Giants - Jungkook

By _imsander

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Avery Alcott pasa de vivir una vida tranquila en Canadá a entrar a la universidad y vivir en una residencia e... More

prólogo
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Especial 1-Sol y Playa
Especial 2-Cosas de Hombres
Especial 3-Haylie y cita
Especial 4-Boda y Tests
Especial 5 - Veinte a que es niño
Especial 6- Arian y Adler
Agradecimientos
¿Regalito de fin de año?

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By _imsander

Miré mi reflejo con seguridad, esta vez no iba a llorar. No estaba sola, todo mi mundo no se centraba en Noah, tenía personas que valían mucho más.

Me subí la falda tras ponerme los leggins debajo. Bajé el jersey negro y sonreí al espejo.

—Va a ser un buen día —murmuré.

Me dejé la cabellera suelta y salí con una sonrisa del baño. Mientras agarraba mi mochila sonó mi teléfono, mi padre. Acepté la llamada mientras salía de mi apartamento. Sólo quería saber lo que ocurrió el día anterior, no di detalles; simplemente estaba agobiada y no estaba de humor. Mi padre parecía preocupado, pero no había venido a asegurarse de que estaba bien de verdad; no tenía tiempo para eso.

Bajé a la cafetería, entré buscando directamente a los chicos de ayer. En la cola estaba Prescott con Laech. Me acerqué silenciosamente y asusté al rubio.

—¡No hagas eso!

El castaño reía descontroladamente. Sin duda esos dos eran la pareja típica de personas contrarias que se llevaban sorprendentemente bien. Agarré una bandeja y escuché a los dos hablar de un tema aleatorio por completo.

—¿Estás mejor?

Fruncí el ceño a la pregunta de Prescott.

—Ayer...vimos la escena, preguntamos a Jeon cuando nos lo cruzamos en la tarde, pero dijo que estabas en proceso de ser persona.

—Oh—sonreí avergonzada—estaba durmiendo...

—Hoy te ves mejor—me sonrió Laech antes de despeinarme cariñosamente.

—Hiciste bien alejándote de esa mesa—dijo Prescott sonriente—Quédate con nosotros.

Me llevé a la mesa un café y una macedonia de frutas. Seguí a los dos chicos hasta una mesa en la que ya esperaba Farrel. La chica miraba despreocupada el móvil mientras se comía unas tostadas. Al ver como los dos de sentaban en frente dejó el móvil en la mesa.

—Tardones.

Me senté al lado de ella algo nerviosa. Tenía mucho carácter y aún no sabía cuál sería mi límite para soportar sus accidentales comentarios desagradables.

—Buenos días, Alcott—me sonrió—¿Me das un cacho?

Asentí brindando mi cuenco de frutas. Pinchó un pedazo de manzana y se lo llevó a la boca antes de insultar a Laech por patearla bajo la mesa. Esos dos se la pasaban gritándose, era entretenido de ver.

—¡Buenos días!

Un rubio de ojos ambar se sentó al lado de Prescott. Ese chico lo había visto en algún lugar. Vestía de colores claros y tenía una sonrisa deslumbrante. Posó sus ojos en mí pero no dijo nada. Tenía el rostro con facciones marcadas, mucho.

—Buenos días.

Otra castaña de pelo corto y algo ondulado se sentó a mi lado con una sonrisa. Tenía los ojos rasgados, mucho, me sonrió antes de prestar atención al rubio de delante, ese que seguía mirándome.

—¿Chica nueva?

Un chico de pelo rubio oscuro se sentó al lado de la castaña de mi derecha. Era demasiada gente nueva para mí, no sabía que eran tantos.

—Es Alcott—dijo Farrel comiendo sus tostadas mirando el móvil.

—¿La famosa Alcott?—preguntó el rubio claro—¿Por qué no está en su grupo?

—¿No viste lo de ayer?—susurró alto la chica a mi lado—Como Kayssin la golpeó...

Hice como si no escuché eso, bebí mi café tensa. No quería recordarlo, la verdad; menos aún lo que continuó después. Me dio un bajón importante.

—Ling, susurras fatal—dijo Laech sonriente.

La chica se disculpó conmigo exageradamente, hizo como ochenta reverencias de pie diciéndome que la perdonara por su poco tacto.

—Ling, siéntate—ordenó divertido el rubio de ojos ambar

—Me llamo Justin Ross, dime Justin—el chico de rubio oscuro me enseñó el dedo pulgar.

Raro.

—Encantada—dije con una sonrisa sincera en el rostro.

Me hacía ilusión conocer gente nueva. Esa mesa me agradaba, parecían unidos.

—Yo soy Ling Hong, siento lo de antes.

—No te disculpes—pedí negando—No pasa nada.

No, sólo estuve llorando una mañana entera y durmiendo el resto del día.

Cuando el chico frente a mí iba a presentarse, una presencia que por unos minutos había olvidado apareció tras de mí. Sentí unas manos en mis hombros, al mirar la mano derecha supe quién era al instante. La mesa se quedó en silencio, Farrel estaba tensa mirando su móvil y Prescott atendía a su bandeja como si hubiera un gran misterio que resolver en ella. El resto palideció, excepto el rubio de nombre desconocido.

—Smith...

—Jeon...

Se conocían, bien...¿Por qué había tanta tensión? Jungkook abrazó mi cuello y me susurró en el oído.

—Compañero de Nury—murmuró.

Entonces era mayor que yo. Seguí mirando su rostro, era verdaderamente guapo...

—Cameron Smith, llámame Cameron.

Lo recordé al instante, el Top5 de Noah incluía un tal Cameron. Si era ese, sin duda merecía estar en el top. Tragué en seco asintiendo.

Si era compañero de Nury, Jungkook tendría una cruz enorme tachando su persona.

—¿Me das?

—Ve a por tu desayuno, Jungkook. Deja de robarme el mío.

—Eres muy egoísta, Avery...

Jungkook hizo una seña a la chica de mi lado para que se echara hacia la derecha. Ella acató las ordenes con rapidez, supongo que era el poder de Jeon Jungkook y su intimidación. Se sentó a mi lado y me susurró que Smith me estaba comiendo con la mirada y no le estaba haciendo gracia.

—Que haga lo que quiera—respondí comiéndome otra fruta.

Dejé lo poco que quedaba de café frente a Jungkook y pregunté a Laech por su camiseta, era de un color verde claro y tenía unos dibujos que no lograba ver por la chaqueta que tenía encima. Comenzamos a hablar de juegos, no tenía idea de la mitad. Sorprendentemente Jungkook se metió en la conversación, él y Laech hablaban amenamente, como si fueran amigos de siempre. Me sorprendió lo accesible que estaba Jungkook con él.

—Harper sigue convencido de que sois pareja—dijo Farrel en mi oído.

—¿Laech?

—No nos llames por el apellido, somos amigos.

Amigos, amigos nuevos.

—Liv, entonces.

—Bueno, Avery, cuéntame, ¿Estáis saliendo?

—Supongo que sí—susurré comiéndome el último pedazo de fruta.

—¡Si sois super diferentes!

—No tanto—dije sonriente recordando a Jungkook cuidándome ayer.

Aparentemente éramos muy diferentes, pero nos combinábamos bien; él sabía como hacerme sentir mejor y yo era el apoyo que no tenía.

—¡Vamos tarde!—exclamó Prescott...bueno, Yael.

Comenzaron a levantarse apresurados mientras que Jungkook iba tranquilamente.

—Te llevo—me dijo haciendo una seña para que me levantara.

Me despedí de mis nuevos amigos y seguí al menor de los Jeon. Agarró mi muñeca cuando vio que también se levantaban los de la mesa de Noah. Alice me saludó junto a Taehyung y Nury. Sonreí inconscientemente, aunque se me borró la sonrisa cuando vi a Noah asesinándome con la mirada.

—Llevas esa falda.

—¿Sí?—pregunté mirándola algo confusa.

Jungkook se acercó y me susurró en el oído que la última vez que la llevé fui empotrada contra un Tesla. Antes de ver mi reacción se fue a por su moto. Me acerqué sonrojada a Pablo, este me contó lo que había oído de Noah y yo le comenté por encima como iba con Jungkook. Pablo parecía un padre orgulloso cuando le decía lo bueno que era Jungkook a veces.

—Me alegra que estés bien—dijo sonriéndome—Sabes, tú y Jungkook son los únicos que hablan conmigo a parte de para mi trabajo.

—¿Jungkook también?

Asintió riendo.

—Me pregunta cosas de ti, yo sólo puedo decir lo emocionada que vienes a contarme como fue tu día y que siempre tienes una sonrisa radiante.

