El enemigo: Miyaji.

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Midorima seguía enfrascado en su libro, o aparentemente así era, hasta que su atención se vio atrapada en aquella escena que sutilmente veía.

Takao estaba riendo, como siempre, aparentemente burlándose un poco de algo, o alguien, Otsubo lo miraba sonriendo y Miyaji claramente estaba molesto, ya que dirigió su mano hasta la mejilla del azabache jalándosela, provocando que este se quejara, acción que normalmente suele hacer él cuando Kazunari dice algo molesto.

Hasta ahí todo parecía normal.

Estaba apunto de enfrascarse nuevamente en la lectura hasta que observo como Miyaji deslizaba su brazo derecho alrededor del cuello de Takao, obligándolo a que se agachara un poco y con su otra mano, a puño cerrado, le frotaba la cabeza diciéndole quien sabe que cosa. El pelinegro se quejaba, intentando soltarse del ataque, pero una vez que lo soltó el rubio, pudo darse cuenta que este no le quitaba el brazo de encima y peor aun, Takao reía, muy, pero muy cerca del rostro de Miyaji, mientras que él también sonreía.

Midorima, sintió un hueco en el estomago, una sensación incomoda, parecida a una gastritis. ¿Qué acaso no se daba cuenta que sus rostros estaban muy cerca? Bufo molesto, intentando enfrascarse nuevamente en la lectura.

Para lo que le interesa, porque era obvio que eso no le importaba, no.

Lo que pasaba es que estaban en la escuela, la clase ya estaba apunto de comenzar y Kazunari tenia que estar en su asiento para no interrumpir al profesor.

Cuando alzo su rostro, ya tenia al azabache sentado enfrente de él, buscando algo desesperadamente dentro de esa desordenada mochila que siempre traía.

El moreno volteo a mirarlo como siempre lo hacia. -Shin chan ~-

-No.

-¡Pero si aun no te he dicho nada! –se quejo.

-Pero igual, la respuesta es no.

-Mooo… Vamos Shin… ¿Podrías prestarme tu calculadora para la clase de Matemáticas? olvide la mía, tu eres bueno para las cuentas así que no…

-Pídesela prestada a Miyaji. –dijo molesto.

-¿Eh? ¿Y porque a él? – lo miro dudoso.

Pero el peliverde ya no respondió. Takao solo se limito a ver como lo ignoraba enfrascado en su lectura. Se volteo nuevamente en su asiento mirando dentro de su mochila donde estaba la calculadora. No se esperaba otro tipo de contestación en realidad -pero el tono en que lo dijo… - suspiro. –Creo que sigue muy molesto.

La hora del almuerzo llegó.

Takao había salido junto con sus demás compañeros, seguramente a la cafetería, pero los minutos pasaban y el azabache no regresaba, por lo que ya no quiso esperar más y salió dispuesto a buscarlo.

Mientras apretaba los números de la maquina expendedora. Se dio cuenta de que tal vez… solo tal vez, se había pasado un poquito con haberse enojado así con él. Pero es que realmente lo había tenido angustiado.

Se escucho el golpe de la lata al caer, agachándose a tomarla. Camino, dispuesto a darle ese jugo bajo la excusa de: "quería un Shiruko y apreté mal el numero…"

Recorrió casi toda la escuela, y no había señal alguna del moreno. Tal vez ya se había regresado al salón, pero al andar por el pasillo, miro de reojo la puerta que daba directo a la azotea. No había visto ese lugar. Subió y pudo reconocer su risa detrás de la puerta, cuando la abrió, frunció inmediatamente el ceño.

Ahí estaba Takao sentando en el suelo al lado de Miyaji, ambos dándole la espalda a Midorima sin saber que los estaban observado.

El rubio le decía un par de cosas a lo cual él otro le contestaba entre risas. Cuando Miyaji le dio un leve puñetazo en el hombro que hizo reír aun más al moreno, puso su mano alrededor de la cabeza del azabache obligándolo a que se recostara en su hombro mientras le acariciaba el cabello.

¡Al diablo Takao! Su enojo era justificable.

