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—Hola hijo que sorpresa verte— dijo Teresa al ver a Rayder entrar por la puerta de la cocina.

—Madre, buenos días— le dio un beso en la mejilla —¿Está papá?

—No tarda en bajar a desayunar. ¿Nos acompañas?

Asintió.

Teresa arregló la mesa para el desayuno, preparó huevos fritos con pan integral, waffles con miel, llenó las tazas con café y llevó una jarra de jugo de naranja, los tres se sentaron a la mesa. No quería que sus padres tuvieran el estómago vació así espero a la mitad del desayuno, pensando en cómo lograr que entendieran lo que tenía que decir, estaba decidido y no esperó mucho más.

—He venido a hablar con ustedes— colocó las manos apoyándolas sobre su regazo mirando a sus padres.

—¿Todo está bien hijo?— preguntó Teresa preocupada.

—No mamá, quiero aclarar de una vez la opinión errónea que tienen de mi desempeño en la Base. Papá, mi expediente militar está limpio de faltas, he cumplido no solo con mis obligaciones cuando estoy en servicio, incluso ahora cuando estoy de licencia los he apoyado siempre que lo han solicitado, como mi superior eso tú lo sabes muy bien.

—Lo se hijo, lo sé— respondió Philip mirándolo a los ojos.

—Creo que me he ganado el respeto de los demás en la Base, por eso me pregunto ¿Por qué piensan eso ustedes de mí? Mis propios padres diciendo que mi desempeño es mediocre.

—No fue eso lo que comenté a Robert— aclaró Philip —lo que le dije fue que faltaste a un par de juntas, la más importante con el comandante Anderson, y tu madre también estaba preocupada por ti, no venías a visitarla hacía varios días.

—¿Fuiste tú el que le pidió a Robert me prohibiera estar cerca de Jade?

—Si— confesó con un poco de culpa.

—Ya veo, entonces la que debió hablar con Jade fuiste tú— miró a su madre con el ceño fruncido tratando de contener su coraje.

Teresa hizo una mueca, era una mujer inteligente y conocía muy bien a su hijo —Ya entiendo por dónde va esta conversación, esto es por Jade. Rayder, estaba preocupada por ti, hasta ahora has seguido los pasos de tu padre, nosotros....

Empuño las manos y las puso sobre la mesa, Teresa no fue ajena a esa acción —No sigo los pasos de nadie, es mi carrera y también mi vida, soy adulto y no voy a permitir que interfieran. Y lo que suceda entre Jade y yo solo nos concierne a ella y a mí ¡está claro!

—¡Rayder no le hables así a tu madre!— reclamó su padre.

—Déjalo Philip, no es culpa suya, pasar tanto tiempo al lado de esa...jovencita obviamente le ha hecho mal, ¡en la vida me habías hablado así! Hijo, ella no te conviene, no es la mujer adecuada para ti.

—Esa no es tu decisión ni tu problema, es mía y espero que lo entiendas porque no voy a permitir que te vuelvas a meter de nuevo en mi vida privada, te lo prohíbo.

—¡No me hables así que soy tu madre y merezco respeto! Te quiero y quiero lo mejor para ti y se bien que Jade Asher no lo es, ella...

—Es una mujer inteligente, honesta y con una carrera de la que está orgullosa, he sido testigo de lo buena que es— la tomó de las manos —madre, ella ha cambiado, tienes el recuerdo de cuando éramos niños pero ya no lo somos.

La hija del GeneralWhere stories live. Discover now