Parte 2.

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2.

Tony jadeó.
No entendía como carajos habían llegado a aquello.
Era una postura extraña, con él entre ambos soldados, que lo embestian a la vez.
Sentía su culo tan lleno, que cada que vez que Bucky y Steve se movían sincronizados – cuando Bucky salía, Steve entraba y viceversa – los gemidos y súplicas por más, eran automáticos.
Gimió quedito, tirando la cabeza hacia atrás, apoyándola sobre el hombro de Bucky que estaba a sus espaldas y recibiendo un beso en la barbilla de parte de este.
La sincronización era tal, que ambos golpeaban certera y continuamente su abusada próstata, mientras Tony se derretía entre los brazos ajenos.
Si, una semana atrás, le hubieran dicho que se entregaría con tanto esmero – por culpa de su adelantado celo – a los dos mejores amigos de sus padres y aparte de ellos, super soldados, se hubiera reído. Muy fuerte.

Entre todo el sexo, en la parte superior de la mansión, tres personas hacían su aparición.
Howard y María miraron alrededor, mientras que Jarvis – que los había acompañado en el viaje que habían hecho – se movia hacia el interior del salón principal.
El primero de ellos captando el olor enseguida: olor a celo. Más precisamente, el celo de su único – aunque nadie lo creyera – y amado hijo Omega.
María olisqueó el aire también, reconociendo la esencia de su bebé al instante: pero el estómago se le apretó, cuando, mezclado con la esencia de su niño, pudo apreciar dos esencias más fuertes y varoniles.
Esencias alfas, para ser más específicos.
Howard y ella corrieron escaleras arriba, ambos con miradas preocupadas, siguiendo el hedor del sexo, que al parecer había sido continuo esos días.
Y cuando llegaron a la habitación de Tony, y abrieron la puerta, se encontraron a este siendo follado por, sus supuestos mejores amigos.
Ambos enterrados en el pequeño cuerpo del adolescente de 16 años, que jadeaba pidiendo más.
Y cuando Tony volteo el rostro hacia la puerta, con los ojos tornados en placer y deseo, las vieron. Vieron las dos marcas de pertenencia alfa en el cuello de su primogénito, y el primero en dejar salir el primer gruñido, fue Howard, que en dos segundos, arrancó a su hijo de los brazos de los alfas, que le miraron con odio, reaccionando al instante.

Steve se abalanzó sobre Howard, mientras que Bucky hizo su camino hacia María, que aún anonadada, cubrió a Tony, aún jadeando con una manta.
Jarvis, que no sabía que sucedía, oyó el disturbio, y corrió escaleras arriba.
Socorrió rápidamente a su joven amo, mientras observaba, horrorizado, como Steve le propinaba un puñetazo en el rostro a Howard, y María trataba de hacerle frente a Bucky.

Entre trompicones, empujones, y tener que llevar a Tony entre los brazos, el hombre beta se apresuró a encerrar al castaño en una habitación contigua a la de sus padres, mientras oía, como del otro lado, este jadeaba, llamando a sus alfas.

Jarvis se llevó una mano a la cabeza, cuando oyó como Howard maldecía a los dos alfas que se habían atrevido a corromper a su hijo. Oyó también, como les prohibía volver a pisar su hogar, y a base de golpes, y destrozos, ambos alfa, fueron echada de la mansión Stark.
Ese mismo día, el celo de Tony terminó.
Y cuando esté salió del estupor, la verguenza y la incredulidad llegaron a él.

Sentado en el salón, con las marcas en el cuello ardiendo, y la mirada sobre sus manos en su regazo, Tony oía a Howard increpando insultos hacia Steve y Bucky.

— Tienes terminantemente prohibido acercarte a ellos o dejar que se acerquen a ti, Anthony. — fue lo que dijo Howard, obligando a Tony a levantar la mirada.
— P-pero papá, el bono... — trató de decir.
— Como me entere de que ellos se han acercado a ti o lo has hecho tú, te vas a enterar, Anthony. — fue lo último que oyó decirle, antes de que este se retirara.

Y miro a su madre, suplicándole con la mirada. Pero ella suspiró, negando, y siguiendo a su padre fuera.

Tony se abrazó a si mismo, su pecho sintiéndose vacío de repente, lágrimas llenando sus ojos.

Por otro lado, Steve y Bucky analizaban la situación.
Uno más ansioso que el otro. Steve, golpeando la lapicera que llevaba entre sus dedos contra el papel, continuamente. Bucky, golpeando el saco de boxeo, cabreado, totalmente enojado.
Ambos podían sentir la tensión de Tony a través del lazo que ahora tenían con el Omega. Podían sentir la inquietud, pero por sobretodo, el dolor.

El siguiente lunes, Tony volvió a la preparatoria, con las marcas al aire.
Pepper y Rhodey, fueron los más preocupados al verlo y al sentir el nuevo aroma que llevaba su mejor amigo. Y Bruce, no estuvo mejor.
Los tres analizaron las marcas en el cuello de Tony, mientras que este bajaba la mirada rojo, apenado.

— Entonces, dices que tus padres no quieren que los vuelvas a ver. — asintio Bruce, frotando el hombro de Tony, dandole apoyo.

Tony no pudo decir nada.
Simplemente asintió, recostando la cabeza sobre la pared detrás de él, sintiendo vacío el pecho.

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Esto es más corto que el anterior, pero tiene explicación: a raíz de que lo publiqué en Facebook, los pedidos de continuación comenzaron a llegar y fueron tantos que dije "¿por qué no?"
El capítulo fue revisado por el amor de mi vida, KaySaibot, mi (ahora) beta XD.
Estoy con temas de la facultad justo ahora, y no prometo una pronta actualización, así que nos leemos en el próximo capítulo 😊💓
Enjoy!

Celo. |Stuckony|Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin