HAY GENTE QUE aprovecha sus vacaciones para dormir todo el día, comer lo que quieran y beber hasta el desmayo.
Para Tommy, las vacaciones eran como estar en la cárcel.
No sabía cómo no trabajar y del mes que le habían dado, apenas llevaba dos semanas y media.
Lo único bueno era que su relación con Pearl había estado estable. Ninguno peleaba y se reían ambos, la casa mostraba calidez y sensación hogareña, todo parecía estar bien por el momento, hasta que la muchacha invitó a su nuevo mejor amigo, Harry Watson, a una cena en su hogar.
Harry tenía veinte años cuando lo reclutaron para la guerra y su vida nunca fue la misma.
El primer año de la guerra estuvo junto al
batallón de Douglas Rowen y los otros tres, se dedicó a tener el peor trabajo junto a Freddie Thorne, Danny Whizz-bang y Tommy Shelby, siendo tuneleros.
Harry no conoció el amor hasta los veintiséis cuando se mudó a California y conoció a Samantha Rogers, una adolescente de dieciocho años con quien se casó pero divorció dentro de poco, pues después de dos años de casamiento, se enteró de que el hijo que supuestamente esperaban, era de otro hombre.
Sin una forma financiera de vivir, optó por vender opio en las calles y una vez este negocio fue creciendo, juntó a más gente hasta que formaron una banda peligrosa. Pronto se hizo conocido y también temido, pero a él no le importaba, pues su negocio lo único que hacía era crecer y su fortuna, aumentar.
Pero era tiempo de regresar a la fría Inglaterra.
Era lo suficientemente millonario como para financiarse una larga vida en el otro continente, pero su avaricia le hacía seguir explotando a sus empleados en América y después, a unos cuantos más en Europa.
Para Harry hacer negocios con los Changretta, los Rowen, los Shelby o los Solomons era esencial y por el momento ya tenía a dos viejos amigos en la bolsa.
Llegar a Douglas fue más difícil que llegar a Thomas, pero había algo en común que compartían y ese algo era Pearl.
— ¡Harry! — exclamó la muchacha sonriente.
— Pearl, ¿cómo ha estado? — sonríe besando el dorso de su mano.
— Muy bien, pase, Thomas está adentro.
— Harry, que gustó verte — exclama el mayor. —. Pasa, por favor.
Tommy conocía a aquel muchacho y sabía que había subido como espuma en América, además temía de eso, pues su experiencia en el otro continente iba a ser benefíciente en Inglaterra, ya que acá, todo era un paso atrás de los americanos; aun así, todo lo que sube tiene que bajar y Shelby no iba a dejar que un muchacho bonito arruinara su negocio.
— Es genial tenerlo de visita una vez más, es agradable tener gente tan placentera en casa — sonríe la muchacha. —. Dígame, ¿cómo ha estado? — pregunta interesada.
— Whiskey escocés, Thomas, no tomo irlandés — corrige el muchacho viendo cómo el mayor servía la bebida.
— Claro — responde sarcásticamente.
Pearl observó a su marido suspirar pesadamente y queriendo evitar un mal rato, se ofreció ella a servir la bebida.
— Tome — susurra.
— Gracias, Pearl — sonríe de vuelta.
Aunque Harry se estaba comiendo a Pearl con la mirada, Tommy no podía reclamar nada por la tremenda cagada que había cometido unos días antes. Se tenía que quedar callado, observar a los jóvenes platicar e intentar involucrarse con ellos.
Shelby siempre supo que su diferencia de edad con su esposa podría afectar gravemente su relación, pues siempre habría problemas entre generación, por ejemplo el cuando tendrían ganas de tener un hijo, lo cual era lo más común. Aún así, Tommy nunca había sentido la diferencia tan grande, hasta aquel día que vio como Pearl y Harry se entendían casi perfectamente y supo que él probablemente nunca tuviera esa conexión con su mujer.
— ¿Tiene hijos, Harry? — preguntó la muchacha.
— No, no creo que sea la persona más adecuada para tomar el cargo de padre — negó. —, no lo sé, tal vez en unos años cambie mi parecer — sigue.
— ¿Cuántos años tiene?
— Tengo treinta, recién los cumplí en noviembre — sonríe.
— Oh, pensé que era más joven. Mi esposo tiene treinta y cuatro — asiente. — y yo, tengo veintiuno, aunque creo que eso ya lo sabía — dice ladeando la cabeza.
— ¿Por qué no vamos al comedor? Ya están a punto de servir la cena — anuncia Tommy con las manos hechas puño.
En el camino, no se sentía cómodo con la presencia de su antiguo compañero, sentía que tenía algo en la cabeza y seguramente lo estaría planeando perfectamente.
[...]
La cena transcurrió normal, pero la pareja notaba como Harry analizaba cada detalle de la casa y miraba de manera excesiva a Pearl.
Casi tan parecido con la forma en la que Tatiana miraba a Tommy.
— Parece molesto, ¿es por algo que hice? — preguntó el chico de forma irónica.
— No, no, él no sabe estar en casa mucho tiempo. Apenas tiene unos días de vacaciones y no sabe cómo sacar su ánimo a flote — sonríe. —. No se preocupe.
Pearl se había arrepentido de haberlo invitado, pues más que pasar un buen rato, el aire se tornó incómodo desde el incio, ya que Tommy prefería no hablar y solo sentarse a escuchar la plática.
Harry tampoco parecía ser "él mismo", tenía la mente en otro lugar y no recordaba ciertos datos que anteriormente había dado.
— Creo qué tal vez debería irme, se está haciendo tarde — susurró bebiendo el último trago de su vaso.
— ¿Tan pronto? — dice el mayor con burla.
— Sí, es tarde, incluso deberías quedarte aquí — responde la muchacha.
El esqueleto del Blinder se sacudió y apretó la mandíbula con rabia, ¿para que lo quería tanto tiempo en casa? No entendía por qué su presencia le resultaba tan agradable y, aunque le tenía aprecio por ser un fiel hombre en guerra, Salvatore ya no era el mismo de antes. Su actitud egocéntrica le hervía la sangre y su forma de mirar a su esposa le revolvía el estómago, sabía que debía hacer algo para detenerlo pero estaba atado, seguramente Pearl se molestaría con él a rabiar.
— ¿Usted cree? Apenas son las once — dice mirando su reloj.
— Insisto — sonríe. —, para nosotros es un honor tenerlo aquí, ¿verdad, cariño?
— Claro, Harry. Siempre será gratificante tenerte por acá — miente.
— Bien, está bien, me quedaré pero igualmente me iré por la mañana.
— Perfecto — contestan ambos anfitriones en tonos completamente diferentes.
Y así fue, el muchacho comenzó a contarle a Thomas su experiencia trabajando en América y el beneficio que obtenía de ello.
El tema no era para nada algo interesante para Pearl, quien se disculpó y se dirigió a la cocina para ver si Jude estaba ahí.
— ¡Pearl! — exclamó la muchacha con una gran sonrisa. —. ¿Necesita algo?
— No, Jude, vengo a hablar contigo.
— Oh... ¿es algo malo?
— ¡No, para nada! Solo... Harry está hablando con Thomas y realmente no me interesa — sonríe. —. ¿Cómo estás?
— Estoy muy bien, mejor ahora que usted está aquí. Cuénteme, ¿qué pasa? La noto triste — dice acariciando su espalda.
— No lo sé, yo amo mucho al señor y... no lo puedo dejar, jamás lo dejaría. Jamás podría permitirme ofrecérselo a otra mujer — ríe. —. Dios, es que no lo sé. Realmente lo quiero.
— ¿Pero? — pregunta.
— Pero nada, realmente lo amo. Thomas realmente le da luz a mi vida, aunque él esté completamente apagado — suspira.
— Pearl, si me permite decírselo y con todo respeto, el señor es realmente una buena persona; cuando comencé a trabajar aquí, mi madre enfermó muy mal y tenían que operarla, pero no teníamos dinero, el señor me preguntó que era lo que me pasaba y después de escucharme me dio el efectivo para la operación y cubrió todos los gastos médicos que mi madre tuvo — susurró. —. Cuando comencé a juntar dinero para recompensarle, él me dijo que no lo iba a aceptar. Él nos ayudó a salvar la vida de mi madre.
— Thomas tiene el corazón más grande, pero eso no le quita lo idiota — sonríe. —. Lamento lo de tu madre, realmente espero que ella esté mejor — asintió.
— Lo está, la cirugía era lo que necesitaba y ahora está perfecta — responde. —. Lo que trato de decirle, es que claramente el señor no tiene un mal corazón o una intención de lastimarla, le doy mi ejemplo porque a mi él no me conocía de nada, tenía apenas unas dos semanas trabajando aquí y él se apiadó de mi, entonces no me imagino como debe ser con usted, la mujer a la que ama.
Jude no estaba del todo mal.
Tommy verdaderamente tenía un enorme corazón y le pertenecía a Pearl, pero sabía también que tenía un carácter horrible y podía actuar como un idiota cuando realmente se lo proponía. Aún así, a la menor le hizo pensar qué tal vez su esposo no era tan malo cómo pensaba.
En otra escena, Harry y Tommy ya no hablaban de negocio, sino de cómo el muchacho se quedaría con la esposa del Blinder si no hacía lo que los rusos le decían.
Debían volar un tren con una cierta cantidad de personas inocentes dentro para que no se sospechara, pero lo había estado evitando desde entonces.
— Mira, Thomas. Una vez presentaste a tu hermosa esposa al público, cometiste el error más grave de tu existencia, ¿sí? Se volvió la carnada del juego y siempre que alguien quiera hacerte daño, la usarán a ella para ocasionarlo. Mañana mismo vas a explotar ese tren o si no, despídete muy bien de tu mujer — sonríe.
— Tú no vas a tocar a mi mujer, Harry. Eres un niño al que solo le importa el dinero, la fama y tu pene. Volaré el tren, pero no lo haré cuando haya personas arriba — negó.
— Perfecto, las tendrás que matar a sangre fría, entonces — contradice.
— No, no lo haré, así como tú no volverás a acercarte a mi esposa.
— Lo harás porque fuiste el elegido para esto, Thomas. No nos importa qué quieras y qué no. ¿Ahora te importa mucho Pearl? ¿Por qué no pensaste en eso antes de tirarte a la prima de Pascal, eh? — susurró cerca suyo. —. La pobre Pearl lloraba en el auto diciendo lo mucho que le dolía haberse casado contigo; el peor error de su vida, lo llamó. Si ella estuviera casada conmigo jamás tendría un problema de esa magnitud, a diferencia de ti, yo si sé ponerle límites a las personas y sé que está bien y qué está mal.
— Claro, ahora mismo me intimidaré ante tus palabras. Llevas conociendo a mi mujer hace una semana, así que deja de hablar como si la conocieras de hace quince años. Pearl es una muchacha inteligente y tú un actor muy malo, ella ya notó que tramas algo y no se va a tirar a tus brazos si le dices alguna mentira mía — suspiró. —. Todo lo que sube ha de bajar, recuerda mis palabras cuando nadie sepa quién mierda eres.
— Al menos mi esposa no se arrepentirá de haberse casado conmigo y no con su ex-pareja, Thomas. Bueno, te esperamos mañana en la mañana y no tendrás que matar a nadie, tu tranquilo — sonríe falsamente.
— Por fin; lárgate de mi casa.
— Me despediré de Pearl — anuncia.
— ¡Que te largues! — gritó empujándolo, haciéndolo tambalear.
— Thomas Shelby, siempre un caballero.
Harry sale de la casa y deja al hombre con la mirada perdida y sintiéndose como un estúpido. Los rusos no eran tema de juego, pero creyó mucho en él como para poder pensar que estaría de ese bando, pero al menos ahora conocía sus intenciones y su cierta obsesión con poner la palabra "Pearl" en cada oración que decía. Podría incluso ser que Harry se convirtiera en el nuevo Sabini.
— ¿Se fue Harry? — pregunta la melódica voz de la muchacha.
— Sí, dijo que no podía quedarse pues recordó que su hermana la esperaba — miente. —. Se fue casi corriendo, no tuvo tiempo de despedirse — suspiró.
— Oh, que pena. Hoy estuvo muy raro — reclama. —. ¿Quieres pastel de zanahoria? Lo preparé yo — sonríe.
— Sí, cariño. Podemos hacer té igual.
— ¡Sí! — exclamó contenta.
Pearl le sonrió a Tommy y ambos caminaron a la cocina, donde comenzaron a platicar de lo qué tal vez planeaban hacer en sus vacaciones.
— Mañana te llevaré con Polly, regresaré por ti el domingo en la mañana — susurra.
— ¿Por qué, pasó algo?
— Tengo que hacer un trabajo urgente — responde nervioso. —. Por favor, quédate con Polly — ella asiente.
— ¿Qué trabajo, Thomas? Se supone que no tomarías nada, estás de vacaciones.
— Sí, lo sé, lo siento, pero es un trabajo que no me puse yo solo, me están obligando a hacerlo y si no lo hago me matan a mi, a ti y a todos los demás — reprocha. —. Tampoco te puedo prometer nada, pues con ellos los trabajos les salen de todas partes.
— Te dije que no te metieras con los rusos, Tommy — suspira. —. Tranquilo, me quedaré con Polly y estaré bien. Si te piden otra cosa, no te preocupes tampoco; me acostumbraré — asiente, acariciando su espalda.
— Algún día saldré de esto, cariño.
— Algún día, si nos escuchan las plegarias — susurró sonriéndole. —. Ah, ¿Tom? Yo también te amo — susurra.
La sangre se calentó en sus mejillas y se sintió como cuando era un niño y Sarah Gallagher le dijo que le gustaba porque tenía ojos bonitos.
Se sintió bien por primera vez en días.
Pearl le hacía bien.
Pearl le hacía bien a casi todos.
Buenas.
Hey, capítulo seguido :D
Grand reveal de quien da la cara de Harry.
okay antes que todo quiero aclarar algo:
sé que está relación es tóxica cien por cien y ambos tienen la culpa.
en ningún momento quiero romantizar la toxicidad en las parejas, no, jamás.
solo es parte de una hisortia ficticia.
gracias.
Si les gustó, háganmelo saber, que me siento querida c:
- con amor,
mary. x.