vino.

176 13 25
                                    

Era increíble lo rápido que se pasaba el tiempo cuando se estaba orquestando una mentira como aquella. Entre los trabajos de ambos, Carmín con su blog y Manuel con su fotografía, fue complicado encontrar algún momento para sentarse a hablar, sobretodo esos dos últimos meses antes de la boda, donde tuvieron que empezar a duplicar las horas que le dedicaban a sus tareas freelance, y tuvieron que empezar a aceptar trabajos que antes no aceptarían. Todo con el objetivo de alcanzar la plata necesaria para poder irse ambos a Buenos Aires. No es que vivieran mal en Madrid. Ambos con sus trabajos sabían mantener una vida normal con algunos gustos, como la maldita calefacción que siempre vivía encendida y les subía todas las facturas. Pero ahora que estaba marcado en su calendario que el 10 de enero tenían que pisar tierra Argentina, habían comenzado un plan de ahorro digno de país en crisis económica.

—No más calefacción todo el día, Carmín —Le decía Manuel mientras repasaban sus cuentas un miércoles a la mañana, no muchos días después de la noticia. El aire estaba frío y por la ventana se podía ver un amanecer rosado. Ambos tenían que sentarse a trabajar lo antes posible pero ya era costumbre de ellos repasar los gastos juntos, y era todavía más necesario en aquella situación que estaban viviendo.

—Dos meses de pasar frío para una semana de calor —Respondió ella. Manuel le sonrió.

—Que ese se vuelva nuestro lema.

Lenta, como quien tiene todo el día para ver el cielo cambiar a través de su ventana, Carmín tomó uno de los marcadores con los que Manuel estaba repasando los números en sus facturas y comenzó a escribir, en el reverso de una que ya estaba vencida, la frase que acababa de decir. Él la miraba mientras tomaba café y se aferraba a su taza como única fuente de calor en aquella gélida mañana.

—¿Eso es para pegar a un lado del botón? —Adivinó él. Carmin trazaba las letras en violeta.

—Si, y donde sea necesario —Ambos rieron por lo bajo.

Luego de 2 años viviendo juntos, se habían acostumbrado mucho el uno al otro. Por ejemplo, Manuel sabía muy bien que Carmín tenía la costumbre de pegarse notas por todo el departamento, con los más variados recordatorios. En la puerta del baño posaba tranquilamente hace un año el cartel para no olvidarse la pastilla anticonceptiva. Por otro lado, si en la puerta de la heladera había carteles con frases motivacionales, entonce significaba que Carmín estaba haciendo dieta. Y si Manuel amanecía con un cartel en la puerta de su dormitorio, sabía que había hecho algo que la había enojado. La convivencia no era fácil pero ya sabían cómo entenderse.


—¿Estás libre? —Manuel golpeó en la puerta de Carmín. Era viernes de esa misma semana y él sentía que ya era hora de empezar a planear su romance inventado.

—Si —Le había respondido ella— ¿Qué pasó? —Lo miraba confundida sentada en su cama con su computadora entre las piernas.

—¿Quieres empezar a planear que vamos a decirle a la gente? —La vergüenza se había apoderado de Manuel de forma repentina. Ella se rió.

—¡Pues claro! —Le dijo poniéndose de pie. Estaba de pijama— Queda vino, ¿verdad? Siento que voy a necesitar litros —Bromeaba mientras se ponía las pantuflas.

Y si que los necesitaron las semanas que les quedaban. Al principio les costaba tomar enserio la situación, y no hacían más que inventar diálogos sobre amores perfectos en París y jugar a ser actores mientras se movían con dramatismo por su sala de estar, peleando por no llenar el piso de vino tinto.


Justo cuando ya habían pasado el primer mes se les ocurrió la idea de contarles todo el chisme a su círculo de amigos madrileños. Porque claro, ya que compartían casa era completamente natural que compartieran amigos como lo habían hecho casi 8 años de sus vidas. Era un grupo de 7 personas incluidos ellos con individuos de todo tipo. Poco tenía que ver con aquel grupo que habían dejado en Buenos Aires. Por primera vez, ambos habían descubierto lo que era una verdadera dinámica de grupo adulto. Se juntaban cuando podían y tenían las noches más divertidas. Habían quedado para juntarse antes de las festividades de diciembre.

too late to say goodbye -binuel/carminuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora