Oneshots KARMAGISA

由 SaraKagamine

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El título lo dice todo. ADVERTENCIAS: +18 Smut yaoi/gay KARMAGISA. #4 en ANSATSUKYOSHITSU - 21/07/2022 #9 en... 更多

Loser!
Ai Akabane-Shiota
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Dear Confusing Gender (2)
Dear Demon and Confusing Gender (3 FINAL)
Cosplays(?
Romeo and Cinderella (1/2)
Nota
Nota 2
Romeo and Cinderella (2/2)
02×08

La Esposa del Jefe

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由 SaraKagamine

-¿¡Cómo que no has impreso los documentos que te pedí para la junta de hoy?! ¿¡Eres un inútil o qué?!

Todos fuera de la oficina se tensaron al escuchar aquél grito provenir de la gran oficina al fondo de la sala. Segundos después, un joven de cabellos castaños salió corriendo despavorido mientras rápidamente iba hacia su mesa e intentaba rápidamente imprimir unos documentos. Todos le miraron apenados y es que en ese poco tiempo habrían aprendido a no hacer enfadar al jefe Akabane Karma si no querían sufrir la ira de este.

Una chica de cabellos oscuros suspiró y se acercó al joven nervioso quien escribía rápidamente en su teclado.

-¿Estás bien, Keiji?-preguntó la joven atrayendo la mirada del de cabellos castaños.

-Ah, sí...-murmuró este mientras suspiraba intentando calmarse.-Simplemente se me pasó por alto imprimir unos documentos que el jefe me habría pedido para la junta de hoy y me ha caído toda la bronca...

Otro hombre, esta vez un par de años mayor que los otros dos chicos y algo más fornido, se acercó a estos entre risas mientras se burlaba de Keiji.

-¡Tienes suerte de salir con vida!-exclamó aún riendo.-He escuchado que el jefe Akabane en su anterior puesto incluso castigó a un subordinado que no le entregó algo a tiempo colocándole wasabi en toda la lengua e incluso orificios nasales.

Keiji no pudo evitar tensarse al escuchar aquello, para así rápidamente seguir tecleando hasta que finalmente le dio a imprimir y se levantó hacia la gran impresora, siendo seguido de sus dos amigos.

-La verdad es que me sorprende mucho el jefe...-murmuró mientras tomaba los papeles y con ayuda de su amiga los iba grapando.-No tiene más de nuestra edad y ya tiene un puesto muy importante dentro del Ministerio... La verdad es que tengo admiración hacia él, y más considerando que vino desde un puesto bastante bajo.

Aiko, la chica de cabellos negros, suspiró mientras grapaba aquellos documentos en grupos y los iba apilando todos a un lado.

-Sí, eso es cierto...-murmuró.-¡Pero da un miedo terrible cuando se enfada! ¡Y siempre está con el ceño fruncido! ¡Además realmente parece capaz de asesinar a alguien con esa aura que lo rodea! Me da miedo, el otro día incluso coincidí con él en el ascensor y me bajé en la planta que no era solo por no estar con él y me tocó subir seis pisos con los tacones.

Ryota se cruzó de brazos mientras reía nuevamente, atrayendo las miradas de enfado de sus dos compañeros quienes empezaban a hartarse de su actitud burlona de siempre.

-¿Pero no lo sabéis?-preguntó a lo que sus compañeros le miraron confusos.-El jefe perteneció a la famosa Clase E del asesinato, esa que logró deshacerse de ese pulpo amarillo alienígena salvando así la tierra. No me sorprende que de tanto miedo considerando que prácticamente es un asesino.

Tanto Aiko como Keiji se miraron sorprendidos, para así tragar levemente nerviosos y grapar aún más rápido todos aquellos documentos.

-Creo que jamás he visto al jefe sin fruncir el ceño e insultar a nadie...-murmuró la chica.-Incluso cuando sale de las juntas da incluso más miedo, estoy por salir antes del trabajo solo por no topármelo...

-Pues yo sí le he visto sonreír un par de veces.-respondió Keiji, ganándose la mirada sorprendida de sus compañeros.-Una vez entré a su oficina a dejarle unos documentos, se encontraba hablando por teléfonos con una voz tranquila y dulce y diciendo palabras incluso cursis. Supongo que era a su esposa, pude notar también que tiene un anillo en el dedo anular. Pero nadie de la oficina la ha visto.

-¿¡El jefe está casado?!-exclamó Aiko sorprendida.-Aunque bueno, la verdad no me sorprende. Es bastante atractivo, ha de tener a casi todas a sus pies... ¿Pero quién es capaz de hacerle cambiar así? Me da mucha curiosidad y respeto su esposa...

Keiji simplemente se encogió de hombros, para así terminar de apilar todos los documentos.

-Nunca la he visto, aunque tiene alguna que otra foto en su escritorio jamás he visto una sola con su esposa...-murmuró mientras salían de la sala de copias.-Empiezo a creer que no existe incluso.

En eso, a Ryota se le ocurrió un grandioso plan y se acercó a sus compañeros.

-¡Tengo una idea!-exclamó.-Vamos a descubrir quién es la esposa del jefe y el que gane será invitado a cervezas durante todo un año.

Keiji y Aiko se miraron durante un par de segundos un tanto inseguros. ¿Meterse en la vida privada del jefe? Acabarían muertos como este se enterase... Pero la curiosidad mató al gato y ambos tenían mucha curiosidad por saber cómo era el jefe cuando estaba con su esposa y cómo era la persona que lograba cambiar la personalidad de la persona más aterradora de toda Tokio.

-Está bien.-dijeron ambos al unísono, para así estrechar los tres las manos dando la apuesta.

Keiji tenía algo de ventaja, o eso creía él, puesto que era el asistente personal del jefe Akabane y su deber consistía en seguirlo hacia todas partes.

Iban en el coche de este, un Audi A3 negro bastante lujoso. Keiji miraba sorprendido los lujos del jefe y es que tanto desde sus zapatos, ropa hasta sus accesorios eran costosos. Tenía un buen puesto de trabajo con el que se ganaba bastante dinero, aunque supondría que tendría algún que otro ahorro de su familia o incluso de la famosa recompensa que se les dio a los alumnos de la "Clase del Asesinato".

-¿Traes las copias extras?-preguntó Akabane.-¿Y el pendrive con los datos y la presentación?

-¡Sí!-exclamó nervioso Keiji.

Karma miró levemente confuso a su subordinado, pero no le prestó atención para así seguir atento en la carretera. Keiji suspiró algo nervioso, intentando así calmarse y mirar nuevamente hacia su jefe.

-Señor Akabane...-murmuró, haciendo que el pelirrojo lo mirase de reojo.-¿Está casado? Perdone mi intromisión en su vida personal, pero no pude evitar mirar que tenía un anillo...

Karma miró de reojo su anillo, esbozando una pequeña sonrisa durante un segundo, para luego volver a su rostro serio y mirar hacia la carretera.

-Sí.-respondió mientras conducía llegando por fin al edificio de la reunión e introduciéndose en el aparcamiento subterráneo.-Hace cinco años, aunque nos conocíamos desde el instituto y salíamos desde entonces.

Keiji miró sorprendido a su jefe. ¿Tantos años con la misma persona? Vaya, realmente se debían querer... No era muy normal que personas jóvenes se casasen con alguna pareja de la adolescencia, normalmente era algún conocido del trabajo o universidad e incluso matrimonios arreglados.

-Vaya...-murmuró Keiji mientras salían ambos del coche.-¿Y a qué se dedica su esposa, jefe?

Karma no pudo evitar fruncir el ceño al escuchar a su subordinado, haciendo que este se tensase, para luego reír fuertemente mientras se encaminaban hacia el ascensor dejando a Keiji más sorprendido que antes.

-Trabaja en un instituto con alumnos problemáticos.-respondió mientras se recargaba en la pared del ascensor.

Keiji escuchó bastante sorprendido aunque realmente no debía extrañarle. Para estar con un hombre así, se debía ser alguien con un carácter fuerte. Cada vez más le daba curiosidad la esposa del jefe. Aunque si él había dicho que se conocían desde el instituto, entonces eso significaba que ella también perteneció a la "Clase del Asesinato". Bien, le habría sacado información valiosa al jefe con respecto a su esposa.

Un par de semanas pasaron y el jefe se encontraba saliendo de su oficina a la hora de almorzar. Aquello no era realmente normal, puesto que este siempre comía dentro algún bento que traía que Aiko sospechaba que era preparado por su esposa. No habría nadie en la oficina, salvo ella que estaba terminando unos informes para así mandárselos luego al jefe quien habría dicho que los quería para esa misma tarde. Akabane al ver a la de chica de cabellos negros, se acercó a ella.

-Aiko.-dijo Akabane atrayendo la atención de la chica.-Saldré a almorzar, volveré en un par de horas. Para cuando llegue quiero esos informes sin ningún retraso. ¿Está claro?

La chica asintió levemente, mirando curiosa a su jefe.

-Por supuesto, señor Akabane.-respondió.-¿Saldrá a almorzar con su esposa?

Karma miró confuso a la chica. ¿Por qué tanto interés ahora en su vida privada desde hace unos días? Sin embargo, simplemente se encogió de hombros y esbozó una sonrisa.

-Sí, nos vemos.

Salió del pasillo para así encaminarse hacia el ascensor y una vez Aiko se aseguró de que el jefe estuviese en el ascensor, corrió hacia la oficina de este.

Se adentró en esta, mirando lo impecable y ordenado que estaría todo. Detrás de este habría un gran ventanal que daba en dirección a la entrada del edificio. El despacho tendría un escritorio de roble y una silla bastante cómoda. Colgados en las paredes estaban todos los títulos del jefe tanto universitario como de postgrado.

Miró encima de su escritorio y pudo observar dos marcos con fotos. En uno se encontraba el jefe de adolescente. ¡Era tan tierno! Estaba en una especie de bosque rodeado de otros que supuso que serían de su misma clase. A un lado habría un hombre y una mujer que parecía extranjera por sus rasgos y en medio estaría el tan famoso pulpo alienígena amarillo. Aiko miró aquello sorprendida, esta vez no habría duda de que el jefe realmente habría pertenecido a la tan famosa "Clase del Asesinato".

La otra foto sería del jefe junto otro hombre de cabellera y ojos azules usando un sombrero. No se miraba nada aparte de sus rostros. Aiko se separó levemente mientras hacía un puchero. ¿Qué hombre no tendría en su despacho una foto de su esposa o mínimo una juntos? Al dar media vuelta observó por el gran ventanal cómo el jefe corría saliendo del edificio y se encontraba con una persona, para así besarse y salir tomándose de las manos. Lamentablemente, Aiko no pudo ver de quién se trataba puesto que una columna los tapaba y no pudo evitar gruñir frustrada para así volver a su escritorio y terminar con su papeleo.

Días después Ryota se encontraba abajo en la recepción ya que era su rato libre. Intentaba coquetear con la recepcionista, una chica bastante atractiva, y hacer que esta por fin accediese a salir con él. Esta simplemente negaba entre risas, aunque rápidamente se calló al ver a cierto pelirrojo llegar corriendo y mirar hacia todos lados.

-¡Señor Akabane!-exclamó la recepcionista llamando la atención del pelirrojo.-Una persona llamada Nagisa lo está esperando fuera. Le insistí en que esperase dentro por la lluvia pero no accedió a entrar.

Karma gruñó frustrado, para así salir del edificio por las puertas automáticas de vidrio. Fuera habría una persona de espaldas, bastante bajita y con cabellera azul levemente larga atada en una media coleta, llevando un paraguas negro.

Ryota miraba la escena con la ceja arqueada curioso, llegando incluso a sacar su teléfono y así tomar una foto pero el cristal era algo translúcido y no se miraba bien salvo las siluetas de ambas personas. Pudo ver cómo el jefe se agachaba para así besar a esa persona en los labios y esta le entregaba un sobre, para luego irse nuevamente con el paraguas en mano. Karma entró y miró a la recepcionista, ignorando levemente a su subordinado aunque este no tardó en hablar.

-¿Era su esposa, jefe?-preguntó Ryota a lo que Karma arqueó la ceja.-¿Vino a dejarle algunos documentos que se dejó en casa?

-Ah, sí.-respondió mientras miraba a la recepcionista.-Si vuelve a venir otro día, insístele en que entre y sírvele café o lo que sea. No quiero que vuelva a pasar esto.

La recepcionista asintió con una sonrisa y Karma simplemente suspiró cansado aunque con una sonrisa en rostro mientras subía por el ascensor.

A pesar de los intentos tanto de Keiji, como Aiko como Ryota de saber quién era la esposa del jefe, ninguno habría logrado desenmascarar a la tan famosa mujer. Y es que además ahora la apuesta se habría extendido por todo el departamento en el que trabajaban y todos los subordinados de Karma Akabane tenían curiosidad sobre la esposa del jefe, llegando a inventar teorías absurdas como que era una modelo o algo aunque Keiji sabría de la misma boca del jefe que su esposa era profesora.

Era ya diciembre, concretamente Nochebuena, y el Ministerio en el que trabajaban siempre organizaba una fiesta de Navidad por todo lo alto para agradecer a sus trabajadores el trabajo realizado y que así se despejasen un poco. Los trabajadores podían traer a sus parejas y a sus hijos incluso, aunque estos se fuesen a otra sala junto con unas monitoras encargadas estrictamente de distraer a los pequeños y que sus padres disfrutasen la fiesta.

Aiko no podía evitar mirar celosa a sus compañeros con parejas. Ella realmente deseaba poder haber traído a alguien... Por otro lado, Ryota bebía champán mientras ligaba con otras compañeras y Keiji miraba hacia todos lados buscando al jefe con la esperanza de que este hubiese traído a su esposa.

Justo mientras se reía pensando que este no habría llegado o no vendría a la fiesta, miró a la alta figura pelirroja de la mano de una figura bajita con cabellera peli azul semi larga.

-¡Aiko! ¡Ryota!-exclamó llamando la atención de sus compañeros.-¡Mirad! ¡Es el jefe!

Los tres se acercaron sigilosamente hacia donde estaba el jefe junto con su esposa, presentándola ante sus superiores. Aunque a decir verdad, se sorprendieron de ver a la esposa de su jefe luciendo un traje azul marino...

-Señor Yamamoto, señor Takahashi, señor Aoyama-dijo Akabane mientras rodeaba a su esposa de la cintura.-Les presento a mi esposa, Nagisa Shiota.

La esposa de Karma esbozó un pequeño puchero mientras fruncía el ceño, para así darle un golpe con el codo en las costillas haciendo que este soltase un ligero "ay".

-¡Karma!-dijo Nagisa mientras se quejaba.-¡Siempre con lo mismo!-suspiró levemente para así cambiar su semblante y mirar a los jefes de su marido a la vez que hacía una leve reverencia.-Es un placer conocerles, soy Nagisa Shiota, el esposo de Karma.

Los tres subordinados de Akabane al escuchar aquello último estaban atónitos, por poco y sus mandíbulas caían al suelo del shock. ¡No era esposa, si no esposo! Se sentían como unos completos idiotas, todo este tiempo su jefe estaba casado con un hombre y ellos creyendo que era una mujer. Aunque tampoco ayudaba que su jefe nunca les hubiese corregido...

Los jefes de Akabane simplemente rieron ante lo dicho por Akabane, para así hacer una leve reverencia también ya que era costumbre japonesa.

-Es un placer conocerle, Shiota.-respondió uno de los superiores de Karma.-Desde ya hace varios meses todo el departamento estaba intrigado en quién es la persona que sí es capaz de controlar a este demonio de aquí.

-Es cierto.-comentó otro entre risas.-Incluso hay una apuesta y todo para saber quién era la supuesta "esposa" y muchos llegaban a decir que era una modelo famosa y cosas por el estilo.

Nagisa estaba sorprendido al escuchar eso, para simplemente escuchar a su marido reír puesto que este era consciente de aquella absurda apuesta. Nagisa simplemente suspiró y ambos se alejaron después de un rato.

-Primero tu novia, luego tu prometida, luego tu esposa...-murmuró el de cabellos azules.-¿Algún día dirás esposo?

-No.-dijo entre risas Karma mientras rodeaba a su "esposa" por la cintura y juntaba ambas frentes.-Ya te he dicho que estarías mejor sin lo de abajo.

Nagisa al escuchar aquello, golpeó el pecho mientras Karma reía.

-Eres un idiota...

-Solo bromeaba.-respondió Karma mientras besaba su frente.-Te amo seas como seas, mi querido género dudoso... Además, ahora podré presumir de mi adorable esposo y podrás visitarme más a la oficina.

Nagisa simplemente sonrió mientras rodeaba su nuca y se acercaban algo más.

-Yo también te amo, mi demonio...

Karma sonrió, para así terminar por besarle apasionadamente mientras ambos cerraban sus ojos. Podrían llevar hasta cien años juntos y no habría momento en el que se cansase de besar aquellos labios. Estaba completamente enamorado de Nagisa Shiota y lo estaría hasta el final de sus días.

-¿Sabes?-dijo Karma al separarse mientras esbozaba aquella sonrisa pervertida suya.-Ahora cuando me vengas a visitar hasta podríamos hacerlo en mi oficina.

Nagisa le miró atónito, para así pegarle en el pecho a lo que Karma simplemente rio mientras lo abrazaba y besaba la mejilla sonrojada de su esposo.

-No te pases, Karma idiota...

Y unos metros más lejos, los tres subordinados del famoso demonio Akabane tomaban una foto a la pareja para así mandarla al grupo de compañeros. Bueno, no habría una esposa famosa pero sí un esposo quien parecía ser el único que le sacaba aquella sonrisa al demonio pelirrojo.

-Nunca me imaginé que el jefe estaría con otro hombre.-dijo Ryota en un suspiro.-Aunque bueno, supongo que hemos ganado la apuesta.

-Vaya desperdicio.-dijo Aiko en otro suspiro.-Con lo guapo que es y con otro hombre...

Sin embargo, Keiji no dijo nada y solo miraba sorprendido a la joven pareja quienes estaban prácticamente embobados en los ojos del contrario aunque sí tendría algo de seguro. Nagisa Shiota daba más miedo que Karma Akabane si era capaz de estar con él y algo en el aura del de ojos zafiros le daba incluso más temor que la del pelirrojo. Estaba claro, eran tal para cual. Dos asesinos rodeados de la misma sed de sangre.

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