Es... Complicado

Capitulo 9

—¡Heriberto! Eres un poco hombre , no puedo creer que a la primera que me dejas corres hacía esta maldita mujer. —miró a Victoria despectivamente. ¿Que es lo que pretendes? No voy a permitir que me vean la cara de idiota.

Se encontraban en un cuadro poco común y Victoria estaba lista para atacar pero le preocupaba la presencia de su hija quien automáticamente enfrentó a Leonela luego de escuchar la manera en que se refirió a su madre.

—Leonela no sé qué pasa entre mi papá y tú pero no te permito que te refieras así a mi mamá y mucho menos en mi casa así que te pido encarecidamente que le bajes a tu escándalo si no quieres que te eche a patadas de aquí.

—Tú a mi no me vas a decir lo que tengo que hacer.

Leonela se aproximó a Fernanda desafiante y Victoria creyó que se volvería loca de la rabia y se interpuso histérica enfrente de Leonela.

—Ni se te ocurra meterte con mi hija porque soy capaz de acabar contigo ahora mismo.

Heriberto forcejeó con Leonela para alejarla.

—Fernanda vete, tus hermanos te están esperando —vio la intensiones de su hija de querer refutar. ¡Dije ahora! —sentenció enojada y esperó que sus hijos desaparecieran. Ahora si Leonela, ¿que se te ofrece?

—Resultaste ser igual o peor que yo, Victoria. ¿Desde cuándo te revuelcas con mi marido?

—Leonela por favor -intervino Heriberto.  Vete y otro día hablamos. Aquí no, respeta la casa de mis hijos. -se encontraba un poco nervioso.

—No, no me voy a ir nada hasta aclarar las cosas y tú vengas a casa conmigo. A nuestra casa. Así que dime Victoria...

—Tú que eres experta en meterte con hombres casados deberías tener una idea desde cuándo me acuesto con tu marido. Ojo por ojo, diente por diente y no lo siento. ¿Tienes algo que decir? Sería una desfachatez de tu parte dadas las circunstancias. Te advierto, no te metas conmigo así que te largas en este instante de mi casa.

Leonela se quedó muda, no creyó jamás que Victoria saldría a darle guerra también y que aceptaría sin muchos rodeos que tiene una relación con su marido.

—Vaya, ¿ni te molestas en negarlo? Que descarada.

—¿Qué quieres que te diga? Yo no me ando con jueguitos, ¿querías confirmarlo? Perfecto, no hay más nada que decir te lo digo yo.

—Los papeles se han invertido —miró a Victoria y Heriberto alternadamente. Ha sido una sorpresa. Quien te viera con esa cara de mosquita muerta. —Leonela estaba decidida molestar a Victoria.

—Basta Leonela... Te lo pido, por favor vete de aquí... si quieres mañana paso por la casa. No quiero que esto termine mal, vete que tu hijo debe estar esperándote.

Heriberto en su desesperación de querer deshacerse de ella fue lo primero que se le ocurrió decir no siendo consciente del efecto que causó en Victoria a quien ya le hervía la sangre de la rabia mezclada con celos.

—Prométeme que vas a ir —se acercó a él insinuándose descaradamente. Te necesito a mi lado.

Vicky no pudiéndose resistir más, la agarró poco sutil del brazo y la estaba llevando a rastras hacía la salida.