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⭑ oscuridad

¿Si Thomas sentía la fría soledad incluso en medio de la calidez de la primavera?

Él lo hacía.

Su pecho, cuya resistencia desde hace mucho tiempo había considerado insuperablemente fuerte, aveces cede ante la presión.

Pero, sabe que no se trata de una soledad cualquiera. No como la que sientes después se irse alguien a quien viste todo el día, no esa que parece atascarse hasta que te deja ir.

Sino que, más bien, es aquella soledad egoísta que surge cuando te das cuenta de que nunca eres exactamente una prioridad.

Su caparazón era su refugio, podía permanecer ahí si quería. Nadie era capaz de sacarlo, ni siquiera Kenny con sus intentos amigables. Si, porque él quería dejarlo libre de la prisión que se había construido para si mismo.

Porque lo tenía todo, ¿No? Una casa estable con una familia increíble, un buen futuro que le esperaba a la vuelta de la esquina, y, sin embargo, aquella visión futura ni siquiera le producía una sensación mínima de felicidad.

Aún teniéndolo todo, ¿De que servía si en realidad él sentía como si no tuviese nada?

A su corta edad incluso había pensado en el suicido como el escape de aquel crudo sentimiento que no dejaba de martillearle sin piedad, pero no era una idea que se vió como concreta. Incluso duda que hubiese sido una idea en absoluto. Solo parecía una opción lejana que venía después de solamente admirarse en un espejo esperando conformarse con su propia inconformidad.

El ahora le importaba sustancialmente, porque estaba aquí, siendo vivido por él. Ahora mismo no era más que un alma tristemente encadenada hacia el sentimiento del amor y claro, la soledad de la que hablaba en un principio.

Porque aunque se lo negase, aunque quisiera prohibírselo, estaba completamente enamorado de Craig Tucker. Estaba amándolo como se ama a los diecisiete años, tontamente y con la sensación de que se tiene el poder absoluto sobre el mundo que se está pisando.

Podría decirse que así era, pero Thomas no sabe si es exactamente de esa forma que tantos libros le describen que debe de ser. No tiene idea si aquel horrible y espantoso encanto que siente cuando la sonrisa de Craig se expande mostrando sus encías, se trata de ese algo maravilloso que logras leer entre lines dentro de un texto de amor. No le parece que sea así.

¿Exactamente quién fue el que el que propuso que el amor era un sentimiento enlazado a cosas buenas?

Él quiere saber para explicarle porque está equivocado.

Porque cree que, necesariamente, el amor debería ser detestado tanto como lo es el odio o la traición. Debería ser excluido de la sociedad como algo asqueroso que jamás debería tocarnos y que si lo hace es tan terrorífico y tóxico que necesitamos deshacernos de él rápidamente.

Porque amar nos hace velar por otros y olvidarnos del individualismo. Nos hace ciegos sobre los defectos ajenos pero demasiado intuitivos sobre los propios.

Incluso cuando Kenny toma su mano y le intenta explicar que es solo una visión distorsionada que nació a raíz de su mala experiencia, él lo niega. Niega que se trate de eso.

Amase a Craig Tucker o amase a alguien más, la sensación en su pecho solo le genera náuseas y dolores de cabeza.

¿Eso es lo que buscan las personas?, ¿Eso es lo que anhelan con tanto escándalo?

¿Amor puro?

Esa clase de cosas no existen más que en las historias que le cuenta a Tweek antes de dormir. Porque, ¿Es posible una cosa como esa realmente?

¿Amar sin ser egoístas aunque sea un segundo?

¿Amar sin tener celos?

¿Amar sin, en algún momento, recurrir en la sumisión inminente por otro que pronto no hará más que pasar la página y olvidarse de ti?

Los individuos son personas dementes, aman durante años y luego dicen adiós como si no hubiera sido la gran cosa.

¿Qué fin tiene entonces amar si uno de los dos tarde o temprano termina rindiéndose ante la monotonía de saber exactamente todo sobre la persona que tiene al lado?

Si el amor es desechar, si el amor significa perder, ¿Cómo es posible que siga considerándose una de las sensaciones más bonitas, uno de los sentimientos más esperados?

Cuando Thomas mira a Tweek sumergido en sus cuentos de hadas, rodeado de aquel positivismo que le enferma, cree seriamente que va a sufrir cuando se entere, cuando sepa la verdad.

Y mientras sus ojos se mantienen a raíz de la imagen de su hermano abrazándose tan fuerte contra el cuerpo de Craig Tucker cuya contextura física carece por completo de masa muscular, pareciendo que van a romperse mutuamente, cree que va a ser doloroso, profundamente doloroso lo que la realidad va a hacerle a ambos. Pero a medida que limpia sus lágrimas con la manga de su suéter, piensa que no dará un paso más al respecto. 

Que no dirá nada más hasta que lo crea necesario.

Que desde ahora, dejará que Craig Tucker sufra el rechazo por primera vez en su maldita vida.

Y que Tweek, tendrá que saber por primera vez que todo el mundo de colores que sus padres y él crearon a su alrededor no se trata de nada más que de una pintura de mala calidad que solo necesita una fuerte lluvia para desaparecer por completo.

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Hasta aquí llega la historia, muchas gracias por pasarse a leer.  🤍