2. Espero

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Esperamos mucho. Esperamos trenes abarrotados, autobuses, semáforos tediosos en rojo; desesperantes, desesperados. Algunos esperan la lluvia para olvidarse de los execrables recuerdos; puñaladas traseras. Otros esperan los rayos de sol para obtener ese conocimiento, esa bondad en su vida que les haga ser felices. Esperamos nueve meses a que llegue una nueva vida y esperamos a que nunca llegue el último aliento de un ser querido.

Esperamos el florecer en la primavera, como esperamos el algodón glacial en enero. Esperamos al año nuevo y sus festejos, y volvemos a esperar la nochevieja, viendo cómo se nos escapan de las manos los momentos vividos en trescientos sesenta y cinco días. Esperamos que nos roben besos inesperados; y conversaciones que nos recompongan el alma quebrada.

Esperamos a las olas para que rocen nuestros dedos, saboreando la espuma que reprochan. Esperamos el primer sorbo de café con leche ardiente por la mañana, que nos reconforte durante el día; como esperamos leer la última palabra de nuestro libro predilecto.

Esperamos llegar a casa por la tarde y que nuestro peluche nos reciba con esa inmensa alegría que tanto contagia después de un día duro en el colegio. Y esperamos a tener un día libre, para cuidarnos; como esperamos el primer día de vacaciones, para descansar.

Esperamos encontrarnos con unos ojos que, con tan solo mirarlos, sepamos que nos hemos topado con nuestro hogar. Y también esperamos el momento en el que escribir cosas felices, para saber y comprobar que por fin lo somos.

Esperamos el tráiler de aquella peli tan ansiada, como esperamos la visualización del tráiler de aquella persona que acabamos de conocer, rezando que el desenlace sea prometedor y que el nudo no nos estrangule. Esperamos a poder cerrar etapas para luego esperar a que nuevas comiencen.

Yo espero para y a muchas cosas, siempre más de la cuenta, más de lo que querría: esperar el momento que provoque un giro de mi vida, vencer mi propio fato, o al menos intentarlo como hacían los héroes clásicos... intentarlo. Pero, ¿por qué esperar? ¿Por qué no actuar? ¿Por qué no vencernos a nosotros mismos y a nuestras inseguridades, a nuestros anhelos, a nuestras desdichas?

Así que, explícame a qué esperas tú, porque podríamos cambiar las cosas juntos, y si no, al menos, lo habríamos intentando. O podríamos esperar juntos, en compañía. Todo esto simplemente era porque quería una excusa para escribirte, y qué mejor excusa que verter todos mis sentimientos en una carta que quizás ni te llegue. Porque, a veces, no sabes cuál es la manera correcta de decir las cosas. Después de todo el tiempo que ha pasado,

solo espero

que estés bien. 

microsueñosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz