Me llamo Jennifer.

Capitulo 15. Pelea de rubios.

Capitulo 15.

Ha pasado toda una semana desde que “regrese” a este extraño futuro, en general no han cambiado muchas cosas, a excepción de aquellos muertos que están vivos y bueno, también está el hecho de que nadie de mi familia me conoce.

 Draco, sigue insistiéndome en que le pedí un poco de tiempo para decidir qué hacer con ese asunto, y por lo visto en su opinión una semana es más que suficiente, la verdad es que aún no he decidido si contarle lo que he descubierto… En realidad, ni siquiera estoy segura de haber descubierto algo. El hecho es que el día que volví pasó algo muy raro con Daniel (entre todas las cosas raras que me suelen pasar claramente).

*flash back*

-Daniel… -susurro, todos me miran interrogativos pero antes de que digan algo ya estoy corriendo y gritando. -¡DANIEL! ¡DANIEL! –Corro en su dirección sin importarme saltar un banco o el hecho de que un casi me atropella un coche, Daniel está vivo y nada más importa. Cuando llego hasta él me lanzo a sus brazos y él me coge, acabando yo colgada de su cuello y con mis piernas alrededor de su cintura.

-Por dios Jen, casi te atropellan. ¿Se puede saber qué te pasa? –me pregunta sin soltarme.

-Estás vivo.

-Enanos, Jen se nos ha vuelto loca. – eso me hace reaccionar, me bajo y abrazo con todas mis fuerzas a los enanos.

-Nick, Jack, os adoro, me conocéis y estáis bien.

-Estás loca. –se limita a decir Jack.

-¿No me conoces?

-Claro que te conoce, que tontería Jen. ¿Qué te pasa? –inquiere Nick.

-Solo… que soy muy feliz. –digo mientras vuelvo a abrazar a los tres. En ese momento se acercan James y los demás y se nos quedan mirando en silencio.

-Jennifer… -susurra Draco con el entrecejo fruncido, mientras que Max y James se limitan a mirar mal a Dani y las gemelas, bueno ellas también le miran, pero de una manera totalmente diferente.

-Claro, perdón. Draco, ellos son Daniel, Jack y el pequeño Nick.

-Encantado.

-¿Quiénes sois vosotros? –inquiere esta vez Jack.

-Ellos… bueno… yo…

-Estás más rara que de costumbre enana, y eso es decir mucho para ti. –me limito a fulminar con la mirada Dani, antes de acabar con mi explicación.

-Digamos… que tuve un encuentro fortuito con ellos, de una manera un tanto… ¿precipitada?

-¿Precipitado? -me repite Jack.

-Se estrelló en nuestro jardín.

-¡James! –le reprenden las gemelas.

-¿Estrellarse? ¿Quieres decir que se calló? –pregunta Dani riéndose, ellos asiente y entonces estalla en carcajadas que me cabrean y me alegran a partes iguales, añoraba oírle reír, incluso aunque yo sea el motivo. –Habría pagado por ver su cara, ha debido ser épica.

-No tiene ni puñetera gracia. –digo de morros.

-Por supuesto que la tiene.

-¿Acaso no te importa que me pudiera haber hecho daño?

-Claro que sí, pero estas bien y ellos son brujos, magos, hechiceros o como se diga…

-¿CÓMO? –dicen todos a una.