"¿Acaso se había fumado algo de su hierba especial sin que lo notara?"

—¿Tobías todo en orden?—pregunté y él simplemente asintió—. Lo pregunto porque prácticamente te acabo de confesar que te engañé con otro cuando te fuiste y que puede que este sintiendo las mismas cosas que siento por vos hacia ese otro y apenas te inmutás...

Sí, sé que con mis palabras me estaba "mandando al muere" sola, pero la rareza de la situación me estaba poniendo idiota.

—No voy a decir que me cayó muy en gracia lo del engaño, pero si esperabas una escena, o que me aparte de vos porque tenés sentimientos hacia otro tipo, vas muerta corazón—Abrí mis ojos como platos. ¿Eso quería decir que Tobías era de la esa filosofía de "amor libre"? Usaba hierba sí, y pertenecía a una Logia, pero no tenía pinta de formar parte también de una comunidad hippie.

—No entiendo muy bien qué querés decir con todo esto...

—Te quiero decir que mientras el grado de amor que sentís por él sea idéntico al que sentís por mí, entonces no voy a pedirte que hagas una elección. Por ahora no tenemos ventaja el uno sobre el otro, estamos parejos. Pedirte que elijas bajo estos términos te complicaría la existencia. 

  —¿Esto significa que no querés cortar la relación? —Era necesario asegurarme.  

 —Al contrario, quiero que se solidifique, aunque en el proceso tenga que compartirte.   

¡Mierda! No estaba preparada para algo como aquello, pero la propuesta de Tobías no sonaba tan mala... 

En ese momento sentí que no debía decir más, simplemente era tiempo de dejarme llevar por mis impulsos. Había liberado de una pesada carga a Tobías, y él me había liberado a mí.

Me aproximé hacia él y después de días de distancia, nuestros labios se encontraron otra vez, hambrientos, necesitados el uno del otro.

Recorrí con mis yemas sus brazos. Las recientes cortadas eran vagos recuerdos difuminados en su regenerada dermis. Luego llevé una mano hacia su pecho sintiendo su musculatura. Su corazón palpitaba un poco más frenético ante la cercanía.

Nos fuimos acostando en la cama. El peso de mi cuerpo sobre el suyo, nuestras piernas completamente enredadas.

El castaño sumergió sus manos debajo de mi musculosa y acarició mi espalda en toda su longitud. Una corriente eléctrica me recorrió entera, erizando mis vellos.

Me apreté más a él, dejándome abrazar por el fuego que desprendía su piel, en contacto con mi piel.

—Ah...Irupé...mi Irupé—susurró y sus palabras eran media suplica, medio jadeo.

Bajó la mano hacia la cinturilla de mis jeans y luego abarcó completamente con su palma mi trasero.

Eso elevó aún más temperatura y fui yo la que dejó escapar un gruñido.

Era probable que se seguir así termináramos por hacerlo. No percibía a Tobías como a Nahuel, él daba rienda suelta a sus impulsos, el otro solía ponerle freno.

Pensar en sus diferencias me hizo pensar que la reacción de Nahuel frente a mis sentimientos por Toby, podía también variar. 

No podía continuar en paz con nuestra relación hasta no estar segura sobre su forma de pensar al respecto. Él también tenía derecho a una elección.

"Y así es como la libido se baja" pensé y me aparté un poco, obligando a que la boca de Tobías abandonara su recorrido de besos cálidos por la pendiente de mi cuello.

—¿Está todo bien?—preguntó jadeando, excitado, con los ojos rutilantes, reflejo de los míos, que hacía instantes habían ardido de deseo.

—Sí, más que bien. Pero tengo que irme—me excusé acomodando mi ropa para que vuelva a su postura inicial—. Pasó mucho tiempo desde que me fui de casa, incluso me salteé la cena y mi celu hace rato que se quedó sin bater, así que...

—Shff—se incorporó y colocó su dedo indicé sobre mis labios—. No digas más. Entiendo. Vamos que te acompaño a tu casa—Podía sentir como el candor nos abandonaba poco a poco. Pero el frío de la lejanía era como un latigazo de hielo necesario para entrar en razón.

—Llegué hasta acá sana y salva, no necesito que ningún hombre me cuide la espalda—Le guiñé, poniéndome de pie y apartandome del todo.

—Pero sí un Lobizón que cuide tu tra...yecto—dijo divertido, dando un último vistazo a mi figura, con refrenado anhelo.

yecto—dijo divertido, dando un último vistazo a mi figura, con refrenado anhelo

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.
LobizonA #CheArgentinaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum