Ae
¿Como podía explicarle a mi cuerpo y alma que el ya no estaba junto a nosotros?
Cuanto extrañaba aquellos labios carnosos en color cereza y esos ojos que desprendían inocencia por donde los vieras. Pero más que extrañar su cuerpo y aroma, lo extrañaba a el.
Era complicado para una persona como yo tener que verlo tan desanimado, arrastrando sus pies hasta la parada más cercana y no poder acercarme, no poder decirle cuánto le anhelaba. Deseaba volver a tenerlo entre mis brazos, sentir sus manos entrelazadas suavemente con las mías.
Oh mi Pete, ángel mío.. Mi mayor pecado.
Si tuvieses solo una idea de cuánto te extraño.
Pero no puedo, no puedo acercarme a ti sabiendo el daño que te había provocado. No cuando el recuerdo de aquella lágrima, que no era de placer, recorrió tu mejilla de manera tortuosa para mi; cuando por primera vez tu ojos me miraron con miedo.
(Cierro los ojos mientras mis manos tiran frenéticamente el cabello acumulado entre mis dedos)
Que tengo que hacer, ¿vuelvo a buscarlo? (No) ¿Con que excusa?
(Camino de un lado al otro por aquella calle desolada y rápidamente corro subiendo al árbol más cercano a mi)
Esta noche se avecinaba una gran tormenta, podía sentirlo, el viento rápido me traía el aroma de mi perdición.
(Miro hacia abajo y puedo ver pasar al gran amor de mi vida. Se le notaba cambiado, con grandes ojeras en sus ojos, que ya no brillaban como antes, y su cuerpo aún más delgado. El parecia sin vida.
Vuelvo a mirarlo cuando su empiezan a escuchar aún más aquellos truenos, que sabía que lo asustaban. El arrastraba los pies como si fuese a caer en cualquier momento y lo hizo, solo que yo logré atraparlo.
Solo así pude notar que tenía una mordida, una que yo conocía mejor que nadie).
_¡Pete!_ le gritó desesperado, esto no podía estar pasando. No a el.
(El me miraba, fijamente mientras su respiración iba bajando lentamente)
_Tengo que llevarte a algún lado_ le susurro y el solo asiente dejándose caer en mis brazos.
(Cargue su cuerpo y tratando de que nadie nos viera comencé a correr por aquellas calles hasta llegar a su departamento. Y aunque sabía que no era el lugar más seguro, era la única opción que tenía).
_Pete_ lo coloco en su cama y le palmeó su rostro suavemente para que retomará su conciencia.
_Hmmm_ fue su única respuesta.
_Mirame_ tomo su rostro tratando de mantenerlo despierto_ Hey Pete, por favor, dime hace cuánto ocurrió _ sus ojos comienzan a cerrarse gradualmente. Pero no lo puedo permitir, tengo que saber si aún puedo atraer el veneno _ ¡Pete!, vamos amor, dime.
_ Creo... _susurra y se nota su cansancio.
_ Vamos amor, ¿hace cuánto?.
_Una hora_ vuelve a susurrar.
(Lo miro con tristeza mientras me tiró para atrás. Esto no podía ser posible).
_A-Ae _ me llama con su voz débil _¿Voy a morir?.
(Veo sus ojos apagados llenarse de lágrimas y lo cierto era que no, el no iba a morir).
_No Pete, no vas a morir_ le digo tomando una de sus pálidas y, ahora, frías manos.
(El me sonríe, o eso trata, pero rápidamente esa mueca se cambia a una de dolor)
_Vamos amor_ le digo cuando lo escuchó emitir el primer grito_ Tienes que ser fuerte.
(Nadie más que yo era consciente del dolor que la transformación conllevaba y verlo sufrir así me hacía estremecer de la rabia.
Siento un apretón en mi mano y lo miro, el movía los labios tratando de decir algo, pero nada salía de ellos).
_V-voy a morir_ susurra con dolor.
_No mi amor, no vas a morir _ veo como comienza a escupir sangre. Era una escena muy espantosa.
(Noto que su respiración comienza a fallar, sus manos dejan de apretar las mías y de repente su cabeza cae hacia un lado.
Luego de varios minutos de espera, más de los requeridos, lo vuelvo a mirar. No había ningún signo de cambio, el estaba ...)
_¿ Pete?_ muevo su cuerpo y nada_ Vamos amor _ lo vuelvo a sacudir con desesperación.
(Era inevitable para mí sentir temor, pues las mordidas de vampiros solo conllevan a dos cosas. A transformarte o...).
_¡Vamos Pete!_ grito y lo cacheteó fuerte_ ¡Vamos! _ vuelvo a golpearlo hasta cansarme y mis ojos comienzan a empeñarse_ Despierta_ Susurro y mi corazón duele.
(Ya había pasado más de media hora y yo aún seguía ahí, en ese departamento donde lo había dejado incontables veces. Donde lo había amado incontables veces.
Su cuerpo aún seguía hechado en su cama, sin ningún signo de despertar.
Tan pálido, tan hermoso...
Tan Pete).
_Te amo_ le susurro y lo miro _ ¡Te amo! ¿¡Me oyes!? _ me recuesto a su lado y solo lloro.
Continuara...
