Prólogo

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Kendall recuerda que cuando tenía alrededor de doce años una nueva familia se mudo al frente de su casa. Eran una pareja inglesa con dos pequeños hijos; una niña y un niño, Kendall recuerda bien a esos niños porque llegó a cuidarlos en un par de ocasiones alentada por su padre a cambio de dinero o algún capricho suyo.

El niño, Joseph, siempre fue un insoportable para ella, queriendo correr y saltar por todos lados parecía más un can que un niño. La niña, Marie, o como solía llamarla en aquellos años 'Toni', era más tolerable aunque extraña; se quedaba pegada a ella solo mirando y sonriendo todo el tiempo. Mientras su hermano enterraba y desenterraba cosas en el patio como perro, la niña dibujaba tranquilamente a los pies de Kendall mientras la pre adolescente revisaba su teléfono o miraba la televisión.

Ninguno tendría más de 7 años en aquel entonces, Kendall dejo de ser su niñera cuando comenzó con su carrera como modelo así que su convivencia no fue muy larga. No se encariñó con los pequeños aunque ellos si con ella, Joseph robó varias pulseras y accesorios suyos para obligarla a volver mientras que Marie deslizaba cartas adjuntas de decenas de estampillas y garabatos en el buzón de los Jenner siendo demasiado tímida para dárselos a la propia Kendall.

Como sea, Kendall no le dio gran atención a los infantes y dejó que fueran sus hermanas y su madre quien recuperará sus cosas y recibiera las cartas que jamás abrió. Fue algo que solo duró un par de meses recuerda, luego buscaron a una niñera apropiada de agencia y la dejaron en paz.

Jamás se volvieron a acercar a ella así que no sabría como definirlos actualmente, más que a la chica, ella seguía siendo rara; la miraba fijamente cuando creía que estaba distraída y se derretía en sonrisas si decidía devolverle la mirada. Raro.

No eran amigas, así que Kendall no entendía porque su familia la estaba presionando tanto para ir a desearle feliz cumpleaños a Marie.

— No sean raras, ¿por qué lo haría?— argumentó una vez más la modelo mirándose rodeada de su familia.

— Un gesto amable nada más— sonrió Kris.

— Debe estar celebrando con sus qmigos. Sería super confuso qué llegué de la nada a decir 'Hey, feliz cumpleaños'— insistió Kendall buscando apoyo en sus hermanas.

— No seas tímida Ken, iré contigo. Anda, vamos a comprarle un regalo bonito— arrullo Khloé burlándose de la situación.

— Nunca recibí una felicitación de ella, ¿por qué yo debo hacerlo?— se aferró con el ceño fruncido.

— Oh en eso te equivocas, querida— volvió a reírse Kris.

La pequeña Marie había ido cada cumpleaños de Kendall puntual a dejar una carta cada vez más larga y reveladora adjunta a alguna joya preciosa que había hurtado del joyero de su madre que Kris se encontró devolviendo posteriormente a la señora Graham. Toda la familia KarJenner estaba al tanto del crush qué tenía Marie por Kendall y lo apoyaban silenciosamente como algo tierno e inocente.

Al principió sospecharon de Joseph qué enviaba a su hermana como cartera para sus garabatos de amor, pero él niño siempre fue demasiado hiperactivo para llevar acabo cosas tan detalladas como los lindos sobres qué llegaban a su puerta cada 28 de noviembre.

Kris siempre trato de hacerle llegar las lindas notas a su hija, pero como adolescente malhumorada que era realmente jamás les presto atención y quedaron para ser almacenadas.

Conforme Marie se hizo mayor dejó de robar joyas de su madre y comenzó a adquirir piezas propias que si qué se podían conservar. Kris y el resto del clan vio a esa niña enamorarse de Kendall a través de cartas y piedras preciosas, por eso ahora que cumplía la edad legal querían darle la sorpresa de que Kendall le devolviera la inocente acción.

Cinnamon | KENDALL JENNER Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum