1- Aburrimiento

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Como adolescente puedo lidiar con muchas cosas a la vez pero en esa lista no cabe el aburrimiento.

Y en este momento no sé que es más aburrido o escuchar cómo mis compañeros exponen o escuchar al maestro regañarlos por lo mismo cien veces.

Mientras unos están sumergidos en su celulares haciendo que sé yo, otros están atentos a la aburrida y patética exposición de química, y vemos cómo los que está al frente se equivocan en términos fáciles—los cuales repasamos todo un mes— como «Ciclo lítico con  el ciclo lisogénico» o « ØX174 con bacteriófagos de cola corta» y seguido de esto el Señor Black comienza un largo discurso de que no se estudia y que los adolescentes son irresponsables, es decir, el típico discurso de un maestro cuando odia a todos, pero ¿por qué meter a todos en la misma bolsa? Ok, es el peor grupo, pero hay excepciones. Mi exposición salió bien, a pesar de todo. No soy un genio pero me las apaño. Además, el señor Black debe darnos crédito, nos dio este trabajo a penas ayer, y no es tanto un trabajo... más bien parece un examen sorpresa en pareja no tan sorpresa, el cuál debemos presentar ante la clase. Mi pareja de trabajo, Charlie Torner, enfermó durante la noche así que tuve la desdicha de pasar al frente sola. Si dominas el tema no es tan malo. Pero los nervios son una horrible sensación. Y más si soy yo la que sufre de nervios; la sensación de que todos miran y critican, el sudor en las palma de las manos, respiración irregular, horrible y algo en lo que sigo trabajando.

En fin, como decía; luego de cinco minutos de regaño, ya estoy algo agotada. Es la última clase del día y muero por salir de aquí. Me aburro fácil... En serio, ya me duele el culo de estar tanto tiempo sentada—no exagero— y además tengo el celular sin batería, nada con que distraerme.

Ok. Vamos con el viejo confiable, el señor bolígrafo... y el señor cuaderno.

Cojo ambos materiales y empiezo a escribir «Hola» en diferentes tipografías, luego hago algunos garabatos sin sentido lógico. Pasan unos minutos y escucho una irritante voz en mi cabeza. La mía, pero en versión diva.

«¡Idiota!¡Pareces una niñita de sexto grado!»
 
«Bien, ¿Qué me recomiendas, conciencia? Tú que eres la "no" idiota.»

«No lo , un dibujo, una lista, algo que no sea tan idiota como estar haciendo pequeñas tormentas en tu cuaderno.»

«Oh, una lista. Pero... ¿de qué?»

«Usa tu cerebro y piensa, tontaEnserio a veces pienso que estoy en el cuerpo equivocado. O sea hello... Soy una hermosa conciencia»

«Tu eres parte de mi cerebro, conciencia boba.»

«Ah, no. Pos si cierto.»

Ugh... Hasta pelear conmigo misma es frustrante. No tengo idea de porqué lo hago. ¿Estaré loca? No lo sé. Creo que todos lo estamos, en cierto punto.

En realidad es lo mas estúpido lo que voy a escribir, pero es lo primero que se me ocurre después de ver a mi costado a Hannah Brown sollozando al celular por su patán ex. Haré esto basándome en experiencias amorosas que veo a mi alrededor y que resultan estúpidas y predecibles, en cosas de mi vida cotidiana y demás.

No, Nunca Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα