¿Qué haremos ahora?

Su pregunta resuena nuevamente en mi cabeza, mientras Hoseok se hunde con más fuerza contra mi pecho, como si de esa manera, pudiese llegar directo a mi corazón.

¿Qué haríamos ahora?

Bueno. Sabía exactamente lo que quería decir, sin que él lo dijera directamente. Estábamos haciendo algo sin precedentes, huyendo de nuestras familias como si fuésemos unos criminales, pero las circunstancias no nos habían dejado otra opción. Así que, era obvio y de esperar que Hoseok estuviese aterrorizado, pensando en el futuro y sobre cuál sería nuestro siguiente paso a dar, lejos de todas las amenazas que nos separaban.

Lo cierto era, que no lo sabía. Talvez pudiésemos erradicarnos en parís, aunque eso significara que tuviéramos que enfrentarnos a la realidad, antes de siquiera poder prepararnos. Porque seguramente, sería el primer lugar donde el padre de Hoseok nos buscaría.

— ¿Taehyung?...

El suave llamado de Hoseok me hace salir de mis pensamientos, dándome cuenta, de que me había quedado en silencio por mucho tiempo. Por lo que, fuerzo mi mirada hacia arriba, encontrándome con la mirada desconcertada del menor. El cual, al percatarse de mi rostro sin respuestas, niega con la cabeza, su espeso cabello naranja cayendo en cascada sobre sus ojos. Entonces, se ríe amarga y frágilmente, espetando.

— Estamos jodidos. ¿Verdad?

Inmediatamente niego con la cabeza queriendo tranquilizarlo, pero cuando intento tomarlo nuevamente entre mis brazos, Hoseok no me permite alcanzarlo y retrocede, lo más que el asiento se lo permite, siendo ahora su turno para negar con la cabeza. Mi se estomago se contrae de dolor y mi pecho se hunde ante su reacción, cuando el, pregunta como si no estuviese muy seguro.

— T-tu. ¿Tu querías esto? —Sus palabras sonando pesadas y llenas de dolor.

Mis ojos observan su rostro inmediatamente, tratando de descifrarlo. Tratando de entender si en verdad, me había hecho esa pregunta. Lo que su rostro temeroso, me confirma en menos de un segundo.

Mierda.

Hoseok realmente tenía dudas, sobre cuales eran mis intenciones con él. Mi estómago se revuelve enfermizamente, ante el pensamiento de Hoseok tendiendo dudas sobre mí, pero, aun así, no permito que el malestar se refleje en mi rostro. Le demostraría a Hoseok que mi lugar estaba a su lado. No importaba lo que tuviera que hacer para mantener esa posición, lo haría. Le demostraría que esto en verdad estaba sucediendo y que, aunque no tuviéramos ni la menor idea de que hacer de aquí en adelante, superaríamos todas y cada una de las barreras, que se interpusiesen en nuestro camino. Porque que nuestra conexión y nuestro amor, era más fuerte que cualquier otra cosa, en este mundo.

Desviando su mirada, Hoseok se cohíbe ante mi minucioso escrutinio. Sus dedos se cruzan sobre su regazo y su labio inferior tiembla. Se mantiene en silencio y nervioso y cuando aprieto un rápido beso en su mejilla, para luego decir. —No lo sé. Pero te aseguro que estaremos bien... —Parece funcionar lo suficientemente bien, como para que un destello de sonrisa, curve los labios del menor. —Y no importa que venga o suceda de aquí en adelante, Hoseok. —Mirándolo directo a los ojos, aseguro. —Estamos juntos en esto.

Esta vez, mis palabras funcionan logrando que Hoseok me muestre esa hermosa sonrisa suya. La sonrisa que curva sus labios, me hace algo. Un cosquilleo recorre todo mi cuerpo, como si hubiese recibido una descarga eléctrica. Y lo único que puedo hacer, es mirar a Hoseok como un completo acosador, mientras la sonrisa de este, se amplía tímidamente en su bonito rostro. Entonces, con un leve sonrojo en las mejillas y un poco más relajado, entrelaza nuestros dedos y aprieta mi mano con calidez, murmurando,

FORBIDDEN LOVEWhere stories live. Discover now