La tarde antes de que todo sucediera había sido como cualquier otra.
Giyuu se encontraba sentada frente al mostrador de la floristería raspando sus uñas con insistencia, tenía un montón de papeles regados, entre ellos pequeñas notas con recordatorios y una libreta con una lista de cosas para el negocio.
Sin embargo, había decidido dejar todo eso de lado para quitarse el color rosa salmón de las uñas.
—¿no te gustó el color? —alzó la cabeza con algo de sorpresa ante la repentina pregunta de una voz profunda y masculina—. Yo creo que se te ve bien —le dijo con una sonrisa.
Rengoku Kyojuro era el hermano mayor de su mejor amiga de toda la vida y su mejor amigo también. Solía ayudarle constantemente en la floristería.
—¿Tú crees? —preguntó con voz neutral y bajito, su voz era dulce y suave, pero a veces solo parecía un murmullo—. Yo creo que no me queda del todo.
Kyojuro dejó salir una tenue risa.
—es cierto. Supongo que eso es lo que más te caracteriza, Giyuu. Tienes un encanto bastante natural.
Dicho eso, volvió a girarse con la regadera en la mano para continuar regando las flores.
La susodicha sonrió con un poco nervio, siempre se ponía algo nerviosa al estar con él. Pero, en su cabeza reprochaba que de ambos, Kyojuro definitivamente era mucho más encantador que ella.
Pero no se quejaba. Giyuu era muy consciente de que Kyojuro era la razón principal de que la florería siguiera en función.
—Kyo, estás regando de más las lilas.
Él soltó un respingo y sonrió con nerviosismo.
Después de que Tsukako, la tía de Giyuu, fue hospitalizada unos años atrás, dejó la florería en manos de la joven.
Ella la priorizó inmediatamente tan pronto como se graduó de la preparatoria, pero aún así le preocupaba arruinar el negocio de la familia.
Para su buena fortuna, Kyojuro insistió en ayudarla a sobrellevar la tienda y ha estado trabajando en el lugar desde entonces. Aunque era obvio que él era la atracción principal del lugar. Él atraía a chicas que traían chicos interesados en comprar flores para esas chicas.
Como en esos momentos.
Dos muchachas habían entrado al lugar para hablar con Kyojuro, mientras otros dos muchachos pasaban por afuera y las miraban conforme avanzaban.
Giyuu estaba prácticamente un noventa y nueve porciento segura de que esas dos no iban a comprar absolutamente nada.
Ay la juventud.
Ambos intercambiaron miradas unos instantes, la chica se permitió sonreír levemente.
Pobres muchachas, si tan solo supieran que Kyojuro tenía novia.
Él se acercó al mostrador y recargó un brazo en el, acercándose a Giyuu para murmurarle:
—estas chicas me recuerdan a ti y a Sabito cuando estaban en preparatoria.
Ella dejó salir una pequeña risa.
—tienes razón.
—¡YUU! —se escuchó desde la entrada trasera de la tienda.
—hablando de la reina de Roma.
Sabito era una muchacha de cabellos durazno y ojos violeta con una cicatriz en la mejilla, usaba un vestido sencillo de color gris, apareció desde la puerta trasera de la tienda, la cual era la puerta principal de la zona de la casa, llamaba con insistencia a su amiga.
—¡Yuu! ¿Estás libre hoy en la noche?, no novio y yo vamos a ir al karaoke y por unas bebidas, escuché que habrá muchachos ahí, ¿Quieres ir con nosotros?
Cierto, Sabito también tenía novio.
—ah... lo siento, Sabito, esta noche no puedo, tengo planes...
Ella hizo un puchero y le picó la mejilla con su dedo índice.
—ya no haces tiempo para mi... pensé que éramos mejores amigas...
—anoche hicimos una pijamada en tu casa, ¿recuerdas? —respondió, imitándola y picando su mejilla también.
—me robaré a tu mejor amiga esta tarde, hermanita —anunció el muchacho.
—we, que asco. ¿Van a ir a andar en bici otra vez?
—bueno, el clima es agradable y hoy hay luna llena... Además, Kyojuro y yo no hemos salido a andar en bicicleta juntos desde que...
—¡Ah! ¡Shinobu ya llegó! —soltó él, cortando de golpe la oración de Giyuu y levantándose para recibir a la chica—. Voy y vengo. Le prometí que le desearía suerte en su entrevista de trabajo antes de que se fuera.
Y con eso dicho, salió.
—. . .desde que empezó a salir con Shinobu —completó para si misma, recargando su mano en su mejilla y saludando a la novia de Kyojuro con la otra mano.
—ugh, Shinobu —se quejó Sabito, entrelazando su brazo con el de su amiga y sacando la lengua a la novia de su hermano—. Ni siquiera va a entrar a saludarnos, ingrata. Solo mírala, con su estúpida vespa, tetona como una barbie y su cabello cortito y teñido, caminando como si fuera la última coca del desierto con esas etiquetas que te dan un premio.
—por favor, Sabito, se amable —la regañó—. Hace a tu hermano feliz.
—vamos, Yuu, no puedes decirme que es lo mejor que le ha pasado a Kyo sin estarme mintiendo un poco.
Los ojos azules de Giyuu se desviaron y su sonrisa se desvaneció.
Sabito se inclinó, buscando establecer contacto visual con su amiga.
—¿Estás segura de que no quieres venir conmigo esta noche?, será divertido.
—está bien, Sabi. Quizás la próxima vez... gracias de todos modos.
Sabito dejó salir un chillido de terror al ver las uñas de Giyuu.
—¡Tus uñas! ¡Te las pinté ayer!
—pe... pensé que se veía demasiado llamativo en mi —se excusó con torpeza—. Ya sabes, no me gustan los colores vibrantes...
—¡¿Ya ves, Yuu?! ¡Exactamente este es tu problema! —vociferó tomando la muñeca de Giyuu, quien enarcó una ceja, confundida.
—¿mis uñas son mi problema?
—¡No! ¡Eres tú! ¡siempre tienes miedo de hacer cambios y rechazas inmediatamente cualquier cosa nueva! ¡Kyojuro y Shinobu han estado juntos un año hasta ahora y aún no puedes decir que has estado enamorada de...
La piel pálida de Giyuu enrojeció de golpe y se levantó de un salto del mostrador.
—¡Ah! ¡Cierto! ¡Aún tengo que pedir más tulipanes al proveedor!
—¡Hey! ¡¿Estás escuchándome?! lo que quiero decir es... quiero que seas feliz. Vive un poco y dale la oportunidad a otras cosas, siempre estás encerrada en esta tienda.
Giyuu se permitió sonreír con un poco más de amplitud, todo con tal de tranquilizar a su mejor amiga.
—estoy feliz, Sabito. Además, vivo aquí arriba. Es mi casa, no una prisión.
—más bien una prisión camuflada con flores —insistió, enseñándole la lengua a ella también y sacándole unas risas.
—cuidadito —amenazó en broma, picando la mejilla de su amiga suavemente.
—pero hey, si cambias de opinión, llámame —dijo haciendo el ademán de un teléfono con su mano.
—okey, lo haré.
—hablando de. Tengo que hacer una llamada, ya regreso.
—no hay problema.
Y con eso dicho, Sabito también la dejó sola.
Giyuu miró la ventana, Shinobu tenía sus brazos al rededor del cuello de Kyojuro y este la abrazaba por la cintura. No sabía de que hablaban, ni tampoco le importaba.
Miró un momento las manos de la chica, sus uñas también estaban pintadas de un tono rosa sencillo.
Desvió la mirada, debía concentrarse en otra cosa.
Así que empezó a limpiar y a preparar todo para cerrar.
Necesitaba mantener la cabeza lejos de la escena que se daba afuera.
El hombre que había amado toda su vida, en brazos de otra mujer.
Nota de Honoka:
Cuando Nagato lea que puse a Shinobu como la novia de Rengoku va a matarme jaja. Pero debía aprovechar todo el bardo de que Shinobu supuestamente estaba enamorada de Kyo.
Al inicio pensé en poner a Mitsuri, pero ya explicaré por qué la descarté al final. Por ahora no lo diré para evitar decir spoilers de lo que se viene y del webtoon original.
Además, aviso de una vez que quizás haya ciertos personajes del anime que ni siquiera vayan a salir. Así que no me vayan a funar.
En fin, con esto concluimos el primer episodio. Recuerden que pueden leer el cómic original en Webtoon con un pase diario, espero que les haya gustado la adaptación narrada, cuídense, tomen agüita, nos leemos luego, bai.