Desde que el proyecto comenzó, ha supervisado los avances sin inmiscuirse en su ritmo de trabajo, respetando sus ideas y valorando sus esfuerzos, siempre con la disposición de intervenir sólo si los miembros a cargo lo juzgaban necesario. Unos días atrás, se enteró que no habían podido salir a almorzar e hizo que les llevaran emparedados y vitaminas para reponer energías. También les envió café, verdadero café y no agua de calcetín.

¿Qué te parecería cenar mañana? Ramen instantáneo y tteokbokki están bien para nuestras citas de oficina, pero creo que merecemos una cita real.

Hm, creo que es justo y necesario —coincide Luhan, pensando en lo mucho que le gustaría aprovechar el fin de semana para salir con el hombre de sus sueños.

Sehun promete algo increíble y que compense el hecho de que su jefe tirano lo haga trabajar en sábado y aunque al chino le encanta escuchar su voz, corta la llamada pensando en salir de la tina antes de terminar convertido en una arrugada pasa. Esa noche se va a dormir temprano y temprano también, abre los ojos para prepararse para lo que le espera.

Se supone que el evento arranque a las once, tendrán dos bloques de exhibición, cada uno de tres horas y un intermedio para que el barista descanse. El equipo comienza a llegar, trayendo consigo los paquetes de flyers y los carteles que colocarán en la entrada. Mientras algunos se encargan de la decoración, otros se organizan para atraer gente, repartiéndose en puntos estratégicos de las calles aledañas.

Luhan supervisa que el escenario principal deje a la vista los implementos del barista y que en el fondo, la vista de los comensales se tope con los productos orgánicos de Grupo KWON. Al rato, el profesional contratado hace acto de presencia. Es un hombre cercano a los treinta, de apariencia pulcra y una belleza tan cálida como el café con el que trabaja.

—Sr. Do, muchas gracias por hacerse tiempo para asistir —dice Luhan, al acercarse para darle la bienvenida—, sé lo ocupado que está con la próxima apertura de su academia.

—No hay de qué, lo que sea por un amigo de Baekhyun.

Su sonrisa acorazonada no podría ser más bonita, haciéndolo lucir más guapo de lo que ya es. No tarda en preguntar dónde puede cambiarse y al volver, se ocupa en preparar su puesto, haciendo pruebas con la leche orgánica para conocer el producto antes de que empiece el evento. Por fin, una hora más tarde, la barra de especialidad abre sus puertas al público.

El primer grupo de comensales es reducido, unas siete u ocho personas que se acomodan para presenciar las habilidades del barista tras el mostrador. Kyungsoo saluda, su voz como las aguas de un mar en calma, conduciendo a los espectadores a un universo donde el grano tostado invade sus sentidos, el simple aroma poniendo en activo sus papilas gustativas. Una a una, las bebidas ocupan la mesa, diseños de flores, corazones y hasta animales dibujándose en la leche.

Tal como lo prometió, Jihyo aparece pasadas las doce y la chica que le acompaña no tarda en transmitir el evento en vivo por sus redes sociales. Su voz es demasiado ruidosa y rompe la atmósfera suave y apacible que el barista crea, aunque por suerte llegaron cuando Kyungsoo estaba por terminar y la influencer no acaba siendo apaleada por las miradas irritadas del resto de los presentes.

Durante el intermedio, la cafetería se vacía dándole tiempo a los organizadores para limpiar, reacomodar y resurtir las provisiones. Luhan piensa que podrían dar por exitoso el evento, pero casi como si se tratara de un mal augurio, la silueta de Minho se dibuja algunos metros más allá y cuando el chico se acerca, sus palabras le recuerdan que nunca hay que cantar victoria antes de tiempo.

—Las cajas de leche que enviaron se acaban de terminar, queda sólo una botella para la siguiente exhibición.

—¿Cómo puede haberse acabado? —Jihyo arquea una ceja—. Apenas se han usado en las bebidas.

¿Puedes guardar un secreto? || HunHan ✔Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz