Dulce Venganza

Capitulo 1 - Marginada (EDITADO)

Capitulo 1 - Editado (El nombre de Troy CAMBIA a Mathias)

Mila Kurts, si preguntas por ella, esto son algunas respuestas que obtendrás: 

"Ella es nadie"

"Nadie la conoce"

"No vale la pena conocerla"

"Una basura"

"Escoria es poco"

"Nerd"

Eran algunos de los muchos calificativos que le otorgaban

Le hacían entender que ella no valía nada, tanto que hasta ella misma ya lo creía así, pero esto no fue cosa de siempre, cuando estaba en primaria, ella tenía 2 mejores amigas que la cuidaban, ellas eran queridas, pero todo cambio en la secundaria.

Una fue a otro país, mientras que la segunda se había mudado de ciudad, además de la envidia hacia su persona ocasionaba el odio de muchas chicas que fue propagándose hasta que había consumido al Instituto entero.

Una de las principales razones era su amistad con Mathias Donovan, su primer amor desde que lo conoció en sus 6 años de vida.

Ella solo tenía a Mathias, él la cuidaba, apoyaba, pero con el tiempo el mismo se fue alejando. Hiriéndola como nadie tenía idea, ahora sola, sin nadie, todo fue cambiando, sus vestimentas se volvieron holgadas y grises, su sonrisa había desaparecido, estaba despeinada, y usaba gafas, la radiante, tierna Mila había desaparecido.

Ella estaba acostumbrándose a ese estilo de vida, pero todo cambio en su tercer año, el último año, con la reciente atención de Mathias de vuelta a ella.

Mila estaba caminando cuando un grupo de chicos que corrían tropiezan con ella apropósito con la intención de tirarla al piso, obviamente nadie la ayuda y se van pensando que lograron algo grandioso, por otro lado Mila comenzó a juntar sus cosas cuando ve que alguien también la ayuda, ella levanta su vista y se sorprende al ver a ese chico, al chico de sus sueños allí.

- ¿Estás bien? –pregunta él. Ella lo mira y asiente levemente, él le pasa su mano, ella duda, pero él toma su mano y le ayuda a levantarse.

-Gr..gracias.- responde la chica tímida, tartamudeando.

-él le sonríe, esa sonrisa que hace mucho Mila no veía, esa sonrisa que la hacía sentir segura y querida. - ¿Es el nuevo libro que estás leyendo? –dice él.- Por fin lo haces eh. –mirando el libro que había recogido del suelo.

- ¿Cómo? –pregunta ella.

-Desde pequeña siempre has dicho que querías leer los libros de Paulo Coelho.-decía él.

-Te recuerdas. –

-Claro que sí. –sonríe- Somos amigos..

-Éramos.. –Él la mira.

-Mila..-dice él

-Lo siento, y gracias, ahora me tengo que ir, si te ven hablando conmigo tu reputación caerá. –Dice ella y sale de allí, casi corriendo, esto le había dejado sorprendida. Y recuerdos felices de su pasado le hacían sentir triste, irónico ¿no? Sus recuerdos felices le traían tristeza.

Esto de que Mathias le hablase fue por pura coincidencia, solo porque tal vez, el chico bueno que conocía aún estaba allí en él. Muy en el fondo escondido, pero estaba.

Una semana pasaron, Mathias no volvió a dirigirle la palabra a Mila, como siempre ella se fue a la azotea donde tenía un jardín, nadie iba a allí, era un lugar tranquilo donde ella podía estar sin miedo a que la juzguen o la traten mal, donde podía leer tranquilamente sus libros.

- Wow, ¿Qué es este lugar? - escucha una voz conocida, Mila da un leve brinco del sorprendida.

-La Azotea.. –responde ella obvia.

-Eso veo, pero ¿Cómo es que está tan bonito, relajante?

-Nadie sabe de este lugar, para todos lo importante es la cafetería, el jardín o la última azotea, -(Había otro) -ah y las graderías claro.

-Es muy bonito –dice él observando el lugar. Ella asiente-

- ¿Por qué estás aquí? -pregunta.

-Quería hablarte, pero como estabas tan concentrada y tomaste un camino diferente te seguí. -dice apenado.- ¿Te importa si me quedo un rato más?-Ella le da una seña de que no importa y sigue leyendo, algunos segundo después mientras él inspeccionaba el lugar le habla- Entonces es aquí tu escondite secreto –sonríe él.

-Así es, porque aquí puedo estar sin que nadie me critique o me humille. –le dice ella sin despegar la mirada de su libro.

-¿Estás bien con eso de ser invisible? –pregunta él

-A veces ser invisible puede ser lo mejor. –le dice ella aún sin despegar la mirada de su libro

-¿Te gusta ser invisible? –le pregunta él, haciendo que por fin ella le mire sacando su viste de su libro.

-Nunca dije que me gustaba Mathias, solo no tengo opción, y a personas como yo, eso es mejor. –le dice ella.

-Lo siento. -le dice él.

-¿Y se puede saber de qué te disculpas? –le pregunta ella.

-Por cómo te tratan los chicos, prometo que no lo harán otra vez. -

-No Mathias, no hagas nada, no es necesario, –le dice ella- Solo, mantente alejado, yo de mi lado y tú del tuyo. - se levanta y se va. - Así como lo hiciste todos estos años.

-Mila – le llama él. Pero ella no le hace caso y se va.

-No quiero saber. - "Detente por favor" -