Fede comenzó a agarrar varias piezas de distintos platos y se los puso en uno solo, terminando en colocar el dichoso plato entre Félix y él.
"Tienes que probar estos ojos, son los favoritos de Gadiel, y están buenísimos"
Félix dio una carcajada mientras agarraba uno de los ojos para probarlo. -Así que... Ese tal Gadiel es como... ¿Del alto mando?-. Fede asintió mientras se señalaba a él también. -Oh, ¿Tu también lo eres? Vaya... Con razón llevas botas...-. Dijo Félix mientras seguía consumiendo los alimentos. -Oye tenías razón, saben bastante bien-. Comentó el peli-rosado, mientras se disponía a agarrar otro y otro más. -¿Sabes? Soy un gran cantante, apuesto que ninguno de los de aquí presentes podría superarme-. Expresó mientras señalaba a las únicas tres personas que quedaban en la mesa; Una peli-roja con coletas, un chico peli-anaranjado y un castaño que estaba limpiando el comedor. Fede soltó una carcajada silenciosa mientras lo observaba comer.
"Ponte las pilas que ya se esta atardeciendo"
Félix hizo una mueca de flojera. -Ah vamos, solo un poco más...-. Expuso mientras seguía devorando los ojos a bocanadas. -Hazle caso-. Dijo una voz femenina muy al fondo de la mesa. Ambos chicos voltearon en dirección a la voz: Era la peli-roja. -Uy, perdóname eh no es como que te haga caso-. Comentó Félix entre refunfuños. La chica cruzó sus brazos y comento entre carcajadas. -No me sorprende tu actitud después de tu numerito en el desayuno...-. Félix la miró directamente a los ojos. -¿Te importa?-. Expresó. -Bueno, digamos que interrumpiste nuestra reunión, así que sí, me importa-. El peli-rosado volteó a ver a Fede. -¿Quien es esta gruñona?-. Le susurró mientras seguía comiendo. Fede no tardó en escribirle.
"Ella es Riley, también es parte del Alto Mando"
-Pues menuda atención al cliente ofrece...-. Fede lo miró con algo de enojo. -Bueno vale, yo tampoco soy excepcional...-. Riley decidió levantarse finalmente para dirigirse hacia donde se ubicaban Fede y Félix. -Espero que tengas las agallas que requiere presentar el show de esta noche-. Le dijo Riley a Félix con un tono amenazante, mientras se dirigía a Fede. -Tengo que hablar contigo, en privado...-. Fede asintió y se levanto, haciéndole señas a Félix de que regresaría pronto. El menor le asintió entre refunfuños, hasta que Fede y Riley desaparecieron entre las cortinas del comedor. Félix quedó solo junto a su plato casi vacío y... Su diario... Fede se lo había dejado en la mesa sin darse cuenta. -Vaya, ya ni te recordaba-. Expresó entre carcajadas. Dicho esto, el peli-rosado se dispuso a abrirlo, para echarle una hojeada, y tal cual lo abrió, los recuerdos de sus páginas no tardaron en salir. Se sentía tranquilo leyendo sus propias anécdotas aburridas de cualquier chico normal en un colegio de mierda. Se entretenía el solo, como siempre ha sido. Al pasar las páginas comenzó a notar cosas raras, como que algunas estaban manchadas con sangre. .-"...Este Fede..."-. pensó entre risas. Seguía pasando y pasando las páginas, y ahora algunas de ellas tenían incluso dibujos que el no recordaba haber hecho. Y se notaba que no eran de él. Félix era un pésimo artista, dibujaba sólo para desestresarse, y a veces ni siquiera el sabía que había dibujado. Pero estos dibujos... Se veían excepcionales. -¿Será artista?-. Se dijo Félix a si mismo. Continuó hojeando, hasta que terminó en la última pagina que había escrito; el día que lo conoció. En seguida notó que había algo escrito, pero cuando se dispuso a leerlo, alguien le agarró el hombro por detrás.
-No eres muy sociable ¿Eh?-. El peli-rosado pegó un brinco del susto, dándose con la rodilla en la mesa, provocando un fuerte golpe seco. -Carajo...-. Lloriqueó Félix, mientras se recomponía para ver de quien se trataba. -Perdona, no quería asustarte-. Era el peli-anaranjado, con una gran sonrisa en su rostro. -Es que... Te vi solo y quería saludarte-. Félix puso una mueca de incomodidad, pero terminó saludándolo también. -Un gusto conocerte... Uh...-. El chico se sentó junto a él. -Travis, mi nombre es Travis-. Dijo, mientras sostenía uno de sus brazos. -¿Que te ocurrió?-. Exclamó Félix con cierta duda. -Oh, ya sabes, gajes del oficio-. Respondió. El chico tenía su brazo roto, con su hueso expuesto a la luz, ¿Y no le dolía?. De inmediato Félix recordó lo que Fede le había dicho: Aquí nadie muere a menos que él lo quiera. -Lamento escuchar eso-. Expuso el peli-rosado, mientras cerraba su diario. -No te preocupes, al final te acostumbras-. Le respondió Travis. -Así que tu eres el de los jugos ¿No?-. Exclamó el menor. -El mismo en persona-. Respondió Travis con cierto orgullo. -Si no supiera los ingredientes me los bebería a sentadas-. Agregó Félix entre risas. Travis le devolvió una sonrisa. -Veo que te llevas bien con Fede-. Comentó el peli-anaranjado, mientras intentaba recolocar su brazo a su posición original. -Es un buen chico...-. Dijo sigilosamente Félix, mientras una pequeña sonrisita se le formaba en la cara. -Si lo es, aun que también es un gruñón-. Agregó Travis entre risas. Félix correspondió con otras risas. -Hiciste todo un papelito en tu primer día ¿Eh?-. Félix volteó la mirada. -No me lo recuerdes-. Expresó. -Tranquilo, eres el nuevo, es normal que estés confundido-. Le concluyó Travis, dándole una palmada en la espalda. -Es solo que... Jamás me había comido a alguien ¿Sabes?-. Travis le asintió como respuesta. -Por eso nos ocultamos, la gente piensa que somos raros, y no podemos tomar el riesgo de exponernos-. Félix lo volteó a ver. -Hombre, comer personas es un delito ¿Sabes?-. Agregó el peli-rosado con cierto tono de desinterés. -Lo se, por eso soy vegetariano-. Añadió Travis. -Wow, eso no me lo esperaba-. Le comentó Félix, mostrando algo de interés. -Nadie se lo espera, a Riley y a mi nos miran raro por eso, pero solemos ignorarlo-. Concluyó Travis, levantándose de la mesa. -Deberías ir preparándote, el show no tardara en comenzar-. Félix le asintió, recogió el diario y se levantó para seguir a Travis a donde sea que fuera, pero al salir del comedor, una mano lo agarró del brazo fuertemente; era Fede. -Woah, ¿Cuánto tiempo llevas ahí?-. Preguntó Félix, pero Fede no le respondió. Se le notaba algo... ¿Molesto?, y como ya era su costumbre, tiró de Félix para llevarlo a donde habían practicado anteriormente. -¿Que te pasa? ¿Estas celoso o qué?-. el albino respondió con un refunfuño. -Vale, no digas nada como siempre-. Agregó Félix con cierta sátira. Rápidamente, Félix notó que el lugar estaba muchísimo más lleno que ayer, había de todo; payasos, mimos, malabaristas, incluso había algún que otro vendedor de dulces.
-¿Pero cuanta gente hay en este lugar?-. Le preguntó Félix a Fede, este respondió con un gesto dando a entender que quería decir que había mucha. Analizando el lugar, Félix reconoció a varios de los presentes; Berseker y Muto se encontraban por ahí, también se encontró con el chico que vomitaba, la que sangraba mermelada y finalmente con Jackson y Osmar. El peli-rosado se acercó a saludarles. -¿Cómo estas Osmar?-. El chico lo saludó estrechándole la mano. -Pues preparándonos para el gran show-. Jackson se arrimó. -¿Estas tú preparado?-. Félix puso una pequeña mueca ante el comentario, quería hacerlo, pero todo su cuerpo estaba repleto de temor, miedo y nervios, pues era un chico reservado y solitario, no solía actuar en público, por no decir que jamás lo había hecho. -Haré lo mejor que pueda-. Concluyó Félix poniendo una falsa sonrisa. -Eso esperamos-. Escuchó Félix. En efecto, era esa maldita voz... Riley... -Si no tienes nada positivo que decir mejor no digas nada-. Riley frunció el ceño. -Como si tuviera algo positivo que decir sobre vos-. Terminó reprochándole en la cara. -No me sorprende viniendo de una payasa... -. Le contestó Félix de mala gana, provocando que la peli-roja se enfadara más.
Entre toda la discusión, Osmar los separó. -Ya esta, cálmense, no tenemos tiempo para esto-. Explicó. Ambos personajes voltearon refunfuñando. -Vas a tener una gran amistad por aquí-. Le dijo Jackson a Fede entre carcajadas, contagiándoselas al contrario. -En fin, Jackson, vamos a hacer nuestro último ensayo-. Le comentó el peli-morado al peli-azulado. Félix se despidió de ellos con un rápido gesto de manos. A lo lejos, visualizó a Berseker y Muto practicando, parecía que ellos eran mimos, ya que actuaban como si agarraran o utilizaran cosas que no se veían. Finalmente Fede se acercó al peli-rosado con el sable en mano. -Muy bien, hagamos esto unas cuantas veces más-. Le comentó Félix con cierta emoción. El sabía que lo que estaba haciendo era enfermizo, ¿Meterse un sable de verdad a la garganta?, pero lo que decía Fede no era falso. Había una chica partida a la mitad que podía hablar, respirar, sentir... Vivir... Algo en este lugar los mantenía vivos, alguna clase de magia extraña rondaba cada rincón del extravagante circo. ¿Pero que era? ¿Cómo era posible?, eso era científicamente imposible. ¿Acaso estaba alucinando? ¿Estaba muerto? ¿Era eso el infierno? ¿O a caso hay lugares en el planeta donde hay cosas que todavía no se han descubierto?. Ya no importaba más. Curiosamente se sentía a gusto a pesar de todo lo ocurrido. Ya no le importaba. Estaba decidido a ser uno de ellos. Y si ese show nocturno marcaría si lo era o no, entonces los dejaría atónitos. Fede terminó abrazándolo, no era algo común en él, pero parece ser que quería que Félix se sintiera lo mejor posible dentro de este oscuro lugar. ¿Acaso se preocupaba por él?.