dark jeans and your nikes, look at you ⚽️ pablo aimar

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estabas cansada. bah, más que cansada, harta. las últimas dos horas de tu vida se habían basado en escuchar a tu profesor y al ayudante de cátedra hablar sobre reacciones químicas y la oxidación de las mismas.

no parabas de chequear la hora, deseabas que sean las nueve en punto de la noche para poder levantarte de tu banco, juntar tus cosas y caminar hasta la parada del bondi e irte a tu departamento. los viernes eran extremadamente eternos, te despertabas a las seis y media de la mañana porque entrabas a trabajar a las ocho y después de tu jornada laboral cursabas la clase teórica de química inorgánica que duraba cuatro horas.anotabas cosas en tu cuaderno qué poco sentido tenían cuando la pantalla de tu celular se prendió y dejó ver dos notificaciones que llamaron tu atención.

pablo💘
decís que acá estoy bien estacionado o es mucho?
📷 foto

una sonrisa apareció en tus labios cuando abriste el chat con tu novio y viste una foto de la puerta de tu facultad. agradeciste internamente estar en una de las últimas filas del aula porque cualquiera que te hubiera visto, hubiera pensado que estabas loca o por lo menos, un poco loca.

a mi me parece bien
aunque no sé si fue buena idea que me mandes esa foto
ahora quiero irme de la clase

pablo💘
no te vengo a buscar más si salís antes eh
fijate que haces

—buen fin de semana, nos vemos la semana que viene —soltó el profesor. varios de tus compañeros se acercaron al banco de él a preguntar cosas, otros se levantaron de sus asientos y empezaron a salir por las dos puertas del aula mientras que vos guardabas tus cosas en tu mochila, apurando tu paso para poder salir del edificio.

bajar las escaleras de la facultad después de cursar nunca se había sentido tan bien. pablo, tu novio, te estaba esperando en la puerta porque sabía lo agotadores que eran tus viernes y que lo único que querías después de estar todo el día afuera era poder llegar a tu casa y descansar.

con pablo habían empezado a salir de manera seria hacía algunos meses. se habían conocido en una librería de pura casualidad, él te vió agarrar un libro que tenía ganas de leer y sin pudor alguno, se acercó a preguntarte si lo ibas a llevar y accediste a dárselo si a cambio él te recomendaba un libro.

apenas pisaste uno de los escalones que tenias que bajar lo viste. estaba parado, apoyado sobre el auto mirando su celular, con unos jeans oscuros, sus zapatillas nikes y una remera blanca. levantó su cabeza en el momento que mirabas a los dos costados antes de cruzar la calle e hicieron contacto visual por primera vez.

—hola amor —te dijo él, dándote un abrazo. sonreíste y suspiraste ante el contacto de su barba de algunos días con uno de tus cachetes.

—hola, ¿volviste antes? —pablo se había ido a uruguay por unos amistosos de la sub 17 y creías que su estadía duraba algunos días más pero estabas equivocada. ahí estaba él, dándote el abrazo que necesitabas.

—sí y no podía esperar ni un día más para verte. ¿me vas a dar un beso o voy a tener que seguir esperando? —sonreíste una vez más antes de cortar la distancia y besar a tu novio. las manos de él apretaron tu cintura y las tuyas rodearon su cuello, acariciándole el pelo—. ahora si. ¿cómo estás?

—bien, cansada, harta, sin ganas de que lleguen los parciales, necesito vacaciones —pablo se rió al escuchar cómo te quejabas y volvió a besarte.

—menos mal que tenes un novio considerado que viene a buscarte a la facultad y que te va a cocinar y que te va a ayudar a estudiar —sin poder decir mucho más, lo abrazaste antes de que te abra la puerta del auto y deje que te sientes en el asiento del copiloto.

lo viste rodear el auto y un segundo después estaba sentado con sus manos en el volante y listo para arrancar el viaje de vuelta a tu casa. la radio sonaba y llenaba el silencio con canciones de artistas de rock nacional. cada ciertas cuadras, pablo giraba su cabeza para verte con brazo apoyado sobre la ventana y tu cabeza sobre tu mano, buscando no cerrar tus ojos y sucumbir ante el sueño que tenías.

estiró uno de sus brazos cuando un semáforo se puso en rojo y acarició y apoyó su mano sobre tu rodilla, logrando captar tu atención y que vuelvan a mirarse. le sonreíste una vez más mientras "mirenla" de ciro y los persas sonaba de fondo.

"mírenla, en sus ojos hay placer
mírenla, cuando te enamora"

one shotsWhere stories live. Discover now