Hanami._ No eres Oto~san... _ tocó el tórax del ninja, causando que saliera una gran esfera de luz que la menor absorbió entre sus manos, el ANBU respiraba agitadamente como temblaba de un agotamiento exagerado que dominó su cuerpo.

X._ ¡¿Que me hiciste monstruo?! _ grito el hombre entre la ira y el miedo ya que no tenía casi nada de Chakra, solo lo suficiente para mantenerse consciente.

La pequeña se alejo ignorando al masculino prosiguiendo en retirarse denjando libre al mayor de su control, fue directamente hacia donde se hallaba la pelea del biju.

Hanami._ Gaara... Shukaku... _ ya estaba por irse, pero un objeto corto-punzante se dirigía con fuerza a la Kurokami.

X._ ¡Pagarás por esto, demonio! _ susurro fuerte con una sonrisa burlona, esperando que su pequeña arma atravesará la cabeza de la niña.

Antes de que siquiera llegara a tocarla, las sombras se interpusieron y detuvieron aquel Kunai que estaba destinado a matar a esa pequeña pelinegra.

Hanami se detuvo por un momento y miro al ninja que desvaneció la sonrisa en su rostro; con todo su esfuerzo el ANBU ahora estaba por atacarla.

Hanami._ Debiste irte y vivir... _ dijo tomando entre sus pequeñas manos aquel Kunai _ pero si no quieres entonces te ayudare, así que muere _ dijo con una sonrisa sádica en su rostro y cerrando su puño libre, causando que el ANBU explotará desde adentro.

Aún con su sonrisa, y jugando con el Kunai como si fuera un juguete, corrio sin sentir remordimiento ante la masacre que había causado hace unos segundos, se fue ahora sin distracción alguna a la pelea dónde haría que su poco tiempo valiera, salvaría a su amigo de aquel oscuro ser que era el padre de Gaara.

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La perdida que estaba sufriendo la aldea de la Arena, era brutal y catastrófica, varios cuerpos de valientes ninjas estaban siendo asesinados lentamente por la arena que presionaban sus cuerpos hasta romper sus huesos y desgarra sus músculos hasta extinguir el último aliento de vida

Habían demasiados muertos como heridos, solo pocos aún seguían sin ningún rasguño. Entre ellos era el padre de Gaara y líder de la aldea de Suna.

Los rugidos de Shukaku se escuchaban con total claridad pero lo que se escuchaba con mayor estruendos era los llamados que daba en busca de la pequeña Kurokami.

Shukaku._ ¡¿Dónde estás pequeña mocosa?! _ Grito mientras detenía el polvo dorado que se dirigía a el con un gran muro de arena.

Rasa._ No entiendo porque buscas a esa niña _ hablo con burla mientras dirigía su arena dorada hacia el biju _ en este momento ya debería estar muer- _ no termina la oración, ya que un repentino grito de dolor tras su espalda lo interrumpió, era un ninja que estaba justamente a su espalda, que era atravesado desde su estómago hasta su espalda, por un tipo de tentáculo hecho de sombras de consistencia afilada y sólida.

El mayor entendió rápidamente la situación, esa cosa, estaba por atravesarlo de la misma forma; sin embargo, sino fuera por el debido sacrificio que hizo aquel ninja, ahora estaría muerto.

X._ No debiste intervenir... _ aquella a cosa oscura aventó el cuerpo muerto sin importancia alguna y la sombra desapareció en un instante _ pero bueno... ¡Podré jugar un poco más,y divertirme! _ exclamó con aparente alegría.

El Kazekage miró al ser de voz animada y "optimista" como si estuviera jugando en un parque de juegos; encontrondose solo con unas velocez sombras humanoides que corrían sin ningún lugar coherente.

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