El matrimonio más dulce

DEL 1 AL 10

Capítulo 1 – Wei Chen está muerto

Wei Chen sabía que estaba muerto, su cuerpo se convirtió en un estado vegetativo y su alma flotaba en el vacío. No importaba lo poco dispuesto que estuviera, lo mucho que no quisiera morir, no podía regresar a ese cuerpo. Solo podía ver su cuerpo tendido en la cama del hospital como un muerto, inmóvil, con tubos por todo el cuerpo.

El día estaba sombrío, ya eran las siete u ocho y el cielo aún no estaba brillante.

El alma de Wei Chen flotaba sobre su cuerpo y no sabía cuántos cientos de veces intentó entrar en su cuerpo en la cama. Quería entrar en su cuerpo. ¡Quería vivir, no quería morir!

El resultado aún fue en vano, Wei Chen volvió al vacío, mirando el cuerpo en la cama del hospital, con emociones encontradas en su corazón.

En ese momento, se abrió la puerta de la sala y entró un joven que llevaba una cartera verde militar. Se pudo ver que la vida del joven era un poco apretada. Los vaqueros estaban lavados de blanco y los hilos sueltos del jersey ancho se podían ver claramente en varios lugares. Incluso las esquinas del estuche que tanto amaba el joven estaban rotas, dejando al descubierto el cartón marrón del interior.

El joven era muy delgado, sus piernas debajo de sus jeans eran como postes de bambú y su rostro estaba morbosamente pálido. Los ojos del joven eran grandes, pero estaban llenos de vigilancia, como si se negara a integrarse a este mundo, encerrándose en un mundo propio.

Wei Chen conocía a este joven, cuyo nombre era Chen Li, y tenía la relación legal más cercana con él. Eran un par de maridos legales que se habían registrado para casarse. De hecho, no tenían ninguna relación íntima. Este matrimonio fue sólo nominal y fue sólo un negocio. No, cabe decir que fue producto de una conspiración.

Wei Chen también sabía que el joven había sufrido autismo desde que era joven y rechazaba el afecto y la amabilidad de todos. Llevaban cinco años casados, pero no habían intercambiado una palabra en su memoria. En primer lugar, el joven autista no era bueno para expresarse y, en segundo lugar, no quería tratar con este joven.

Sin embargo, fue este joven autista que ni siquiera podía hablar del todo, luego de haber sido traicionado, abandonado por sus familiares, no tenía nada e incluso quedó vegetativo luego de ser herido, quien permaneció a su lado sin quejas ni arrepentimientos.

Wei Chen observó al joven caminar hacia su lado, masajear su cuerpo gradualmente rígido con sus delgados dedos, una y otra vez, casi persistente, sin ninguna expresión en su rostro.

El joven parecía incansable, el clima a finales de otoño era un poco fresco, pero el rostro del joven estaba cubierto de sudor, que se deslizaba por su rostro, se acumulaba en su barbilla y finalmente caía uno tras otro.

El joven era muy delgado, pero muy persistente.

Wei Chen solo sintió una acidez en su corazón y flotó para limpiar el sudor de la cara del joven, pero cuando su mano tocó al joven, lo atravesó.

Ahora parecía incapaz de hacer nada más que mirar. Wei Chen miró el cuerpo en la cama del hospital, su corazón estaba lleno de impotencia y una emoción indescriptible.

Wei Chen no sabía cuánto tiempo le tomó al joven finalmente completar una serie de masajes. Observó al joven recoger el desgastado portafolios, levantarse y salir de la sala.

Antes, el alma de Wei Chen no podía mantenerse alejada de su cuerpo, pero hoy, el alma de Wei Chen podía irse con el joven y no fue arrastrado hacia atrás por una fuerza despiadada como antes.

Wei Chen siguió al joven y lo vio caminando hacia un parque no lejos del hospital. Encontró un rincón para sentarse, abrió el portafolios, escribió una frase en el papel de boceto y colgó el papel a un lado.