Se fue de ahí azotando la puerta provocándoles un fuerte susto al par, que se separo inmediatamente.

-¿Y ahora?- decía Takao que se había puesto más pálido de lo normal observando la puerta. –¿No la habías cerrado?

-No se… no recuerdo. Seguramente fue el viento.- miro al mismo lugar esbozando una sonrisa…- un viento llamado Midorima.

Las cosas no iban mejorando. Seguían sin hablarse mucho. Y también seguía molesto y con esa extraña sensación en el estomago que le incomodaba, aun así debía practicar. El próximo partido vendría pronto, sería contra Kaijo , por lo que había que estar preparado.

Durante la practica, el entrenador les puso una rutina que implicaba correr alrededor de la cancha esquivando obstáculos y encestando en ambos lados de la misma.

Mientras todos lo hacían, Takao quien estaba 4 compañeros detrás de Midorima, se movía con agilidad, estaba realmente concentrado, corrió, dando un salto encestando la pelota en la canasta, pero al bajar e intentar correr inmediatamente, piso mal, tropezando con sus mismos pies cayendo directamente al suelo en un ruido sordo que se escucho por toda la cancha.

El peliverde, que se encontraba al otro extremo frente a la canasta, volteo a ver inmediatamente al azabache, que se quejaba sentado en el piso tallándose la frente.

-Ya levántate Takao no exageres. –le dijo Kimura riendo. –Ojala hubiera tenido una cámara de video.

-La verdad, es que si creo haberme visto muy gracioso… - sonrió Takao.

Shintaro ya había en su ayuda, caminando, pero no contaba con su ahora nuevo némesis.

-Takao…- Miyaji corría hacia él.

El azabache reía aun tirado en el piso, tomándose del brazo del rubio, quien lo ayudaba a levantarse.

-¿Estas bien?

-Si, solo me desconcentre un momento. –sonrió a todo lo ancho de su boca.

-¿Estas seguro? – el rubio tomo el rostro del moreno entre sus manos pegando su frente con la suya.

-Si… muy seguro. –Kazunari lo vio extrañado, pero esa acción por parte de su superior no lo desconsternó en lo absoluto.

¡Por Oha Asa! Definitivamente ¡Esa situación ya era suficiente para él!

El peliverde, apretó el balón entre sus manos con fuerza.

Respiro, soltando el aire por su boca en un profundo suspiro, soltó la pelota rebotándola un par de veces, calculando la distancia y el objetivo, la llevo por encima de su cabeza, haciendo un lanzamiento.

El balón cruzo casi más de la mitad de la cancha, cayendo… o más bien golpeando fuertemente la mejilla izquierda de Miyaji botándolo de culo al piso.

Takao volteo a ver Midorima totalmente estupefacto. ¿¡A que venia esa reacción!? Midorima jamás era así, mucho menos con un superior.

-3 puntos…- oculto su sonrisa detrás de su mano mientras se acomodaba las gafas.

-¡MIDORIMA! –grito el entrenador, quien había observado la escena. -¡AQUÍ, AHORA!- señalo con el dedo indice la banca que se encontraba detrás de él.
Estaba en problemas.

Y en la lavandería, cumpliendo el castigo por semejante acción.

Se escucho la campanita, el ciclo de secado ya había terminado. Saco las toallas de mala gana echándolas hecha bolas en el cesto y se dirigió a la mesa, era la ultima tanda que tenia que doblar.

Soltó un gruñido.

Solo 3 días más.

Tres días mas, en los que debía de aguantar como hoy, la nueva cercanía que tenia Miyaji con Takao si no quería prolongar su estancia en el lugar.

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Holaaap!
¿Cómo están hermosas señoritas?
Por fin es viernes! Wuiii! :D
… ¿qué les pareció el capitulo? Espero les haya gustado!

Sin más que decir, me despido.
Nos vemos en el próximo capitulo ;)
Se despide, con abrazos y mordidas…
Mely Wolf :3

pd: juraría que cuando escribí el capitulo, era más largo... creo que alucine xD

Junto a TiWhere stories live. Discover now