Capítulo 5

12 6 0
                                    

El Olimpo estaba situado en lo alto del Monte Olimpo, la montaña más alta de toda Grecia que llega a sobrepasar las nubes, desde el Olimpo los dioses pueden observar a toda Grecia y ver las acciones que está haciendo cada uno de los habitantes.

Mientras Perséfone estaba en Atenea hablando con el rey Egeo, Deméter había llegado al Olimpo. Todos los dioses la recibieron con una pequeña reverencia.

- ¡Hermana! – Gritó Hestia, la diosa del hogar, mientras intentaba pasar entre la multitud de dioses para llegar hasta Deméter.

- Hola Hestia. – La contesto Deméter abrazándola.

- Menos mal que has venido, necesitamos ayuda. – Dijo muy preocupada. – Hades se está volviendo loco de remate. Ven sígueme.

Hestia empezó a andar rápido y Deméter la intentaba seguir mientras algunos dioses la rodeaban para saludarla y ofrecerla pequeños regalos. Cuando consiguió librarse de la masa de dioses, Hestia y ella se metieron en la sala del trono. Dentro se encontraban sus otros hermanos, Zeus dios del cielo y del trueno, Poseidón dios de los mares y los ríos y Hera diosa del matrimonio y la familia. Cada uno estaba sentado en sus respectivos tronos.

- Buenos días. – Dijo Deméter mientras se dirigía junto con Hestia a sus tronos.

Cada hermano tenía un trono con su nombre único, ya que cada trono tenía pequeñas estatuas y decoraciones con relieve y muy detalladas representando cada uno de sus poderes. Todos los hermanos tenían un trono, menos Hades que debido a sus malos actos a lo largo del tiempo fue desterrado al mundo subterráneo que es donde se encuentra su trono.

- Buenos días hermana. – Dijo Poseidón. – No sabes cuanto te hemos echado de menos.

- ¿Qué tal esta Perséfone? – Pregunto Hera. – Que ganas tengo de verla.

- Bien, ha llegado esta mañana muy contenta. – Contesto Deméter.

- ¡Silencio! – Grito Zeus.

Todos los dioses se quedaron callados por un momento, nadie se esperaba ese mal carácter de Zeus.

- Aquí no nos hemos reunido para hablar bobadas, estamos debatiendo un tema serio. – Volvió a decir Zeus.

Hestia miro a Deméter y acerco para decirla algo.

- Ultima mente Zeus está un poco borde. Esta nervioso por el tema de Hades y le cambia el carácter. – Le dijo Hestia susurrando en el oído a Deméter.

- Me están amenazando de muerte. – Dijo Zeus desesperado. – Está intentando negociar a no matarme con que le dé yo parte de mi territorio, el cielo, y Poseidón parte del suyo, el mar y los ríos. ¡Pero me niego a darle nada de mi territorio a Hades!

- Y si no se los das, ¿estáis seguros de que lo que dice Hades de mataros lo dice en serio?, a lo mejor solo os intenta meter miedo. – Dijo Deméter. – Al fin y al cabo sois hermanos, no creo que sea tan malo para matarte.

- Hades nunca miente, si dice que le va a matar si no le damos de nuestro territorio, lo va a hacer de verdad. – Dijo Poseidón.

- Puede que sea malo pero para llegar a matar... - Insistía Deméter.

- Ese dios al que estas intentando defender rapto a tu hija para casarse con ella. – Contesto Poseidón muy serio.

Deméter no volvió a contestar, no se esperaba esa respuesta tan dura, pero tenía toda la razón del mundo.

- ¿Y cómo creéis que ha podido robar el artefacto? – Pregunto Hestia.

- Acuérdate de que Hades tiene el yelmo de la oscuridad. – La contesto Poseidón. – Con ese casco se puede hacer invisible en cualquier momento. Habrá entrado al Olimpo con el puesto y no nos habremos dado cuenta.

- ¿Y qué es lo que tenéis pensado hacer? – Pregunto Hera.

- Si no hay más remedio... - Dijo Poseidón cabizbajo, pero antes de poder terminar la frase Zeus le corto.

- ¡Una guerra! – Grito Zeus. – Nosotros no se lo vamos a poner fácil, le vamos a hacer frente con nuestro ejército.

- ¿Una guerra? – Dijo Hera sobresaltada. – Pero eso podría significar el fin.

- ¿Estáis locos?, ¡una guerra entre los dioses más poderosos puede destrozar mundos enteros! – Gritaba Hera.

- ¡Podéis acabar con toda Grecia y mucho más! – Decía Hera mientras se levantaba de su trono.

Mientras tanto Deméter estaba callada, la preocupaba mucho Perséfone, si declaraban la guerra entre los cinco hermanos contra Hades, Hades podría usar a Perséfone con rehén. Pero ya era demasiado tarde para irse del plan, sus hermanos ya se pensaban que Deméter les iba a ayudar y si ahora se va se pensarían que está del lado de Hades y también la declararían la guerra a ella. Deméter solo podía confiar en que Perséfone se pudiese defender ante los posibles ataques sorpresa que la hicieran.

- Estoy dentro del plan. – Dijo Deméter. – Vamos a terminar con el secuestrador de mi hija.

Todos los dioses se quedaron callados mirándola fijamente, nadie se esperaba que ella fuese a aceptar el plan que habían ofrecido.

- En ese caso somos mayoría, tres contra dos. – Dijo Zeus. – El plan seguirá en marcha. ¡Fin de la reunión!

Hera y Hestia se quedaron mirándose atónitas de lo que acababa de pasar y con miedo. Zeus y Poseidón salieron de la sala del trono y Deméter les siguió pero Hera y Hestia se la acercaron un momento.

- ¿Estás segura de lo que acabas de decir, Deméter? – Preguntó Hera.

- Más que segura. – La contesto Deméter. – Si conseguimos terminar con Hades podre estar con mi hija los doce meses del año y no tendrá que estar más con ese monstruo.

- Pero Deméter, piensa en lo que estás diciendo. – Dijo Hestia.

- Fin de la conversación. – Dijo Deméter mientras se daba la vuelta para irse.

- Una guerra entre dioses podría terminar con toda Grecia y estáis hablando de matar a Hades, ¡nuestro hermano! – Decía Hestia intentando que Deméter la escuchara, pero Deméter ya se había ido. - ¡Al final el monstruo vais a ser vosotros que solo pensáis en vosotros y no en Grecia!

Deméter intentaba ignorar las palabras de su hermana mientras se iba.

La mayoría de dioses que había ahora mismo en el Olimpo se acercaron a Zeus y a Poseidón preguntándoles que iban a hacer pero los hermanos no les contestaron. Deméter pensaba que se iba a avisar a todos los dioses de la decisión final pero vio que era todo confidencial.

Deméter se dirigió a su habitación del Olimpo, su habitación tenía todas las paredes con decoraciones en relieve y con acabados de oro de campos de trigo, tomates... representando su poder, diosa de la tierra, la agricultura y los cereales.

Deméter se tumbó en su cama y comenzó a llorar mientras se acurrucaba a la almohada.

Perséfone y la guerra de diosesΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα