breathin' fire ──jatp

03. ¿qué clase de fantasmas somos?

Solo faltan nuestros instrumentos, pensó.

Deseaba tener su micrófono ahí mismo, o tal vez podría jugar un poco con el piano. No, nunca fue buena con el piano. Sin embargo, podía defenderse con el teclado y el bajo eléctrico gracias a Reggie. El chico era encantador y siempre se ofrecía a darle clases cuando ella se quejaba de solo ser la voz y cara bonita de la banda, lo que, por supuesto, arrancó algunas objeciones de Luke, Alex y Bobby.

El resto de instrumentos, por otro lado, eran un poco más complicados de manejar. O tal vez le resultaba así porque no tenía profesores tan buenos como Reggie. Generalmente Leah mantenía distancia entre la batería de Alex y ella. El rubio era muy protector con su instrumento, al igual que Luke con su guitarra eléctrica favorita firmada por Dave Murray.

─Leaaaah.

Era la voz de su mejor amigo sonando nada más que culpable. Leah se mordió el labio para no soltar un fuerte te lo dije.

─Tenías razón ─continuó Luke haciendo un puchero, mirándola desde abajo─. Parecía molesta, pero al menos manejó bien la situación y no enloqueció.

─Sí, bueno, si lo hubiera hecho no la culparía ─dijo Leah, encogiéndose de hombros.

Alex entró seguido de Reggie con una sonrisa inocente y se congeló en la mitad del garaje. Lentamente, alzó la vista con la boca entreabierta.

─ ¿Cómo encontraste nuestros instrumentos?

Leah miró al rubio confundida y se levantó, inclinándose sobre el barandal para observar abajo. Reggie jadeó emocionado y se acercó a sus instrumentos, siendo seguido por un Alex saliendo del shock momentáneo.

─Te amo tanto, Leah, ¿ya te lo he dicho? ─soltó Luke, corriendo hacia su guitarra. La revisó minuciosamente con los ojos bien abiertos.

─Como un millón de veces, pero siempre es bueno recordarlo ─murmuró Leah arrastrando su voz, confundida─. Chicos, no tengo idea de cómo lo hice.

Un rasgueo sonó y Reggie se rio maravillado.

─Oh, extrañaba esto.

Leah bajó las escaleras, un poco más emocionada de lo que dejaba ver. El entusiasmo era palpable. Honestamente, a veces Leah sentía que los instrumentos eran una extensión de ellos. Como una extremidad, una pieza faltante que siempre, siempre mejoraba todo.

Luke comenzó a tocar Now or Never, la última canción del set que iban a tocar en el Orpheum. Alex y Reggie se unieron sin mucho esfuerzo. Habían practicado el set tantas veces que podrían hacerlo dormidos.

Por primera vez luego de morir, irónicamente, se sintieron vivos. Leah se dirigió a su micrófono lleno de pegatinas y lo sacó del parante, dispuesta a cantar al inicio de la primera estrofa.

De repente, alguien gritó llamando la atención de la banda y Leah se giró hacia la puerta del garaje con una mueca incómoda. Realmente se había olvidado que Julie los quería botar.

La chica golpeó el suelo con determinación y continuó diciéndoles a los chicos que dejen de tocar mientras Leah se permitía observarla de verdad. Encontraba su fuerza adorable debido a su atuendo, pero parecía alguien a quien tener en cuenta.

─Todos pueden escucharlos ─espetó Julie cruzándose de brazos─. Les dije que se fueran.

Luke se inclinó hacia ella emocionado.

─Espera, ¿pueden oírnos tocar?

Julie no compartió su entusiasmo. Se veía cansada y Leah supuso que era la culpa de los chicos y ella. Cautelosamente, colocó el micrófono en su lugar, pero no pudo evitar el sentimiento de emoción en su pecho.