—Me voy a sonrojar—murmuré mirando la puerta de cristal que daba a fuera.

—Me enteré de lo ocurrido ayer, Jungkook me estuvo contando. Sé que no es de mucha ayuda, pero puedes acudir a mí para lo que sea. Seré tu padre adoptivo.

Padre adoptivo Pablo. La verdad, me gustaría que alguien como él ejerciera de padre cuando me sintiera mal. Sabía escuchar y aparentaba saber bastante y dar consejos dignos de manual.

—Créeme, sí ayuda.

Jungkook acababa de salir. Me despedí de Pablo y anduve con prisa, íbamos tarde. Me puse el casco y me abracé a su espalda con fuerza.

—La semana que viene hay examen—dijo cuando llegamos—El jueves, la siguiente ya está llena.

—No me lo recuerdes—murmuré.

Era viernes, estaba hablando con Yael y Harper en el jardincito. Estábamos jugando a las cartas con música puesta, esa típica de la década de los dos mil diez. Harper echó un tres de carta ganándonos de nuevo. Suspiré frustrada. Ese chico con unas cartas era imparable.

—¡Avery!

Nury se acercó con una sonrisa. Se acuclilló mirando las cartas y a mis dos amigos. Unos bastante cercanos para los días que llevaba conociéndolos.

—Oh, Jeon mayor—dijo Harper sonriendo—Tienes vibras pacíficas, a diferencia de tu hermano.

—Lo sé—dijo con una sonrisitas—¿Venís a por un helado?

Los dos aceptaron, no me quedó de otra que aceptar también. Los cuatro caminábamos hablando de películas, el que menos hablaba era Yael, parecía estar agusto escuchando a su posible mejor amigo hablar como un presentador de fútbol, no se callaba ni bajo el agua. Nury iba a mi lado, escuchando y comentando con Harper.

—Emmm, Avery.

Miré a Nury con mi helado en la mano. Sólo faltaban los otros dos que estaban en la cola aún.

—Sé que lo hiciste con Jungkook...pero, ¿Es posible que tú y yo..?

Iba a responder que no entendía a que se refería cuando los dos restantes aparecieron preguntando si volvíamos a la residencia.

Era un día relativamente cálido, el día estaba despejado y no había casi brisa, sólo hacía algo de fresco. Bastante raro para la época.

—¿Taehyung?

Frente a nosotros estaba una moto parada en un semáforo. El primero estaba cubierto por completo, pero el segundo se había levantado el cristal del casco, definitivamente era Taehyung.

—Venga, no me defraudes Keon—dijo divertido.

La moto aceleró de una forma fascinante, muy probable que les pusieran una multa a ese paso. Paré en seco, ¡Esa moto era la de Jungkook! ¡Y dijo Keon! Miré la hora apresurada, las ocho. Tendría carrera ahora...

Miré a mis amigos, estaban confusos por mi reacción. Me miré rápidamente, pantalones negros anchos, top negro y una chaqueta roja, me valía.

—Tengo que ir a un sitio, nos vemos.

Me di la vuelta y comencé a andar rápido hacia la parada de bus que conocía. Me senté en la parada terminándome el helado.

El camino de ida fue muy aburrido, demasiado. La otra vez tuve a alguien que me hablara, pero esta vez sólo estaba yo y mis auriculares. Cuando llegué ya era de noche, aceleré el paso por la explanada hasta que comencé a escuchar los gritos e incluso algo de música, parecía un festival más que una carrera. La gente estaba con bebidas o fumando dejando un olor catastrófico alrededor, observé cuidadosamente, a lo mejor conocía a alguien de allí. Por los altavoces anunciaban que las carreras comenzaban sobre las nueve y media, es decir, en cuarenta minutos. Pasé de largo directa al concesionario, a lo mejor me encontraba a Jungkook  antes de que corriera.

Miré la puerta doce y toqué. No me esperé para nada que me abriera Taehyung con mascarilla, se quedó mirándome fijamente, petrificado. Saludé algo asombrada y este simplemente cerró la puerta y gritó a Jungkook que estaba fuera. Este me abrió sorprendido.

—¿Qué haces aquí?—preguntó permitiéndome pasar.

Iba sin camiseta de nuevo. Tenía la parte de abajo del mono de correr puesto y las mangas atadas en la cintura. Me tentaba el recorrer esos músculos con mis manos, si me apuras también con la lengua.

—Vine a verte correr—dije entrando con las manos en la espalda.

Lo primero que vi fue el coche, limpio. Me avergüencé al instante, pero lo disimulé bien quitando la mirada de él rápidamente.

—¿Lo sabe?

—¿Que yo corro? Sí, ¿que tú lo haces? Se acaba de enterar.

Miré curiosa a Taehyung. Este maldijo en bajo varias veces.

—Soy Vante —susurró.

Vante, recuerdo cuando dijeron ese nombre, era uno del top7. Iba a preguntar desde cuando corría cuando entraron unos cuantos chicos, cinco para ser exactos. Jungkook se puso serio, muy serio. El trapo que tenía en su mano lo tiró con fuerza contra la mesa.

—¿Qué cojones hacéis aquí sin llamar?

Los cinco palidecieron.

—Ehm, bueno, pensé que...

—¿Una chica?¿Taehyung se trajo la novia?

Un chico de cabellera castaña y una sonrisa deslumbrante como el sol me señaló, lo reconocí porque una vez estuvo con Noah; creo que se llamaba Hoseok. El chico que estaba nervioso al tratar de hablar con Jungkook me miró con esos ojos rasgados. Todas las miradas estaban en mí. Normalmente me sonrojarías por la situación, que me prestaran tanta atención me ponía algo tensa. Pero Jungkook me cubrió poniéndose delante. No me había fijado, pero tenía tatuado un poco mas abajo de la nuca dos palabras: "I Will"

Darlin'
Just say you will
Will you remember those times?
That I have held until
Tonight
If you say you will
I'll leave it all behind
Don't you remember those times?

Jungkook realmente amaba esa canción al parecer, claro, suponiendo que mis sospechas sean ciertas y ese " I Will" sea respuesta a la canción.

—Largo.

—Jungkook tan agradable como siempre, ¿Verdad, RM?

—No lo provoques, Agust'D.

Eran los corredores, bueno, el resto de ellos.

—¿Por qué la tapas?

—He dicho que os largueis.

Jungkook se cruzó de brazos, no parecía para nada estar controlando su mal humor característico.

—Chicos, vámonos —dijo Taehyung acercándose a ellos.

—Oh, espera...¿Es su chica?

—¿La de su foto de perfil?

—¡Somos amigos! ¿Por qué no nos presentas a tu follamiga?

—¿Y si no son amigos?

—Entonces no estaría en su perfil, memo.

—¡Fuera!—gritó Taehyung empujándolos.

Cerró la puerta dejándonos a Jungkook y a mí solos en el garaje. Se les escuchaba hablar fuera, parecían agradables a pesar de unos cotillas. Miré la puerta asombrada, pensé que Jungkook no tenía amigos...

—Quedan quince minutos—murmuró mirando un reloj de pared—quítate la ropa.

—¿Qué?—pregunté desubicada.

—Te he dicho que no cuestiones mis órdenes, Avery.

Jungkook me miró sobre su hombro con una expresión de molestia. Sentí una corriente eléctrica subir por mi espalda al instante. Comencé quitándome la parte superior algo nerviosa, sentía la tensión en el ambiente y tener semidesnudo a Jungkook no ayudaba. Me quité las zapatillas para poder bajarme el pantalón con más facilidad. Me quedé en bragas frente a él. Jungkook sonrió desde la mesa y exigió que me acercara a él con sus dedos. Anduve lentamente hasta estar frente a él, me recorrió con la mirada justo antes de rodear mi cintura con su mano izquierda y con la derecha dirigir mi cabeza hacia sus labios. El beso era de esos necesitados que más que un beso parecía quererse comer mis labios directamente. Abrí la boca dejando su lengua hacer lo que quisiera con la mía. Gemí contra sus labios cuando su mano agarró uno de mis glúteos con fuerza, seguramente dejando marca de sus dedos. Ambas manos me agarraron del trasero y apretaron mi cuerpo contra el suyo. Levanté la mirada dejando mi cuello a su disposición, besó el mismo, bueno, devoró cada centímetro de piel que dejaba a la vista. Tras morder y lamer mi cuello me subió a la mesa para tener a su altura mis pechos. Se metió uno en la boca mordiéndolo ligeramente.

—¡Jungkook!

