Han Sooyoung miró a Yoo Joonghyuk fijamente antes de sonreír maliciosamente. Cruzó sus manos sobre la mesa y habló: —En resumen, arruinaste tu cita con Lee Seolhwa.
—No lo hice.
—Si lo hiciste, ¿siquiera hablaste más de lo que normalmente lo haces? Quiero decir, terminaron de comer y, ¿la llevaste a un concierto de música clásica? ¿Dónde te piden guardar silencio todo el tiempo? ¿En serio?
Yoo Joonghyuk la miró con el ceño fruncido. Han Sooyoung resopló. Yoo Sangah sonrió gentilmente y finalmente mencionó: —No sabía que te gustaba la música clásica, Joonghyuk-ssi.
— Es por el pianista, ¿no es así? El del parque.
Yoo Joonghyuk rodo los ojos. Claro que no le iba a decir a Han Sooyoung lo que ella quería oír. Aún si fuera verdad, mandó la afirmación al fondo de su mente. Tampoco le diría que ya sabía como se llamaba ni que conocía a su hermana. Claro que no.
— Tomaré tu silencio como un si.
— ¿Qué pianista? — Yoo Sangah sonó intrigada al preguntar. Miró a su novia esperando una explicación.
— Aquí, nuestro amigo Yoo Joonghyuk, ha estado obsesionado con un pianista de dudosa procedencia. — se burló Han Sooyoung. Soltó una risa burlona antes de agregar: — En fin, el amor es tan complicado.
— ¿Cuál amor? — Yoo Joonghyuk resopló.
— ¿Cuál será? ¿Platónico o romántico? — sonrió Han Sooyoung.
Yoo Sangah sonrió un poco. — Sooyoung-ah, ya dejalo en paz.
— Bah, me encanta molestar a un bastardo que siempre me mete en problemas porque nunca entrega sus pinturas a tiempo. — Han Sooyoung lo miró con los ojos entrecerrados y las manos en su cadera.
— No es mi culpa que tus plazos sean tan cortos.
— ¡Bastardo! Siempre te aviso meses antes.
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Kim Dokja miró a Shin Yoosung y Lee Gilyoung peleando. Otra vez.
Suspiró y se acercó a ellos.
— ¿Por qué pelean esta vez? — ambos niños se callaron al instante. Miraron a su hyung/ahjussi.
— Nada importante hyung.
— Nada ahjussi.
Kim Dokja alzó una ceja y los miró seriamente. — No pelean por "nada" — artículo las comillas con los dedos — y además, me pareció escuchar mi nombre. ¿Qué sucede?
Lee Gilyoung bajó la mirada y se mordió un poco el labio. — Es algo tonto, hyung.
Shin Yoosung hizo una mueca. — Ahjussi se enojara si le decimos.
Kim Dokja suspiró y esbozó una pequeña sonrisa. — Prometo no enojarme si son honestos conmigo.
Ambos niños se miraron el uno al otro.
Tic Tac
— ¿Y bien? — preguntó suavemente.
— Ahjussi. — Shin Yoosung tragó un poco de saliva antes de continuar. — ¿Te gustan las mujeres?
Kim Dokja parpadeó un poco. — ¿Eh?
Lee Gilyoung gritó — A Hyung le gustan los hombres, ¡ya te lo he dicho! — Kim Dokja miró atónito mientras los dos niños volvieron a discutir.
Parpadeó confundido. — ¿Quién les metió esa idea?
Ambos niños sonrieron. — Jihye noona.
Kim Dokja suspiró y se rió. — Eso no es importante en realidad. ¿No es muy tarde? ¿Dónde están sus madres?
Shin Yoosung encogió los hombros. Lee Gilyoung miró el reloj en la pared y regresó la vista a Kim Dokja. — No tarda. — murmuró.
Pocos minutos después, Lee Gilyoung se había ido. Y la madre de Shin Yoosung recién aparcaba en el edificio.
Kim Dokja preparó las cosas de Shin Yoosung mientras ella miraba la televisión (en realidad, no prestaba atención). Miró a su ahjussi antes de regresar la vista a la televisión.
La palabra Fluoxetina* se quedó en su mente. Los frascos en el cajón del baño y el inhalador perfectamente acomodados inundaron sus pensamientos. Era una niña, si. Pero había convivido lo suficiente con un padre adicto para saber lo que tantos frascos significaban.
Cuando su madre llegó, se despidió de Kim Dokja.
Y enterró la palabra Fluoxetina en el fondo de su mente, esperando no volver a pensar en ella.
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Ha pasado casi un año desde la última vez que actualicé. Creo.
Pero aquí estoy de nuevo, tratando de reencontrarme con el amor a la escritura sin morir en el intento.
Saludos, take care. Ly!