Capitulo 81: "Mujeres de plastilina"

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- Aun no ¿por? – la castaña se estaba maquillando

- No puede ser nada demasiado llamativo... - dijo Salome, las niñas todavía tenían al espina de sus compañeras porristas mirando a su madre.

- Nada que marque su trasero – agregó Antonia

- Y mucho menos algo que deje ver sus tatuajes – Emma entraba a unirse con sus hermanas

- ¡Emma! ¡Emma! ¡Salvame! – la deportista aclamaba por ayuda

- Hola mami – saludó la otra melliza y volvió a unirse a la conversación de la castaña

- ¡Ya se! ¡Ya se! – Lexi saltaba entusiasmada – ¡Un vestido! – tiró la idea. Pochè girò los ojos y la dejó seguir hablando, ni que les fuera a hacer caso. La última vez que la trataron de vestir se terminó poniendo todo lo contrario.

Mientras su esposa y sus tres hijas discutían la forma de vestirla, Pochè captó a la menor de sus hijas mirándola desde el marco de la puerta. Jules estaba totalmente abrazada al marco y la miraba batiendo sus pestañas a un ritmo incalculable, esa niña era la perdición de la peliazul

- ¡Muac! – Isabela le tiraba un beso y se escondía detrás del marco, Pochè solo la miraba sonriente - ¡Muac! – Isabela volvía a dejarse ver para tirar otro beso y después volverse a esconder - ¡Muac! – otro y... en un abrir y cerrar de ojos la mas chica de las Calle Garzòn corría hacia la cama para sentarse en las rodillas de su madre. La corrida de la niña fue seguida de cerca por Calle y sus hermanas.

- ¿Te gustaron mis besos? – le pregunto la pequeña

- Me parece que no me llegaron – le dijo la peliazul tratando de no reírse por la cara de preocupada de su hija

- ¿No te llegaron? – se puso un dedo en la boca mientras pensaba

Pochè negó con su cabeza – Tal vez me los tengas que dar personalmente – le dio la idea y vio como la sonrisa de la niña iba en aumento.

El lobito sacaba su mejor cara de picara a jugar - ¿Quieres mis besos? – le preguntó como si estuviera a punto entrar en una ronda de negociaciones.

- Quiero todos sus besos señorita – contestó su madre celosamente

Isabela la examinó inquisitivamente como tratando de ver si estaba bromeando o no – No puedo darte todos – le dijo tratando de mantenerse seria

Pochè levantó sus cejas y se hizo la enojada – O si... tus besos son todos míos lobito, y no los pienso compartir con nadie – aseguró

- Esta bien... - la niña aceptó lastimosamente, pero algo se traía entre manos – Pero primero tienes que darle un beso a mi dedito – le puso su dedo índice cerca de la boca.

- ¡Muac! – la peliazul besó su dedo.

- Muy bien – la felicitó dándole unas palmaditas en la cabeza, las demás castañas de la habitación tuvieron que aguantar la risa

- Isa no soy tu perrito – le recordó la su atada madre, el lobito se tapo la boca con su mano aguantando la risa

- Ahora tienes que besar mi piecito – se paró cerca de su madre y agarrándose de sus hombros levantó su pierna para dejar su pie a la altura de la boca de su madre

- ¡Muac! – No solo lo besó sino que aprovechó su mano libre para hacerle un poco de cosquillas

- Jaja no...no... solo besito – la pequeña sacó su pie y miró a su madre – Muy bien perrito – le dijo palpándole la cabeza de nuevo, Pochè solo giró los ojos.

Cuando, donde y como el amor quieraWhere stories live. Discover now