—Grítalo más fuerte—murmuró besando ahora el otro pezón —No volverán a emparejarte con Taehyung delante de mí...

Enredé mis dedos en su cabellera mientras chupaba como un biberón mis pechos.

Se separó y se despeinó la cabellera. Anduvo hacia atrás, sin quitarme la mirada de encima. Se sentó sobre su Tesla y me indicó que me acercara. Mientras caminaba miraba como cada músculo se tensaba cuando se desató el mono y lo bajó mostrándome su miembro. Señaló el suelo frente a él. Me relamí los labios viendo como su mano subía y bajaba por su longitud. Me arrodillé frente a él y subí mis ojos hasta coincidir con los suyos. Se inclinó para dejar un casto beso en mis labios.

—Ahora hazme una buena mamada, ¿Quieres?

Asentí sin apartar la vista de sus oscuros ojos. Estaba hipnotizada por completo, bajé mi mano a mi ropa interior y me acaricié mirando como su mano subía y bajaba.

—No te toques, Avery.

—Per-

—Avery, abre la puta boca y no digas nada.

Tragué en seco e hice lo que me ordenó. Me acerqué más hasta estar entre sus piernas, me apoyé en ambos muslos y abrí la boca. Introduje su miembro en mi cavidad bucal escuchando como gruñía con fuerza. Gimió mi nombre cuando con mi lengua lamí su glande.

—Oh, mierda...

Su mano hizo una coleta con mi cabellera suelta y comenzó a controlar el ritmo en el que me penetraba la boca. Casi me atragantaba por la profundidad y su velocidad, pero no decía nada, el mar de gruñidos y gemidos en el que se había convertido Jungkook era suficiente para mí.

—¡Jungkook! ¿Puedo entrar?

Era Taehyung tocando la puerta.

—Oh, joder, Avery...fuck...sigue así...lámelo completo... mmmm...Avery...
  
Jungkook estaba en su mundo, no prestaba atención a los llamados de su amigo. Estaba enfocado en lo que yo estaba haciendo, y sinceramente yo también. Jungkook comenzó a acelerar mucho más hasta que sentí un líquido explotar en la parte de atrás de mi boca. Jungkook paró tras un gruñido y soltó mi cabellera apoyándose en el coche. Dejó caer su cabeza hacia atrás. Tragué todo lo que pude y la aparté de mi boca. El pecho de Jungkook subía y bajaba de forma algo irregular.

—Joder, Avery...te voy a poner de rodillas más a menudo—murmuró entre jadeos.

Siempre y cuando gimiera con esa voz ronca, estaría de acuerdo.

—¿Jungkook? ¿Te has muerto? ¿Avery?

Jungkook me indicó que fuera a la mesa. Anduve hasta allí relamiéndome los labios. Me senté sobre la mesa y observé como se subía el mono tras limpiarse con algo de papel. ¿Eso era todo? ¿Ya está?

Se acercó a mí tras ponerse el mono hasta arriba y subirse la cremallera. Miré entre enfadada y confusa su acción.

—No me mires así, Avery. No he terminado contigo.

Me besó con rureza mientras sus manos se deslizaban por mi cintura hasta la tira de mis mojadas bragas. Las bajó lentamente, una lenta tortura que acabó cuando estas llegaron a mis tobillos. Sus manos recorrieron mis muslos por la parte interior y separó mis piernas bruscamente. Su mano derecha no tardó en deslizarse hasta mi zona íntima. Me separé de su boca al sentir como pasaba dos dedos de abajo a arriba. Solté un gemido bastante ahogado y me arqueé hacia atrás. Jungkook besó entre mis pechos y fue bajando mientras sus dedos jugaban con mi clítoris obligándome a jadear. Solté un suspiro cuando sus besos llegaron bajo mi ombligo. Apartó su mano y me sonrió ladinamente.

No me digas que va a...

Sacó su lengua y pasó por toda mi zona íntima obligándome a retorcerme por la nueva sensación.

—¡Jungkook!

—Sigue, creo que Taehyung no te ha oído aún —dijo metiendo sus dos dedos en mi boca.

Los llené de babas, algo no muy complicado de todo lo que salivaba en esos momentos, y los metió directamente en mí. Grité su nombre tan fuerte que Taehyung abrió la puerta bruscamente justo cuando la lengua de Jungkook hizo contacto con mi clítoris y su mano izquierda agarró uno de mis pechos. El grito que solté en ese momento habría alertado hasta a aquellos que estaban bebiendo donde la carrera.

—¡Joder!

Taehyung cerró la puerta. Jungkook rió contra mi intimidad antes de comenzar unos rápidos movimiento de dedos y lengua que me volvieron un mar de gemidos.

Fuck, Jungkook...more...please...

—Si me hablas con ese acento vas a tener que prepararte para gritar más, Avery.

I'm waiting for it—susurré con una sonrisa.

Jungkook no mintió, usó su lengua y dedos con tal maestría que no tardé ni un minuto en correrme como una maldita cascada. Ese había sido uno de los mejores orgasmos de mi maldita vida. Sacó los dedos de mí y me los llevó a la boca. Los lamí mirando su sonrisa, esa traviesa y de alguna forma victoriosa.

—Ahora sí puedo ir a ganar esas carreras—murmuró cerca de mis labios.

Aún tenía la respiración agitada, me pregunto cómo se habrá quedado Taehyung tras vernos...

—¿Me las dedicas?

Rodeé su cuello con mis brazos y apoyé mi frente sobre la suya.

—¿Las victorias?—asentí—Sólo si me dejas follarte al volver a casa.

Era una propuesta más que tentadora.

—Hecho—dije atrayendo su boca a la mía.

Me acerqué a la valla como la última vez. Jungkook me había prestado un cubrebocas y un gorro, me dijo que de esa forma era más seguro. No entendía a qué se refería pero yo igual me los puse. La gente estaba gritando como loca, los coches estaban llegando. Jungkook bajó de su coche saludando con el cubrebocas, las gafas y el gorro. Se acercó hacia mí a paso rápido, el de megafonía comentaba lo extraño que era que el corredor se acercara al público, sobretodo Keon. Agarró la mano que tenía apoyada en la valla y la acercó a su boca, aunque me besara la mano con el cubrebocas se entendió perfectamente el gesto.

—¡Lo nunca visto! ¡Será que el famoso Keon se trajo a la novia?

Las personas de mi alrededor me miraron fijamente, me quedé completamente paralizada cuando Taehyung también se acercó y besó mi otra mano. ¿Qué pretendía?

—¡Parece ser que esto es una competición! ¡Vante y Keon cortejando a la misma damisela?

Tragué en seco, me perdí en aquella situación. Jungkook le hizo un par de gestos bastante agresivos a Taehyung, este último le enseñó el dedo de en medio antes de subirse al coche.

—¡Vaya! ¡Parece que hay una enemistad entre los inseparables Keon y Vante! ¿Habrá choque de manos al terminar la carrera como habitualmente vemos?

La carreta estuvo tensa, esos dos parecían ir a matarse entre ellos, se cerraban de una forma bastante brusca y para adelantar incluso de empujaban, ¿Qué les pasaba? En la última curva Taehyung que iba tras Jungkook, dio un golpe bastante fuerte en la rueda derecha del coche de Jungkook. Me llevé las manos a la boca cuando vi como el coche de Jungkook acababa dando dos vueltas en horizontal antes de cruzar la meta. Todos los coches se frenaron, aunque quisieran no podían pasar la meta con el coche en medio. Estaba algo golpeado por la vuelta que había dado. Salté la valla preocupada, llegando al coche la puerta de este se abrió igual que el de Taehyung. Jungkook parecía estar en perfectas condiciones, se dirigió a Taehyung a paso rápidos, tuve que correr para alcanzarlo. Empujó a Tae con fuerza y señaló el coche, no escuchaba nada por el ruido y el hombre del megáfono. Cuando llegué a su altura el resto de los corredores aún estaban llegando.

—¿De qué cojones vas?

Jungkook empujó de nuevo el pecho de Taehyung.

—¡Fue un accidente! ¡No pensaba que pasaría eso!

—No es por esto, ¿Qué cojones te pasa, tío? La primera curva, en la segunda casi me sacas y ni te cuento cuando aceleraste en la curva siete, ¿Querías matarte ahí? Además, ¿Por qué besaste la mano de Avery?

—Jungkook—murmuré algo tensa.

—¡Estaba cabreado, joder! ¡Lo hiciste a propósito! Te conozco, lo que hiciste en el garaje fue a propósito, querías que entrara...

—¿Eso justifica que casi nos mandes a los dos al hospital?

Me puse en medio de los dos a ver si me hacían caso de una vez.

—¡Yo la vi primero!

—Pues yo me la follé antes.

—¿Qué coño os pasa a los dos?

Ambos me miraron y bufaron. Jungkook pidió disculpas por la escena a Taehyung y se fue hacia su coche dejándome allí confusa. ¿Ahora qué?

—¿Lo hiciste a propósito?—le pregunté a Taehyung.

Jungkook podría haber acabado en el hospital por su enfado incoherente.

—No.

—Vale, sólo quería saber eso.

—¿Y tú? ¿Te follas a mi mejor amigo a propósito?

—No, no me lo follo para tocarte los cojones a ti, ni a Noah, ni a Nury—su pregunta me estaba llevando al borde de la impotencia—Me lo follo porque me sale de los ovarios, Taehyung.

Traté de alcanzar a Jungkook. Este estaba dirigiéndose al concesionario a toda bala, por lo que había escuchado estaban retirando el coche de la pista para la carrera de motos. Entré sin llamar, Jungkook se estaba quitando el mono mientras maldecía.

—¿Estás bien?

Se lo bajo quedándose en bóxer. Dio una vuelta mirándose en el espejo, ese en donde una vez nos sacamos una foto.

—No tengo nada.

—Aún—dije acercándome a su cuerpo.

Comencé a toquetear su espalda y brazos esperando a que hiciera una pequeña mueca. Cuando llegué a su hombro derecho gruñó, me alarmé un poco.

—¿Aquí te hiciste daño?

—Puede ser—murmuró.

—¿Seguro que está bien?

Jungkook se dio la vuelta y dejo un casto beso en mis labios. Apoyó su frente sobre la mía y sonrió con una ternura fascinante; la dualidad del chico frente a mí me tenía loca.

—Estoy bien, no te preocupes.

—Entonces puedes ir a ganar la siguiente.

—Claro que sí, quiero volver a casa cuanto antes—murmuró contra mis labios a la vez que apretaba con su mano mi trasero.

Solté un jadeo cuando dejó un azote en el mismo. Sonrió pidiéndome que me quedara allí, según él, ya había montado suficiente espectáculo.

Yo esperé. Me senté en la mesa donde anteriormente me hizo el mejor oral de mi vida y observé el lugar con detalle. Cada herramienta, trapos sucios, incluso gasolina bajo las herramientas.

Fueron quince largos minutos hasta que por la puerta del garaje entró Jungkook y su moto. La dejó aparcada y agarró una bolsa que también estuve mirando un largo rato suponiendo qué habría dentro. Sacó un pantalón de cuero brillante, un jersey del mismo color oscuro y un gorro negro. Vi con detalle como se quitaba el mono quedándose en ropa interior. Me acerqué por la espalda y lo abracé. Besé toda la espalda a la que llegaba escuchando su risa leve. Llevó sus manos a las mías y las acaricio mientras seguía dejando húmedos besos. Tiró de uno de mis brazos y me dio una vuelta hasta acabar frente a él. Soltó mis dos manos y se subió los estrechos pantalones. En vez de ver como sus piernas eran tapadas por la tela, me quedé viendo sus músculos tensarse al subir la vestimenta. Tragué en seco mirando sus clavículas. El cuerpo de Jungkook no era broma...

—¿Qué miras tanto?—preguntó echando su cabellera atrás mientras me daba un buen repaso con la mirada.

—¿Y tú?

Jungkook negó con una sonrisa desviando la mirada. Le seguí cuando comenzó a andar hacia la mesa. Abrió un cajón sacando su móvil, mandó unos mensajes  y volvió hacia el espejo. Tenía curiosidad, me acerqué por detrás mirando todo lo que pudiera su cintura, sus músculos, esa ancha espalda...

—Avery, ponte aquí—dijo señalando su lado.

Obediente me quedé ahí. Sabía que haría otra foto, Jungkook estudiaba la misma carrera que yo y la fotografía era esencial. Sabía que buscaba un bonito ángulo y que lo principal fuera...no sé, él sabría qué. Se ladeó y me pegó a su cuerpo. Pasó su mano por mi cuello hasta posicionarse poco más abajo de la oreja. Me obligó a mirar a su sonriente rostro antes de dejar sus labios sobre los míos.

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