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Era viernes en la mañana, Y/N aun estaba durmiendo plácidamente en su cama debido a que hoy su jefe le había dado el día libre, la razón? Ni ella lo sabe pero no se queja así que decidió pasar todo el día acostada en su cama pero por razones del "destino" recordó que debía pasar por la florería cosa que había pospuesto hace algunos días y ahora que estaba libre podía ir a recoger los lirios.
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Nuestra protagonista se encontraba caminando por el parque ya que las ganas de ir a la florería se había esfumado apenas miro la tienda notando que estaba ridículamente llena así que opto por pasar por el parque que hace tiempo no iba. Opto por ir a aquella banca lejana del parque que había autoproclamado como suyo ya que era el lugar perfecto, ahí no pasaban colegiales drogados ni numerosas familias felices que perturbaran su paz, el lugar perfecto solo para ella. Apenas se sentó dejo escapar un largo suspiro dejando que la brisa chocara con su cara y el ambiente la rodeara haciéndola pensar en múltiples cosas de su vida, en un momento de estos cerro sus ojos solo para adentrarse más en su imaginación pero sintió la repentina presencia de alguien sentarse a su lado.
Y/N algo asustada abrió los ojos y se sobresalto al ver a la persona sentada a su lado, por un momento pensó que era un ladrón porque si no quien decidiría sentarse a su lado de esa forma repentina y algo... siniestra?
Narra Y/N
Estaba algo nerviosa ahora ya que lo único que mi mente me hacia imaginar era como esta persona me asaltaba, apenas tenia dinero para ir a retirar las flores y comprarme uno que otro dulce por mi tienda favorita que quedaba cerca de mi apartamento. Pero mis pensamientos fueron interrumpidos por aquella voz del extraño que parecía haber estado hablándome desde hace ya rato, cuando levante mi cabeza para mirarlo note que se me hacia conocido de algún lado.
- ...Te gusta el café? - Esta pregunta me dejo pensando un rato ya que en que momento de la vida un extraño venia a sentarse en la banca que siempre ha estado solitaria por toda su vida y te pregunta si te gusta el café de la forma mas casual como si fueran los mejores amigos del mundo.
- Uhm, si? - Respondí intentando sonar gentil pero no quería mentir, realmente me había perdido dentro de mis pensamientos nuevamente por lo que aun no entendía como este extraño había llegado hasta esta pregunta.
Seguramente era algún vendedor de esos que te metían un montón de labia solo para que compraras su café de dudosa procedencia de quien sabe de que estaban hechos, no podía negar que era una fan del café ya que siempre tenia la oportunidad tomaba una taza de esta bebida así que no me negué, además...
