26 | Everything in L.A., stay in L.A.

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Es que también yo era bien pendeja, pidiendo eso.

¿Qué él me hablara o al menos, me abrazará?Pfff, si era idiota. Posiblemente ese ni quería.

Suspiré fuertemente mientras terminaba mi gloss, lo metí en el estuche y agarré el rubor más la brocha grande que tenía para ello. Solo esto, y podía pedir un servicio al cuarto, para comer en mi desastre de cuarto de hotel.

Sola, pero jamás mal acompañada.

Murmuré junto a la voz de Calum las estrofas de "Valentine", mientras escogía uno de los tantos rubores que me regalaron por promocionar la marca de Becky que había hablado con ella esta mañana.

Ella era tan espectacular y tan linda, además de que le encantaba su trabajo y se parecía a mi, era una manera peculiar de parecernos. Súmele que es canta canciones súper buenas, era un mujerón.

El tono de llamada resonó en toda la habitación a lo que detuve la música, tomando mi teléfono sin darle tantas vueltas y retomando mi atención a los rubores. Tenía que ser uno un poco fucsia, pero no al estilo Heidi ¿me entienden?

—Buenas noches, ¿quien habla?—contesté con mi voz automática y con mi ojo clínico en el rubor 4 y 5 de los 5 que tengo.

No fui yo, fue la empresa que me lo regalo, envidiosas.

—¿No me tienes agregado, Abril? ¿En serio? Hemos hablado más de tres veces, ¡¿y no me tienes agregado?! Esto es una desgracia—dramatizó una voz que reconocí a los segundos y si no hubiera soltado la brocha al piso, el teléfono se me cae de la mano.

Mi corazón empezó a latir con rápidez y una sonrisa fue curvándose en mis labios con una habilidad fascinante a lo que nerviosamente pasé mi dedo por el borde la bata corta negra que tenía.

—¿Y qué, me acusarás con mi mamá también?—le reté a lo que escuché una risita de su lado que me hizo recostar mi espalda en el mueble. Solté un suspiro nervioso casi silencioso, mientras pensaba que decirle. No me esperaba esta llamada y menos a las 9:53 de la noche—Hola, Shohei.

—Hola, Abril.

Tapé mis ojos con cuidado por unos segundos mientras una sonrisa tonta se formaba en mis labios. Dios estaba ya al punto de la perdición, tenía que aplacarme y ser más seriecita en esto. Era la mujer de esta relación, tenía que ser la dura aquí.

—¿A qué se debe esta llamada? ¿No deberías estar acostado ahora, señor "las 10 de la noche es tarde"?—me burlé y escuché un bufido de su parte mientras agarraba el rubor número 4 y lo abría con una de mis manos.

—¿No vas a dejarme en paz con eso, verdad?

—No—contesté con simpleza, quitándo mi teléfono de la oreja y colocándolo en altavoz justo a tiempo que su risa resonó en este.

—Solo llamaba porque...—su voz tambaleó al igual que titubeó a lo que me reí en silencio, ya que me parecía tan lindo a lo que intenté ayudarlo.

—¿Por qué...?

—Yo...

—Tú...—interrumpí con una sonrisa divertida en mi rostro, mientras colocaba un poco de rubor en la brocha para echarlo en mis mejillas cuando empezara a explicar su motivo.

—¡No me estás ayudando! Déjame terminar la oración—se quejó aunque sabía que no estaba molesto conmigo, por su tono a lo que me reí—No te vi esta mañana y yo quise...

—¿Me querías ver, verdad?—terminé por él, en burla ya que eso ocultaba el arranque de emoción que estaba recorriendo mi cuerpo y me estaba haciendo casi saltar en una pata, pero debía calmarme. No escuché nada al otro lado, asi que solté una carcajada—Que tierno, Shohei. Eso es muy lindo de tu parte.

Lost In Traslation || Shohei Ohtani ©Where stories live. Discover now