[Después de que sus esposas les insinuaran sobre la gran cercanía entre Enzo y Julián, los jugadores comienzan a sospechar que no tienen solo una amistad.
¿Es una confusión o una realidad? ¡No importa, mientras dejen a Alejandro ser el padrino!]
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"Yo..." Julián habló, pero Enzo puso su mano sobre la suya.
"¿Puedo hablar primero?" En realidad Julián no sabía exactamente que decir, supuso que su amigo iba a explicar su enojo contra el. No quería que Enzo volviera a irse, así que asintió.
"Perdón Juli, te trate como un pelotudo hoy, ayer, todas estas semanas. Te lastimé y-" Julián lo perdonó mucho antes de que se lo pidiera, y volvió a hacerlo cuando después de un mes entero Enzo volvió a decirle "Juli".
"Enzo, está bien, te perdono, todos tenemos malos momentos." Sus manos se acariciaban con delicadeza, el roce de sus yemas no cosquilleaban en sus pieles, sino en sus latidos.
"No, Juli, es qué no entendés. Fue por vos que yo estuve así de raro desde que tuvimos esa reunión el mes pasado."
"¿Por mí? ¿Qué hice?" La cabeza del cordobés se detuvo unos momentos intentando recordar que ocasionó este problema, pero en verdad no sabría que molestó a su compañero.
"Me volviste loco, eso hiciste." Julián se reía, no entendía nada de lo que Enzo trataba de decirle.
"No entiendo, ¿por qué estás enojado conmigo?"
"No estoy enojado, estoy enamorado de vos, me gustas Juli. No, no me gustas, yo creo que te amo."
"Para, para, ¿de qué estás hablando? ¿Me estás boludeando? Pensé que íbamos a hablar en serio." El cordobés soltó sus manos, pero Enzo las volvió a unir.
"No te estoy boludeando, te estuve ignorando porque pensé que así te iba a dejar de pensar un poco, pero no tenía razón. Te pienso todo el tiempo, allá en Portugal solo podía pensar en vos. Yo sé que esto me va a hacer perder un montón de cosas, está bien si no querés hablarme más o no sé, pero ya no puedo fingir que no me haces sentir así. No hay día en el que no estés en mí cabeza, Juli. Yo-" Julián lo empujó, con el ceño fruncido.
"Basta, si te parece gracioso todo esto a mí no, para." Se sentía incluso más herido que antes, no podía soportar a Enzo diciéndole todas las cosas con las que anhelaba al menos soñar.
"No estoy jugando, Juli, te estoy diciendo esto en serio."
"¿Con quién apostaste está boludez?"
"Con nadie, Dios, Julián, me estoy confesando."
"No te creo nada, salí."
"Creeme, entonces." Enzo junto sus labios con el cordobés, sintió que después de hacer eso era imposible para el morirse feliz, porque no podría morir sin vivir besando esa boca.
