Winter

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Estaba de nueva cuenta en mi habitación, mirando hacia la ventana, solo escuchaba el sonido del viento golpear contra los arboles, suspiré y tomé la fuerza para levantarme de la cama.

Mis fines de semana se hacían eternos, vivía sola y de cada fin de semana me iba de visita con mis padres que viven en un pueblo, pero desde hace unas semanas, las ganas de salir, de viajar hasta el pueblo eran menos, solo quería quedarme en casa viendo series o escuchando música.

Vivir sola no es como lo pintan, no es tan padre, cuando acabas de terminar una "relación", todas las noches tenia que luchar contra mis demonios, los malos pensamientos, las culpas y esa parte no es bonito, sientes una presión en el pecho, te hace falta el aire, lloras, gritas, golpeas todo, pero la presión no se va, solo se hace cada vez más fuerte. Todo era para bien si aprendía a controlarme, porque al día siguiente, me sentía un poquito mejor.

Tenia una responsabilidad que cubrir, asi sea con gripe, con el corazón hecho pedazos, con los ánimos hasta el suelo, tenia que levantarme todos los días a cumplir con mi deber.

Escuché tantas veces esta frase "Mente ocupada no extraña a nadie" y créanme no siempre es cierto, cuando más ocupada estaba, más me acordaba de ella, más quería contarle como estaba mi día, más quería ir corriendo a verla, besarla, abrazarla o simplemente estar con ella. Mi mente siempre era un torbellino cuando la recordaba, todo volvía a hacerme daño, intentaba recordar los buenos momentos, pero eso solo hacia que la presión en mi pecho volviera.

Llorar ayuda a sacar todo lo malo que hay dentro, existían días en que yo quería evitarlo, sentía que llorar solo me hacia débil, pero solo me hacia mas daño a mi misma, porque me di cuenta un día no pude retener mi llanto, caí de rodillas, me abrace a ellas llorando a mares, intentado entender el porque de las cosas, porque me sentía tan insuficiente, porque cargaba culpa que no me correspondía, quería desaparecer y ese pensamiento rondaba por mi cabeza todos los días, parecía que todo se iba a acabar en este punto de mi vida, no veía salida de mi dolor, estaba cansada, quería desaparecer, descansar por fin, sentía mi corazón débil, cada día más.

El dolor no se iba, hiciera lo que hiciera, su recuerdo me golpeaba todos los días, la amaba más de lo que podía expresar, más de lo que pensó, la extrañé cada día, cada minuto, cada segundo, me dolía recordar la vez que la besé, el día que por fin probé sus labios, ese beso hizo algo diferente a mi corazón, me dolía recordar lo feliz que me hizo, ni siquiera tenia el valor de mencionar su nombre, porque ese simple acto dolía una eternidad.

Solo quería desaparecer este dolor, descansar de este dolor.

Four SeasonsWhere stories live. Discover now