Harry Potter

Tom Riddle +18

Definitivamente, su noche no había ido según lo planeado.

Habías pensado que irías a esa pequeña fiesta, con todos los alumnos de último curso de Slytherin presentes, y acabarías la noche en la cama de Tom. Pero no. Por supuesto que tu noche no iba a ser así.

Lo que estabas viendo en ese momento, con tu copa de vino obedientemente en la mano, era nada menos que al mismísimo Tom Riddle arrimándose a Margot, que era un año menor que tú.

Tom y tú sólo erais amigos con derecho a roce, algo acordado hacía mucho tiempo, pero no podías evitar el fuego que ardía en tu interior al verlo con otra chica. Al diablo las etiquetas, ese chico era tuyo.

Esperaste pacientemente durante el resto de la noche, charlando con gente de aquí y de allá, hasta que la sala empezó a despejarse poco a poco. Viste cómo Margot finalmente se retiraba por el pasillo hacia su habitación, dejando a Tom solo en el sofá.

Te llamó la atención desde el otro lado de la sala y simplemente ladeó la cabeza en dirección a su propia habitación con una sonrisa arrogante dibujada en el rostro. Cuando salió de la habitación, no tuviste más remedio que seguirle.

Se hizo el silencio por un momento cuando entraste, pero él lo rompió rápidamente. "¿Has pasado una buena noche?" preguntó cordialmente, dándote la espalda mientras se quitaba la corbata.

"No tan bien como con Margot, parece", le respondiste. Sabías que era infantil, pero no pudiste evitarlo.

Cuando se giró para mirarte, tenía una ceja enarcada cuando se acercó a donde estabas posada en su cama. "¿Alguien está... celosa?" Preguntó, cerniéndose sobre ti.

"No, sólo señalaba lo que había visto", replicaste con facilidad.

"Realmente no esperas que crea eso, ¿verdad?" Preguntó, riéndose por lo bajo.

"Tú mismo lo has dicho, Tom. Sólo somos amigos. ¿De qué tengo que estar celosa?" Contestaste con frialdad, sin apartar los ojos de los suyos.

La forma en que te miraba te hizo arder por dentro. Su mirada era amenazadora, posesiva y oscura. Era todo lo que estabas deseando de él en ese momento.

"Vi las miradas toda la noche T/N. No podías dejar de mirarnos. Querías ser la que tuviera toda mi atención. Querías ser tú la que estuviera a mi lado. Admítelo", dijo en voz baja, y su mano se acercó a tu mejilla con dulzura. Aunque hablaba en voz baja y te tocaba con ternura, podías verlo en sus ojos: quería devorarte. Y tú se lo ibas a permitir.

Ni siquiera respondiste, simplemente te abalanzaste sobre él, atrayendo sus labios hacia los tuyos. Al principio imitó tu ritmo con facilidad, pero lo siguiente que supiste es que se estaba apartando y arrancándote la ropa a una velocidad a la que nunca le habías visto moverse.