Engañando a todos (Harry y tu) {HOT}

Capítulo 2

{Helado.}

—Oh, lo olvidé por completo, tengo que ir al supermercado—.

Dijo __________, parecía sorprendida, yo también lo estaba, por lo menos ahora que estuviera fuera podría estar en paz con mi lívido por un rato— ¿ahora?—. Preguntó mi novia. 

—Sí, pero no quiero molestar, iré yo sola, volveré lo antes que pueda— susurró poniéndose de pie y dedicándole una sonrisa a Beth. 

—Oh, de eso nada. Harry, cariño— mierda— ¿puedes acompañarla? Llevas un rato distraído, amor, quizás así se te quite lo aburrido—.

Me tomó de la mano y me sonrió y entonces me sentí la peor persona del mundo. Ella, tan linda, tan tierna y yo de morboso fantaseando con su mejor amiga.

—Claro—. Me escuché a mi mismo aceptando.

—Hum, ¿tienes mucho aquí?—. Me preguntó, negué con la cabeza, sabía que si hablaba diría algo incoherente o algo que me delatara

—. Oh. No necesitas bajarte, iré pronto, no tardo nada—.

Y antes de que pudiera responderle, bajó del auto y se encaminó hacia la entrada principal. Meneaba sus caderas sabiendo el hechizo que desataba cada vez que lo hacía. Y al parecer, no era el único que pensaba así. Pasó alrededor de un círculo de amigos, todos universitarios, o eso me pareció, y se enfocaron en el dulce tambaleo de su trasero. Me sentí celoso, maldición. Ni siquiera con Beth lograba sentirme así, ¿sería porque ya sabía que ella era mía y que confiaba en mí? ¿Qué no se enamoraría de alguien más? ¿Enamorar? No, no enamorar, más bien… prender o fijarse. Tampoco. Sentir esta atracción tan fatal como la que sentía por __________. Recargué mi cabeza en el asiento y cerré los ojos. Sentí que la puerta se abrió de par en par, abrí los ojos rápidamente para encontrarme con los de __________—. Buenos días, flojo—.

Ella sonrió, me incorporé y la miré con los ojos bien abiertos, quería capturar todo lo que ella era.

—Lo siento ¿necesitas ir a otro lugar?- Le pregunté encendiendo el auto.

—Me gustaría ir por otro helado, el otro… se cayó—. Cínica. Eso era, sabía muy bien que estaba jugando conmigo, pero por alguna razón adoraba el juego que planteaba.—Conozco un lugar—. Murmuré.— ¿podemos ir? No creo que nos vayan a extrañar, solo estorbábamos—. Y tenía razón, ella y yo no habíamos participado en la conversación de Beth y las demás chicas. Asentí y comencé a manejar en dirección a la heladería. Cuando llegamos me estacioné, rodeé el auto y le abrí la puerta.

—Gracias—. Susurró. El lugar estaba desierto, eran cerca de las nueve PM, por lo tanto estaban a punto de cerrar. Ella caminó y yo la seguí. Llevaba una blusa de algodón blanca, una falda que con holanes azul marino que producía que el moverse de sus caderas dejara poco a la imaginación de cualquiera, y me incluía. Los rizos caían por su espalda y ella se los había recogido hacía un rato. Se cruzó de brazos, al hacerlo, sus pechos se juntaron demasiado, creí que se saldrían de su escote… comenzaba a odiar cualquier tipo de ropa que cubriera sus generosas curvas.

—Buenas noches, han llegado justo a tiempo ¿Qué les ofrezco?

—Mi helado favorito es el de chocolate—. Murmuré.

—El mío también—. Puntualizó. 

—Oh, en ese caso podemos hacerle un especial que estamos ofreciendo para las parejas—. Nos dijo alegre el hombre detrás del mostrador

.—Nosotros no…— comenzó a balbucear, me miró directamente a los ojos y atravesé las paredes de su mirada, me introduje en ella en la profundidad que me era permitida.—Aún, esto los ayudará a decidirse—. Yo me aclaré la garganta y rompí el contacto.Deseo, ella me miraba con deseo. Era algo mutuo, no pude evitar sonreír.

—Tienes una linda sonrisa—. Me dijo ella, pero cuando iba a mirarla, estaba dándome la espalda, de perfil. Suspiré. El hombre regresó con un enorme helado, abrí los ojos como plato y no pude evitar excitarme al imaginar que entre los pechos de __________ el helado hacía un camino y después mi lengua lo recorría.

—Pueden sentarse afuera, hace un clima estupendo—. Nos dijo, nosotros caminamos detrás de él, ayudé a __________ a que se sentara, le di las gracias al hombre y me senté frente a ella

.—Woooooooooow, no esperaba esto—. Dijo ella sonriendo como chiquilla, no pude evitar sonreír también.

—Yo tampoco—. Respondí, la única diferencia es que hacía referencia a ella. No la esperaba a ella, ni a que todas mis células se volvieran locas por ella, sentía que mi propio cuerpo me traicionaba cuando __________ Rose estaba cerca.

—Harry—. Susurró con voz ronca—. Yo… me voy mañana. Y antes de que eso pase quiero decirte algo.

—Lo que sea—. Extendí la mano y comencé a comer.

—Sonará bastante ridículo, pero…—. La observé, cerró sus ojos y suspiró— hay algo de ti que me… gusta. Eres estupendo, en serio. Gracias por todo—. Ella sonrió y agachó la mirada. ¿Tímida? Demonios, no estaba entendiendo para nada su juego

 —__________—.

Me incliné un poco y tomé su mano, ni siquiera me lo planteé, solo lo hice—. No tienes nada que agradecer, me alegró conocerte un poco, eres una chica magnífica—. Dicho eso, ninguno de los dos intervino ni dijo algo más. Pagué y en silencio abrí la puerta, ella iba a tomar la manija, pero mi mano cubrió la suya, elevó la mirada y nos quedamos mirándonos por un largo tiempo, ella apartó la mirada y se adentró en el auto. Me subí después, rezongando, suspiré. Antes de encender al auto volteé a ver a __________, ella ya me miraba, su respiración la delataba, estaba excitada, sus pechos se elevaban con velocidad, la tomé del cuello y la acerqué a mí, besándola como había deseado hacerlo todo este tiempo. Supongo que se sorprendió, pero me correspondió. Enroscó sus brazos detrás de mi cuello, yo bajaba mis manos por su espalda, introduje mis manos dentro de la delgada tela y sentí su piel caliente, ella soltó un gemido y, dada la oportunidad, metí mi lengua en su boca. —Te deseo—. Susurré contra su boca, ella sonrió sensualmente—. Quiero…

—Yo también—. Me remató y en ese momento incendió todos los rincones de mi cuerpo— pero aquí no, por favor.

Comencé a manejar a un callejón. Me estacioné y ella solo me miraba con desesperación.