Capítulo 21

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El hombre no detectó nada sospechoso, siempre le había enseñado a su hijo a disculparse con alguien cuando hacia algo malo, por lo cual no podía darse cuenta de que el moreno estaba mintiendo.

Mientras tanto, kakuzu seguía subiendo por las escaleras, al estar ya arriba caminó pensando para donde pudieron haber ido los dos albinos, puso su atención hacia sus oídos para que lograran captar algún sonido, espero unos segundos hasta escuchar un golpe, como una cachetada, confundido por eso se acercó lentamente tratando de hacer el menor ruido posible. Al estar cerca de una puerta escuchó la voz de la mujer, al parecer estaba furiosa.

---¿Me puedes explicar lo que acaba de pasar?---Preguntó la albina queriendo no alzar tanto la voz---

El menor solo se quedó callado mientras su mejilla se tornaba roja, no quería seguir escuchando a su madre, siempre eran los mismos gritos y problemas con ella.

---Respondeme, Hidan---Exigió la mujer volviendo a golpear a su hijo, su paciencia no era muy bien controlada, cuando algo le molestaba no le dejaba a nadie una prueba de su furia---

Las cosas siempre eran así con ella, así como el padre de Hidan término siendo asesinado por ella, así como Kakuzu recibió el plato de comida en su cara, así como recién acaba de golpear a su propio hijo dos veces. Ella no tenía piedad con nadie y eso el albino lo sabia muy bien.

---¿Es así como piensas matarlo, Hidan?---Volvió a preguntar la mujer mirandolo fijamente---

Eso sin duda llamo la atención del castaño, rápidamente abrió los ojos de la sorpresa, ¿"matarlo"? ¿A quién quería matar? ¿Desde cuándo? En su cabeza solo eran preguntas, era normal en una situación así.

---¿No me vas a responder, Hidan?---Estuvo a punto de volver a golpearlo pero fue detenida por el menor---

---Sí tan desesperada estas de que ese imbecil se muera entonces matalo tú---Respondió el albino arto de ella---

---¡¿Cómo te atreves a hablarme asi?!---Grito la mujer no pudiendo controlar su volumen---¡Respetame que soy tu madre!---

---¿"Mi madre"?---Repitió incredulo---¿Desde cuando eres mi "madre"? Nunca tuve un buen recuerdo de una madre en mi niñez, solo de mi padre, el cual fue asesinado pudiendo hacer sido tu en su lugar---

Tanto como la mujer y kakuzu estaban sorprendidos por las palabras del menor. El moreno no se espero de que le tuviera rencor a su madre, siempre pensó que era normal su actitud tan arrogante y grosera de siempre, pero el hecho de que en verdad la odiara cambiaba las cosas, eso le llego a pensar diferente de él, ¿y si solo era una víctima más de ella? Nunca escucho como fue la infancia del menor y escucharlo decir aquello pudo entender  que no fue nada agradable.

En cambio con la mujer, ella estaba con la cara completamente roja de la furia, apretaba su puño con tanta fuerza que sus uñas provocaron que sus Palmas sangraran, no lo pudo soportar más y le dio un fuerte puñetazo a Hidan, este término cayendo al suelo. Kakuzu quedo asombrado por lo que acaba de escuchar, fue el golpe más fuerte que pudo haber escuchado de parte de una mujer, de repente escucho como unos pasos fuertes se aproximaban hacia él, rápidamente se escondió en el otro cuarto. La mujer salió llena de ira hacia el baño para tratar sus heridas, no quería que su esposo la viera así y la llenará con preguntas que no quería contestar.

En cambio con Hidan, este rápidamente salió del cuarto y corrió hacia abajo apretando sus labios, el moreno al verlo irse rápidamente lo siguió, ahora lo entendía todo, el problema siempre había sido ella.

El albino salió de la casa a toda velocidad, ignorando por completo a su padrastro que estaba sorprendido y a la vez confundido por su actitud. Ignoró todo lo que estaba a su alrededor, comenzó a llover hace poco, las gotas caían con fuerza, pero eso no le importo, no le importo mojarse, no le importo irse de casa y entrar a las oscuras calles, no le aterraba estar en ellas a esas horas, siempre que se sentía frustrado y molesto con su vida siempre iba a esos lugares, eran el primer lugar que tuvo para poder relajarse de sus problemas familiares.

Siguio corriendo sin parar, estaba totalmente mojado, no había ni una parte de su cuerpo que estuviera seca. Hidan odiaba a su madre, odiaba su vida, siempre era infeliz al lado de su madre, si tan solo su padre siguiera con vida tal vez las cosas serían completamente diferentes.

Estaba arto de todo, no quería seguir viviendo por más tiempo cerca de su madre, no perdió más tiempo y siguió corriendo a un lugar que conocía muy bien. En esa cuidad, había un área dentro de ella que era algo peligroso para algunas personas, personas que iban tomadas o personas que se sentían igual que Hidan, sin ganas de vivir. Se trataba de un puente que ayudaba a las personas a cruzar una carretera en donde era concurrida por muchos vehículos, siempre estaba llena de ellos y no había forma de pasar con tranquilidad. Por eso hubo la idea de construir un puente en esa zona, pero como fue mencionado antes, era peligroso para ciertas personas.

Cuando el albino ya estaba arriba no lo dudo ni una vez y se pasó del otro lado de las barras de mental que impedían caídas graves a la gente. Un par de lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Hidan, recordó bellos momentos que paso junto a su padre desde que era pequeño, siempre se habían llevado Super bien, entre ellos dos solo eran risas y bromas, ante eso el menor sonrió de gracia al recordar todo lo que vivió junto a su padre.

Después su recuerdo paso a como había conocido a Itachi, al igual que el albino, siempre le había gustado estar solo en las calles, robando y agrediendo a las personas que se cruzaba, esa era su forma de divertirse. Hidan también fue víctima de él y al haberse enfrentado a una pelea de vida y muerte, rápidamente se llevaron bien por la agresión que ambos tenían, el albino estaba feliz de por fin haber hecho un amigo, su madre nunca le había permitido eso, pero cuando supo sobre eso su padre difícilmente la convencio.

Itachi era una persona que el albino confiaba con toda su alma, siempre estuvo presente a todos sus problemas que él tenía, siempre lo escuchaba cuando tenía quejas sobre su madre y cuando se entero del asesinato de su padre rápidamente pensó en quitarse la vida también, cosa que no fue permitido por el azabache, juró que siempre iba a estar con él sin importarle cualquier cosa.

---*¿Me vas a detener esta vez?*---Pensó Hidan sonriendo aún con lágrimas saliendo de sus ojos---*Itachi*---

El menor cerró sus ojos y en lo único que pudo pensar antes de soltarse e inclinarse hacia adelante fue en sus dos amigos que siempre estuvieron con él, gracias a ellos su vida no era tan desagradable, se sentía mal por no decirles nada o por no tenerles en cuenta lo que estaba a punto de hacer.

---*Perdónenme chicos*---Pensó Hidan mientras se soltaba de las barras de metal---*Gracias por todo*---

Kakuhidan~Me enamoré de mi hermanastro~Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt