La rutina de Rumi Usagiyama está asfixiándola. Un cambio en su camino de regreso a casa tal vez ayude a distraerla un poco.
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Historia corta con capítulos cortos. (AU con quirks).
———— El salto de los conejos de manera diagonal suele oscilar entre los tres metros. Saltan de esa manera tan apresurada para llegar a un destino deseoso. ————
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Rumi Usagiyama jamás se caracterizó por ser una chica que dejara ver su sensibilidad expuesta. Ella es una chica fuerte, independiente y confiable. Una indiscutible prospecto a héroe top de Japón.
Un tenue suspiro salió de sus labios. — Jamás creí que elegir un regalo para un chico fuera así de complicado.
Entonces, sí Rumi Usagiyama tendría que buscar una razón para estar eligiendo un obsequio de navidad para Izuku Midoriya lo atribuiría a que él fue amable con ella y le regaló un par de pasteles de zanahoria (sus favoritos, por cierto). Que aquel niño la acompañó en momentos íntimos de su vida y que por último, había hecho de su rutina cotidiana menos cotidiana. Pero además de eso, estaba la posibilidad de existir algo más.
— ¿Desde cuando me preocupan esos detalles? —la chica se cuestionó en un susurro molesto mientras tomaba cualquier objeto que estaba cerca de su presencia y se marchaba de allí. Solo para que un par de segundos regresara no estando satisfecha del todo. — Estúpido niño arbusto...
Un nuevo suspiro salió de sus labios.
— Al niño friki le gustan todas esas cosas frikis de héroe. —una sonrisa feroz se dibujó en su rostro ya teniendo una idea clara.
Al emprender su camino con aquella resolución en mente, su sonrisa feroz desapareció al instante que logró divisar las mil y un cosas de héroes que había a su alrededor. Frustrada, Rumi tomó un juguete del héroe All Might y lo lanzó al aire, cayendo sobre la cabeza de un niño.
El niño soltó un pequeño grito de sorpresa mientras su madre miraba a Rumi con desaprobación. Ella murmuró una pequeña disculpa antes de apartar la mirada, sintiéndose más frustrada.
...
Rumi seguía pensando en Izuku mientras caminaba por el centro comercial. — ¿Por qué me preocupa tanto que seas feliz por algo que yo haga por ti? —suspiró. — Quizás quiero darte un poco de toda la felicidad que causas en mi...
La neblina que se escapó de sus labios acentuaron tenuemente lo roja que estaba su naricita debido al frío. La larga chaqueta de algodón color café, los protectores en sus orejas del mismo material y una falda acompañada de un par de medias térmicas la cubrían del frío invernal que se transformó en copos de nieve desde hacía ya un par de días.
Ella continuó inmersa en sus pensamientos sin rumbo alguno. La suave sensación que sintió en su hombro y la voz detrás de ella le hizo despertar. Alzó la mirada y rebuscó en sus alrededores. Y allí estaba él frente a su nariz. Su sonrisa acompañada de sus par de pecas y sus ojos verdes brillantes.
