❝FLAWLESS❞ ||L.S.||

Capítulo V: "Be My Forever".

También había pequeños riachuelos que surcaban todo el parque para converger en algún punto y que sus cristalinas aguas se unieran en alguno de los lagos artificiales. Estas aguas, mantenían con vida a gran parte de los árboles y arbustos, y hacían que gran parte del años estuvieran verdes, exceptúan otoño e invierno, que era cuando sus hojas se tornaban un color café, amarrillo e inclusive en algunos casos rojas, optando por sus colores cálidos y secos, algunos árboles dejaban caer absolutamente todas sus hojas y otros las conservaban, creando una armonía perfecta en el paisaje neoyorquino, y ese paisaje se podía vislumbrar perfectamente desde los apartamentos más altos de los edificios adyacentes al parque, pareciera como si los rascacielos fueran la fortaleza del parque, y estos impidieran que fuera atacados por las terribles nevadas de invierno.

Cada vez que caminaba, podía sentir como el húmedo aire recorría mis mejillas y se ocultaba detrás de mis rizos.

Para ser medio día, el clima deba la ilusión de que fueran las cinco de la tarde, las nubes de color grises y negras se juntaban, formando enormes masas de nubes con distintas figuras irregulares. En los caminos había poca gente de la que acostumbraba a ver, unos hacían ejercicio en las pequeñas praderas, los más románticos se encontraban sentados en alguna banca de madera, besándose o compartiendo carisias y pequeñas risas, al ver unas cuantas parejas se me vino a la mente los recuerdos de la noche anterior.

Apenas habían transcurridos algunas horas desde que había llegado a Manhattan y yo estaba a punto de tener relaciones sexuales con un desconocido, que aun que era desconocido, sentía como si ya lo hubiese conocido antes, sentía que esos ojos marinos ya los había visto en otro lado.

Sus cabellos castaños desordenados, su piel a pesar de tener algunos tatuajes era tersa, era delicada y sumamente suave como el mejor terciopelo de la faz de la Tierra, su sonrisa era picara y tenía facciones de lujuria. Sus maravillosos ojos se posaban sobre mi cuerpo, observándolo fijamente, como si me estuviese examinando.

Mis recuerdos nocturnos se vieron interrumpidos cuando Niall tiro de la manga de mi suéter para llamar mi atención.

―¿Otra vez ya te fuiste? .-Soltó la carcajada-.

Yo solo me reduje a asentar con la cabeza mientras le correspondía la risa.

―Mira Harry, ahí hay un establecimiento de comida, ¿Quieres algo? Porque yo la verdad muero de hambre.

―¿Qué? Pero si acabas de comer un pastel entero y 3 cafés, Niall por favor. .-Le dije sorprendido-.

―Bueno, eso fue hace media hora. Ahora mi estómago pide comida. .-Me replico con un puchero, marchando al establecimiento de comida, yo fui justo detrás de el-.

El rubio pidió unas papitas fritas y un refresco, yo solo me limite a pedir un vaso de chocolate caliente, que por cierto, era adicto al chocolate. Era como mi droga, es como con las personas que fuman, que no pueden dejar de hacerlo porque tienen ansiedad o nervios, a mí me pasaba lo mismo, yo era muy nervioso, pero en vez de fumar tabaco, tomaba litros de chocolate. ¿Qué se puede hacer?

Tras que a Niall le dieran su orden de papas fritas, seguimos caminando rumbo al Museo de Historia. En el camino, cruzamos varios puentes de granito y otros de metal, que cruzaban los riachuelos o los pequeños lagos. Después de caminar varios minutos, pude vislumbrar el edificio del Museo.

Las brisas se tornaban cada vez más frías, lo que ocasionaba que mis mejillas se tornaran entre un color rojo y rosa. No me gustaba que eso pasara, porque a la gente le daba la manía de apachurrarme los cachetes y me hacían ver como un niño pequeño que es mimado por todo el mundo.

Al entrar al edificio, quede estupefacto, el edificio por sí mismo transpiraba magnificencia, su interior era blanco como las nubes de primavera, estaba ornamentado por numerosas esculturas de mármol de igual blancura. Alce la mirada al techo, y mis ojos se encontraron con diversas pinturas de diferente índole. Justo en medio del enorme vestíbulo de aquel edificio, del techo se dejaba caer un gran candelabro dorado, a simple vista cualquiera creería que es de oro, las lámparas de igual color dorado real, alumbraban los pilares en los cuales la cúpula se sostenía. Justo en frente de la puerta principal, estaban las escaleras que daban a las numerosas galerías de exposiciones musaicas.

En cada galería que yo me introducía, quedaba nuevamente maravillado por su magnificencia y realeza, cuadros, maquetas, vitrales, y todo tipo de pieles adornaban los lugares.

Yo solo creía que este tipo de edificios se encontraban en Paris, Londres o Roma, nunca pensé que habría así en América, de igual forma al terminar el recorrido, y ya rumbo al departamento, en mi mente seguían proyectándose las imágenes del Museo.

Fue como darle un juguete nuevo a un niño, estaba fascinado.

NOTA:

Tal vez este capitulo sea corto, pero en verdad me costo un poco de trabajo escribirlo, igual intentare escribir así los capítulos posteriores.

Si les gusto el capitulo de hoy, denle like y comenten okcio. :p

El capitulo de hoy es para @AdrianaMeelo

All the love. E <3