CAPÍTULO 3

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La sangre de su hermana la salpico y Sombra Blanca luchaba por liberarse. El perro la mordió del lomo y la aplastaba ferozmente. Rápidamente Tormenta Amarilla se abalanzó contra el perro.

–¡Flor Celeste! –gritó el lugarteniente mientras se aferraba al lomo del perro–. ¡Ve al campamento por ayuda!

La gata asintió, pero un segundo perro salió de los arbustos e iba directo hacia ella. La guerrera corrió lo más rápido que podía, pero sentía el aliento del perro cada vez más cerca de ella. El campamento no estaba lejos y planeaba ir allí. <<No, no puedo poner en peligro al clan>>, pensó ella y repentinamente cambio de dirección. Ahora guiaba al perro al Clan de la Tierra. Corría lo más que podía, pero estaba cansada. Flor Celeste vio el oscuro río, solo tenía que atravesar el Puente y del otro lado ya era territorio del Clan de la Tierra.

Antes de llegar al Puente, se atoro con unas raíces de un roble. Tenía la pata trasera enredada en las raíces y por más que jalaba no lograba quitarse las raíces. El perro estaba a punto de morderla, pero un gato salto sobre él y le dio un zarpazo en el ojo. El perro enojado, intento morder al gato, pero este apartó rápidamente. Flor Celeste lo pudo ver mejor, era un guerrero gris atigrado y de ojos azules como el cielo nocturno. Al captar su olor, se dio cuenta de que era un guerrero del Clan de la Tierra. Aprovecho que el perro estaba distraído con él y se zafó de las raíces, pero atrajo nuevamente la atención del perro.

El perro se giró para ver a Flor Celeste y el guerrero gris rápidamente se puso enfrente de ella. Tenía todo el pelo erizado y le lanzo un gruñido amenazante. El perro por su parte gruñía furioso. Se abalanzó a morder al guerrero gris, pero este le araño el otro ojo. El perro, ahora ciego por la sangre que brotaba; estaba asustado porque no podía ver bien. Tiempo después, salió corriendo en dirección al profundo bosque. La guerrera solo escucho los aullidos de dolor del perro y como se iban apagando poco a poco hasta que el bosque quedo en completo silencio.

El guerrero gris se calmó y su pelaje volvió a la normalidad. Se giro y miro a Flor Celeste. Sus profundos ojos azules miraron a los de ella por unos momentos. Por un instante, se le hizo familiar esa mirada azul y tuvo la sensación de que ya los había visto en otra parte.

–¿Te encuentras bien?

Preguntó el guerrero con una voz ronca y la gata solo asintió. Su corazón estaba muy acelerado por la persecución, pero después se calmó. Ambos gatos se relajaron y el guerrero gris estaba a punto de decirle otra cosa, pero salió corriendo porqué se escuchó que venía alguien. La gata solo lo vio irse hacia su territorio y al voltear, notó a Tormenta Amarilla. El guerrero amarillo llego a ella jadeando, aunque se alegró de verla bien y a salvo.

–¡Qué bueno que estas bien! –suspiro él aliviado–. ¿Quién era el gato gris?

–Era un guerrero del Clan de la Tierra –repuso ella, mientras a Tormenta Amarilla se le erizaba el pelaje de la furia.

–¿¡Aun siguen invadiendo nuestro territorio!?

Flor Celeste solo se encogió de hombros. En ese momento no sabía cómo sentirse. No sabía si sentirse enojada porqué seguían quebrantando el código guerrero o sentirse aliviada de que un guerrero del Clan de la Tierra estuviera ahí para salvarla.

–¡Vamos! –Jadeó él un poco más calmado–. Tenemos que volver con Sombra Blanca.

–¿Por qué la dejaste sola? -Preguntó Flor Celeste preocupada por su hermana y hasta ese momento se acordó de ella.

–Para salvarte a ti –respondió él con calma. Notó que Flor Celeste no estaba contenta con la respuesta así que añadió–. Ahuyente al perro y la iba a acompañar al campamento, pero me dijo que mejor fuera por ti. Sus heridas no fueron graves, pero tenemos que darnos prisa. No sabemos si esos perros volverán.

Flor Celeste: La última decisiónМесто, где живут истории. Откройте их для себя