Capítulo 44

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El viernes partió con un mensaje de Ana diciendo que si no contestaba el celular iría hasta mi casa para hablar, pues la suya se encontraba solo a un par de horas en avión en otro estado. Había decidido llamarla, pues se merecía unas disculpas de mi parte, pero aun no estaba segura de lo que diría. Me armé de valor igualmente y marqué su numero.

-Carolina, al fin.- Me contestó al tiro. –Mira...-

-No, Ana, discúlpame, actué como una imbécil. Tu no tienes la culpa de todo lo que pasó con Harry.- Le hablé interrumpiéndola. –Él es el imbécil, no tu.-

-¿Aun me quieres entonces?- Me dijo juguetona.

-Claro que sí.- Le dije con una pequeña sonrisa.

-Eso espero, porque mañana verás nuevamente mi hermoso rostro.-

-¿De que hablas?-

-De que te iré a visitar tarada, esto de la mudanza me tiene los pelos de punta y el imbécil de Jake no ha parado de molestarme, necesito otras mini vacaciones. Me quedaré por el fin de semana si no te importa tenerme en tu vida. Estaré llegando mañana temprano.- Me alegré hasta la medula. Tener a Ana a mi lado es lo que necesito en estos momentos.

-Te estaré esperando. Pero usa las llaves de emergencias que están debajo de la alfombra de entrada.-

-¿Ni siquiera me abrirás la puerta?- Me dijo teatralmente, y sonreí al imaginarla con la mano en su pecho y abriendo su boca roja.

-Unos compañeros tienen pensado salir a beber hoy, y no sé, quizás vaya con ellos. Y si lo hago, no iré solo por un par de tragos. Así que...-

-Estarás con la resaca de la vida.- Me dijo riendo.

-Así que ni se te ocurra despertarme.-

-Te lo prometo, y llegaré con un café bien cargado y un par de hamburguesas.- Sonreí sin decir nada. Me conocía bastante bien. Después de un momento su voz cambió a esa que usaba en momentos serios.

-Realmente siento mucho como terminaron las cosas. De verdad.- Me dijo sincera.

-Yo no, así que espero que estés dispuesta a hablar pestes de Harry por al menos una noche.- Sentí como Ana reía al otro lado del teléfono.

-Dalo por hecho.-

-Nos vemos mañana.- Me despedí para comenzar mi día.





El día se dividió entre clases y trabajo, haciendo que pasara como un relámpago, sin darme cuenta que ya era la hora de salida, y el fin de semana ya estaba golpeando mi puerta.
Mi mente se había mantenido ocupada para no pensar en lo que había ocurrido el día anterior, sin permitirme en pensar en aquello, ni por un segundo.

Solo en un pequeño lapsus de tiempo me permití hablar de eso, pues en mi break de almuerzo había llamado a Max, que después de contarle lo que había pasado la noche anterior me había hecho prometer que lo haría, para asegurarse que estuviera bien, aunque esa llamada nocturna solo fue un par de horas mientras el me retaba y yo veía televisión basura escuchando como una niña de quince años que fue atrapada por salir sin permiso, pues ya no lloraba a esas alturas.

No sabía muy bien el por que. Sí, había llorado como una bestia después de recibir el mensaje de Harry, pero después de un momento mi mente en estado de shock había estado esperando las cámaras de video entrando por mi puerta para decirme que era todo parte de una pesada broma. Pero no llegaban. 

Miré a mi alrededor sin percatarme realmente que lo hacía. Las cámaras no iban a llegar, debía seguir con mi vida alejando ese pensamiento de mi. Alejando a Harry de una vez por todas. 

Nate, mi compañero, se acercó nuevamente para preguntarme si quería ir con ellos y yo no podía estar más agradecida de que me invitarán, pues necesitaba mantener la mente ocupada en otra cosa que no fuera Harry, y unas copas sería lo ideal.

Sabía que el tema saldría a colación en algún momento, pues más de una persona me había preguntado por las fotos que habían visto por internet, pero ninguno lucía extremadamente extasiado por saber la historia completa, creo que solo se conformarían con mi versión corta de todo.

-Vamos a emborracharnos.- Le dije, y me respondió con una sonrisa mientras se nos sumaban Tamara, Mat, Jared, Stefan, Melisa y Oscar.

All The Love (Harry Styles) Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum