only

4.8K 500 113
                                    

Hola, dulce ángel.

Toda pesadilla tiene una razón para ser, recuerdo cuando me dijiste que tu peor pesadilla era estar en cama sin poder hacer nada, ahora cumples tu mayor temor y todo gracias a mi.

Aún recuerdo el día en el que te vi por primera vez, era casi las tres de la mañana yo me encontraba en el parque que quedaba a dos calles de mi casa, con los nudillos lastimados, un ojo morado y una cerveza en mi mano buena. En ese momento pensaba en como morirá, creí que moriría por un shock de alcohol, o en las manos de mi padre, para mí todo era mejor que estar viviendo en este infierno que muchos decían que se llamaba vida.

Vivir era para fuertes y por cada segundo que pasaba en la tierra yo me debilitaba.

Pero justo cuando di un trago a mi cerveza escuche un golpe y una voz quejándose. ¿Sabes quién estaba en ese lugar? Si, tu. Estabas en unos short negro con una blusa rosada y en tu mano llevabas tus tacones rosados, ese color en tono pastel.

Jamás había sido de los chicos que se paraban ayudar alguien, apenas me podía parar yo mismo. Pero sentí esas grandes ganas de acercarme y ayudar a la chica tirada en el suelo, lo cual hice. Me miraste con una sonrisa de agradecimiento, yo solo te pregunte que hacías, me contestaste como encerraste al hermano de tu mejor amiga en el armario de una casa, al preguntarte por qué solo me dijiste que era por justicia. Nos sentamos en una banca, y comenzamos a charlar. Podía estar un poco bajo los efectos del alcohol esa noche cosa que jamás te conté hasta ahora, pero me acordaba de esa noche.

La segunda vez que nos vimos fue una semana después no fue en la mejor ocasión. Iba deambulando por las calles sin trayecto, lo divertido de pasear es ver a donde te lleva y me llevo hacia a ti. ¿No es genial el destino? Tú saliste de tu casa con un tenis en mano gritando hacia el hombre que estaba en el umbral, dejaste de gritar y miraste a tu camino. Parecía que no tenías ni el menor interés en ponerte los zapatos. Cuando me viste sonreíste, y no entiendo porque lo hiciste si en sus ojos se notaba que estabas llorando y que en cualquier momento regresarías a eso. En fin, solo te dije hola, me abrazaste como si fuéramos viejos amigos y lloraste.

Antes de ese momento jamás sentí ganas de cuidar alguien que no fuera mi madre.

Jamás sentí dolor en ver a un desconocido llorar.

Pero todo fue hasta ese momento, porque contigo experimente primeras veces que pocos podríamos experimentar de esa manera.

Y todo era inicios de que me estaba enamorando.

Pero no toda primera vez es buena, eso también lo aprendí contigo.

Contigo aprendí el dolor de ser la razón de lágrimas de alguien a quien le importas.

Contigo aprendí que si se merece vivir, es difícil, pero si tienes razones lo merece.

Contigo aprendí tantas cosas que jamás había aprendido.

Pero todas esas enseñanzas, promesas, recuerdos, momentos y mas se juntan en un último momento.

El día del accidente aun está presente en mis pesadillas, tu cara alumbrada por la luz del camión, nuestras manos unidas y la oscuridad.

Ya sabes cómo acabo, yo desperté cuando jamás debí hacerlo. Tú sigues acostada cuando debiste despertar.

Creo que mi castigo por haberte lastimado tanto, es lastimarme a mí mismo cada vez que vengo a verte y encontrarte en ese estado. Mi castigo es ver a tu madre autodestruirse y a Sky gritando por tu accidente.

Recuerdo que las primeras veces que te vi supe que eras mi ángel, pero en los momentos que peleábamos, gritábamos y nos insultábamos supe que eras mi dulce ángel y que jamás sentiré esto de nuevo.

Jamás te dije que iba a cambiar, solo te dije que dejaría de hacer esas cosas (cosa que cumplí) pero ahora si cambiare. Lamento no venir muy seguido pero tengo trabajo para poder mantenernos a mi madre y a mí, ese es mi primer cambio. El segundo cuando despierte es ser mejor hombre, el hombre que siempre te has merecido, Camila.

Escribo esta carta no como despedida, si no como un perdón de todo los malos momentos que te he hecho pasar, si cuando despiertes me quieres sacar de tu vida a patadas o golpes, lo entenderé y jamás me volverás a ver. Pero pienso que si Sky y tú madre me perdonaron, tú que eres mi ángel lo harás. Espero no equivocarme. Pero si lo haces, entenderé, y esta carta si será de despedida.

Sky me dio una hoja y un papel, me dijo que escribir ayudaba a ella le ayudo.

Ahora que escribo no quiero acabar con miedo de que lo diga no se cumpla, aunque lo voy hacer Camila por ti iría al mismo infierno donde pertenezco o voy al cielo a donde perteneces tu.

Porque desde hace mucho acepte que tu lugar estaba con los ángeles y el mio en el infierno con los demás demonios.

Por ti me vuelvo el mejor demonio.

Y por ti daría hasta la vida.

Hasta mi próximo sueño, Camila.

Te quiere, tu dulce demonio.

Hola, dulce angel [1.5]Where stories live. Discover now