Mateo.
― No boludo, alto miedo ― Opina Cielo, estábamos mirando la película de Jeffrey Demher, muy turbio. y eso que es antes de que empieza a matar.
Pedimos unas hamburguesas con cheddar y papitas, yo me lo devoré como el gordo que soy y Cielo estuvo cómo cuarenta minutos para terminar la hamburguesa, después compartimos sus papas.
Ahora estábamos en el living, con una mascarilla cada uno, comiendo gomitas. Teníamos más confianza asique sus piernas descansaban sobre las mías, de vez en cuando hacia dibujos imaginarios con mi dedo en su rodilla y le daba cosquillas.
― Che, ¿Y esto cuando me lo puedo sacar? ― Le pregunto y ni siquiera me mira.
― Ya en un ratito, encima me dió sueño a mi ― Dió un bostezo.
Todo venía como yo lo había previsto, nos entretuvimos tanto que Cielo se olvidó de tomar su pastilla para dormir, que lo hacía justo después de cenar para que le haga efecto un poco más tarde.
Eso quería yo, que no la tome. Yo no planeaba dormir, me iba a quedar toda la noche despierto para cuidarla por si tenía algún ataque o algo,
Lo iba a hacer por ella.
Nos tocó sacarnos las mascarillas cinco minutos después en el baño, ― Hermoso quedé ― Comento y la morocha se ríe, ― Vos también ― en un impulso, dejé un beso en su mejilla ― Eh, ¿Seguimos mirando? ― Le pregunto ya que la película todavía no había terminado y asiente para irse rápido al living.
Que tarado que soy, ¿Por qué pensé que estaba bien darle un beso?
La seguí después de unos segundos, y me senté a su lado para que ella le dé play. Cuando terminó, la miré y festejé en silencio, se había dormido, sin necesidad de nada, ningun medicamento.
La persona que se los haya recetado me puede chupar la poronga.
Delicamente quise moverla para cargarla hasta su pieza pero abrió los ojos y sonrío.
Dios, que linda que es.
― ¿Vamos a dormir? ― Susurré y asintió.
Yo apagué el televisor y ella, mientras se refrega los ojos, va a su cuarto arrastrando los pies. Al llegar, se tira y se tapa con una manta así nomás lo que me hace reír.
― Cállate y vení a dormir, me da paja poner el colchón ― Me puse un poco nervioso cuando dijo eso, osea, era mi crush ya en el momento y que me lo diga era para ir a festejar al obelisco, no sé si me explico.
Yo tenía ya una remera y short para dormir, porque no iba a dormir en bolas como cuando duermo en casa, asique nomas me acosté a su lado. La arropé mejor para que no le dé frío.
Yo sé que el objetivo era no dormir y cuidarla, pero cuando Cielo concilió el sueño, se dió vuelta abrazándome, su perfume me invadió, cerré los ojos un segundo nomás.
Y me quedé dormido.
No debe haber pasado mucho tiempo cuando escuché sollozar a la morocha, yo seguía un poco dormido, solo había oscuridad asique estaba medio perdido.
Prendí el velador de su mesita, la luz tenue se hizo presente, Cielo lloraba dormida abrazada a la almohada.
― Shh, Cielo shh ― Intenté calmarla pero sus lamentos se hicieron más fuertes, llorando desconsolada pero dormida.
Obviamente me asusté, no era algo que había visto antes, había investigado de esto también y aunque quisiera, no puedo despertarla, es como con los sonámbulos.
Me ponía mal ver que le estaba pasando eso y que no la podía ayudar.
Fuí por un vaso de agua, para cuando se despierte, y mientras la servía, escuché sus gritos.
No me importó nada, solté el vaso, que se me cayó, impactando primero en la mesada rompiéndose y después en mi pierna antes de que los pedazos de este caigan al piso y salí corriendo.
Al llegar no supe bien qué hacer, asique simplemente me senté en la cama y la abracé contra mi.
Sabía que no era por mucho tiempo esto, porque la escuchaba desde mi casa cuando pasaba, había calculado que eran sólo unos segundos, después no se escuchaba más, asumo que se despertaba y me abría si es que yo estaba ahí en su puerta, a las tres de la mañana, para pasar la noche hablando de cualquier otra cosa para distraerla.
― Tranquila, shh ― Acaricié su pelo mientras se calmaba y volvía a relajarse entre mis brazos, abruptamente se despertó, asustada ― Cielo, Cielo ― Repetía su nombre, se había despertado paranoica y no se reconocía ni a ella, mucho menos a mi, intentaba safarse de mi agarre ― Soy yo Cielo, ey ― La agarré por los hombros mientras ella respiraba aceleradamente ― Soy yo eu, estás bien, ¿Escuchaste?.
Me abrazó y se largó a llorar ― Perdón.
― No me pidas perdón Cielo, no es tu culpa, pasó y listo, no fue nada.
― No tomé la pastilla, si seré tarada ― Me sentí mal ― Si la hubiese tomado, no hubiese pasado esto.
Dejé un beso en su pelo, ― Ya pasó linda, mírame ― Agarré su cara entre mis manos ― Estoy con vos en esta, ¿Okey? Te voy a ayudar y no vas a pasar por esto nunca más sola, a partir de ahora te voy a cuidar muchísimo y vas a ver que de a poquito vas a salir adelante, te quiero mucho ― La volví a abrazar.
― Gracias por todo, en serio ― Decía todavía entre lágrimas, se acomodó en la cama ― ¿Qué te pasó? ― Me preguntó y señaló mi pierna.
Al parecer un vidriecito me cortó en la rodilla, ella abrió un cajón de su mesa de noche y sacó una curita y un algodón, se acercó a mi herida, la limpió un poco con este y después me puso la curita, sonrió, ― Ya está.
Le dejé un beso cerca de sus labios, y me separé sólo un poco, quedando a centímetros de su cara ― Gracias ― Murmuré.
― Gracias a vos, por todo, no te merezco ― Chista con la lengua y niego.
― Yo no te merezco a vos.
Cielo.
Mateo se durmió un rato después de mi episodio dramático, yo no tenía tanto sueño, asique agarré un cuadernillo y una lapicera que tenía por ahí, a veces escribía poesías, muy pocas veces, cómo ahora, tenía que estar muy inspirada o muy hecha mierda para hacerlo.
Me senté al pie de mi ventana, con la luz de la luna, Mateo seguía dormido, sonreí con ternura, era lindo durmiendo.
Pensando en como se había preocupado recién, y básicamente pensando en él, escribí.
"...Sabes que no distingo los azules y rojos,
viste el mundo caer desde mis ojos,
Todos mis arrepentimientos y las cosas que no puedo olvidar
enciendelas en llamas y haz que se vayan...,"
Suspiré, ¿Qué estoy haciendo?
Dejé el cuadernillo por ahí, y decidí irme a acostar.
No sabía si tenía miedo que Mateo me inspire a escribir lo que escribí..., o si me frustraba el hecho de que no podía dejar de mirarlo por esa misma razón,
No podía dejar de pensar en él.
[• • •]
― Porfa, Cielo ― Negué por cuarta vez ― ¿Ni siquiera por mi?
Resoplé ― Pasame una tostada, dale ― Digo resignada.
Resulta que después de lo de anoche, no dormí, me quedé acostada mientras Mateo dormía abrazado a mi, hoy nos levantamos y se ofreció a hacer el desayuno él, yo no tenía ánimos ni para comer.
Hace diez minutos que me estaba insistiendo para que coma algo y yo no quería, asique mientras él comía las tostadas y tomaba su café con leche, yo sólo revolvía el mío y cortaba en pedacitos mi pan.
Suspiró fuertemente y lo miré ― No digas nada, por favor.
― ¿Dormiste algo después de eso? ― Preguntó y negué.
Ahora quien suspiró fuí yo, me pasé las manos por el pelo ― Cagué la juntada ― Murmuré.
El morocho se paró y me abrazó, ― ¿Podes dejar de culparte? Eu, ya te dije ― Lo miré, entrelazó su mano con la mía ― Te voy a ayudar en todo Eva ― Lo miré ― Perdón perdón, se me escapó.
Negué ― Está bien.
Frunció el ceño ― ¿Segura?
― Si, ― Me encogí de hombros, ahora, Mateo era la única persona que yo tenía cerca ― Sólo ― Negué ― No me lastimes, ya entendes lo que Eva significa para mí Palacios.
Dejó un beso en mi mejilla y me abrazó ― Nunca te voy a lastimar, ni a dejar sola, ni mucho menos te voy a fallar.
Sonreí apenas y decidí cambiar el ambiente pesado que se había creado. ― Bueno, ¿Querés ver el mural de la terraza?
Asintió entusiasmo y salimos al patio para subir a la terraza, ahí estaba el mural que estaba haciendo, recién estaba arrancando a pintarlo.
― ¿Lo hiciste vos sola? ― Señala y asiento un poco tímida.
Me encogí de hombros ― Si, que sé yo, arranqué hace poco a pintar, ¿Me queres ayudar?
Hizo una mueca antes de sonreír ― No la quiero cagar.
― Nah, vení, ayúdame ― Fuimos a buscar algunos pinceles y la pintura, yo me cambié de ropa porque nos íbamos a ensuciar.
― ¿Me puedo sacar la remera? La mancho y la Juli me la mete en el culo ― Dice y río, asentí ― Gracias.
Se la sacó y carraspee para no ponerme colorada ― Bueno, te digo donde pintas, ¿Bueno?
Asintió y le expliqué que tenía que hacerlo con calma, sin apurarse, me reía de su cara de concentrado.
― Me desconcentras de mi obra de arte flaca, para ― Me dice dejando de pintar.
― Perdón, esa parte hacela así, mira ― Me acerqué agarrando su mano y mostrandole como debía hacerlo, ― ¿ves? ― Lo miro y el ya estaba con su mirada sobre mi, estábamos muy cerca.
― Gracias ― Murmura y me relamo los labios, agarro su pincel para pasarlo por su mejilla, manchandolo, comienzo a reír ― ¿Ah si? Vas a ver.
Agarra un poco de pintura con los dedos y la pasa por mi cara, cuando intento agarra mi pincel y devolvérselo, me agarra de la cintura para que no lo haga y termino sentada en sus piernas mientras intento safarme.
― No te muevas tanto ― Me dice afirmando su agarre en mi cintura y frunzo el ceño acomodándome, cuando caigo volví a las risas.
― Perdón perdón, soltame entonces ― Dejó un beso en mi mandíbula y me hizo caso.
Me senté en el piso para seguir con lo mío, incómodo.
• • •
bueno,,, muchas cosas juntas en un capítulo dea.
Quiero decir que lo que le pasa a Cielo, tengo experiencias cercanas y de lo que no tengo, lo investigué, recordemos que no la estoy diagnosticando de nada, porque ella no está yendo a ningún profesional ahora, nada eso
Que opinan de esta fic? Le pongo mucho empeño para no romantizar nada y que les guste lo más posible, quedan muchas cosas para que lean cindksnsb
sin más pa decir, nos vemos baii🤍🤍