a ese universo luego de morir en un trΓ‘gico accidente, estarΓ‘ preparado para enfrentar los peligros de...
54.5K 2.8K 18
π™»πšžπšŒπš’πšπšŽπš› πš›πšŽπš’ πšπšŽπš• πš’πš—πšπš’πšŽπš›πš—πš˜ ΒΏπ™·πšŠπšŒπš’πšŽπš—πšπš˜ πšžπš— πšπš›πšŠπšπš˜ πšŒπš˜πš— πšŽπš• πšπš›πšŠπš— πšπšŽπš–πš’πšπš˜ πšπšŽπš–πš˜πš—πš’πš˜ 𝚍𝚎 πš•πšŠ πš›πšŠπšπš’πš˜...
3.4K 182 5
A Spreen le gusta mucho las gomitas de osito, Roier tiene el pensamiento de que su adorable novio es una gomita osito ya que es muy pequeΓ±o, suavecit...
4.6K 77 1
Rodrigo Ezequiel Carrera,un chico de baja altura perteneciente a la isla verde,conocido por ser alguien un tanto escandaloso,divertido y tierno;para...