Capítulo 1: Regresión

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>>> ¡Por Dios! ¡Eso es una ridiculez! <<< pensé

Sabía que estaban preocupados por mi bienestar, pero también estaban exagerando. Yo sola había provocado esto y no sabía cómo arreglarlo. La culpa era un sentimiento muy serio, y yo no soportaba más incertidumbre, de no saber de Rick. Solo ahí había otro problema; la relación que teníamos o tuvimos, porque no sabía en qué punto, estamos los dos. No le prestaba atención a la canción que había escogido, y me detuve. Observé el camino frente a mí, no había nadie y no sentía el sol, miré hacia arriba y vi que el cielo se estaba ensombreciendo; quizás llovería más tarde pero aun así no quería perder el ritmo. Necesitaba hacer esto, tenía que hacerlo por mí.

—Correré un poco más...—murmuré, para darme ánimos y bebí un poco más de agua

Me quité los audífonos y le puse pausa a la canción. Respiré y avancé; sabía que no tenía un buen estado físico para correr, me dolían las piernas y me dolía el pecho. No es que fuera una chica obsesionada por la belleza perfecta, pero tampoco era un tema indiferente para mí. Tragué saliva y continué corriendo, estaba un poco más cerca del puente de pueblo, podía oler el aire de la mañana mezclado, con sutil hedor a sal del mar y escuchar el murmulló, de los animales. Estaba en medio de la nada, solo lleno de mí porque la culpa sobre Rick era constante y había salida para ello, si no antes enfrentarme él o al revés, que él me enfrentara a mí.

>>> Y a pesar que todo esto empezó, por solo una palabra mía...<<< pensé

Sí, había sido por mi culpa. Mi novio, Rick Shepard me había pedido matrimonio y yo...lo rechacé. Rick me había pedido casarme con él la Noche de Año Nuevo. No tuve un momento y solo... pude negarme. Yo me sentí muy mal ante la expresión de su rostro, y aunque me dolió haberlo hecho tuve mis razones; sin embargo mi "novio" no se quede para escucharlas porque huyo de nuestra casa esa noche y no había tenido noticias de él, desde entonces. Quizás para otras chicas, que te pidan matrimonio pueden ser algo mágico, romántico o hasta inesperado pero puedes aceptar o no. Es tu elección, sin embargo en mí caso era un poco más diferente.

Rick era un vampiro y yo humana. Una fórmula algo cliché, ¿cierto? Sin embargo, había algo más en esa ecuación: toda mi familia era de Hombres Lobos. ¡Mierda! Tuve una sensación de empuje en la parte baja de mi abdomen. Hice una mueca, no era doloroso, solo molesto, no le presté atención y continué.

***

Volví a casa, después de un rato. Me reí. No había sido una mala experiencia. Había sobrevivido. Estaba cansada, sudorosa y me dolían los pies. Bueno, era un buen inicio en mi plan de automotivación, tenía que estar presente para mi familia, se estaban portando tan bien conmigo. Para cualquiera que viniera o notara por el camino, hacia el pueblo podía notar nuestra casa. Una gran cabaña hecha de tablones de madera, algo vieja pero renovada por dentro; quizás un estilo montañés para todos y además, de las remodelaciones que mi padre tuvo, que hacerle cuando nuestro número de ocupantes, se incrementó. Hice una mueca. Al llegar la entrada de la de tierra, de la casa pude notar que el Jeep Cherokee negro, de papá no estaba, pero si Suzuki de Lucas. ¿Acaso no se habían ido ya? Me mordí la boca. Era extraño, supongo que querrían irse más tarde. No le di importancia. Mientras me acercaba, hacia el porche y subía los escalones, la puerta de malla se abrió y mi hermanastro Lucas, salió. Me estaba esperando. Me detuve en seco y lo miré.

— ¿Lucas? —musité. — ¿Pasó...algo?— pregunté con cautela

La expresión en el rostro de mi hermano no me gustaba nada. Mordió con molestia su palillo, y lo movía de un lado a otro. Eso me incómodo y me alarmó, algo pasaba y lo podía sentir.

—Lizzie—dijo mi sobrenombre.

Mi hermano suspiró, y pasó su mano sobre el cabello. Parecía tensó.

—Esté...pues, hay noticias de Rick...

Se le fue la voz y parecía incómodo. Tragué saliva. Se me aceleró el pulso pero apreté los labios. Exhalé e inhalé con fuerza

—Por favor, déjate de tonterías y suelta de una buena vez, Corbett—protesté, levantando un poco la voz.

Hice mi mano puño y esperé. Lucas me miró con sus ojos chocolate y se mordió el labio. Suspiró.

—Cleo llamó a papá hace unos minutos—afirmó. —Quería avisarnos que él está bien, Elizabeth—señaló e hizo una pausa y añadió: —Pero creo que no es un buen momento, para que se vean. No es el momento...

— ¿Momento? —gemí. — ¿Por qué? ¿Apareció Rick? ¿Qué diablos ocurre, Lucas?—contesté algo molesta y fruncí el ceño.

Le lancé una mirada y Lucas me observó. Me puse firme con él, tenía derecho saber qué demonios pasaba con Rick, o si tenía algo que ver conmigo.

— ¡Por Dios, Lucas! ¡¿Dime de una maldita vez, qué pasa con Rick?! —chillé y solté un grito, solo para soltar otro gemido. — ¿Qué demonios pasa? —Lucas resopló se me acercó y me puso sus manos en mis hombros

—Liz, cálmate —me reconfortó, mirándome y añadió: — Después de lo que pasó, en la fiesta de Año Nuevo, tanto como tú y Rick tuvieron sus momentos duros. Y aunque se fue, estando cómo estaba esa noche, debes calmarte y pensar, que ahora lo que interesa es que estés bien —afirmó. — Necesito que te calmes, porque parece que lo necesitas, porque ahora es que vienen las malas noticias, Lizzie.

Respiré y lo miré. ¿Qué había ocurrido, para poner a mi hermano así? ¿Sería el mal presentimiento, que tuve hacía rato? Resoplé por la nariz y todavía me sentía agitada.

—Lucas...—susurré

—Rick hizo algo muy malo, Elizabeth. Y creo que está en problemas —afirmó

Noté cómo Lucas se ponía tensó y yo sentí escalofríos. ¡Dios! ¿Por qué me sentía tan mal?

— ¿Qué? —gemí. — ¿Por qué?—exigí.

—Liz, es peligroso que estemos cerca él, especialmente tú—me dijo con firmeza. —Además, Cleo le pidió a mi papá que te vigilará y que estemos cerca de ti, por precaución porque no sabes que pueda pasarte estando tú sola. Elizabeth, Richard no está muy bien ahora, y creo que es mejor...

Y entonces, me di cuenta de sus palabras, y sentí una sensación muy mala. ¿Qué diablos estaba pasando con Richard? ¿Mi seguridad?, ¿alejarlo?, ¿preocupación? Y además, ¿qué estuvo haciendo en estas dos semanas que no supimos nada? ¡Maldita sea! ¿Qué hizo para que todos se pusieran así?

—Lizzie, por favor...—dijo mi hermano, tratando de calmarme.

— ¡¿Qué demonios hizo, Luke?! —le interrumpí, ya exasperada y furiosa — ¡Dime de una buena vez!

Mi hermano me apretó los hombros, intentando tranquilizarme.

—Liz, por favor...

— ¡No! ¡Lucas! —chillé. — ¡Dime! ¡¿Qué hizo?!

Lucas me sacudió y murmuró, con tensión:

Creo que mató a alguien, Elizabeth...

Y tuve la sensación, de que me golpeaban con fuerza el estómago.

Renacimiento © ✓Where stories live. Discover now