— Ya que nos levantamos aprovecho, igual creo que están del otro lado tía.

Sol observó el lugar, notando que había algunos puestos con comida y que bien en el fondo se veía el cartelito que indicaba la presencia de los baños— Si, allá está, vamos que todavía tenemos tiempo. —señaló la tele que había en uno de los puestos y mostraba que aún los jugadores estaban realizando el calentamiento— ¿Te escribió tu papá?

El chico sacó el teléfono de su bolsillo desbloqueándolo— Sí, me puso... Me preguntó si habíamos tenido algún problema para entrar, un poco tarde ya. —Sol soltó una risita mientras los dos caminaban por el lugar hasta el otro baño— Y que él se iba a dar una vuelta por la concentración para saludarlos porque mi padrino le dijo que tenían unas horas libres ahora.

— Bueno vos anda que yo me quedo acá afuera. —mientras Benja entraba al baño, Sol se puso en cuclillas a un lado apoyando su espalda contra la pared mientras miraba su teléfono y las diferentes menciones que tenía en sus redes sociales. Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando leyó que la habían enfocado junto a Benjamín durante la ceremonia de apertura y Sol lo único que esperaba era al menos haber salido decente y no como una loca de mierda.

— ¿Sol? ¿Eres tú? —la chica frunció el ceño al oír que alguien la llamaba, y que no era la voz de Benjamín la que lo hacía, sino otra que le resultaba familiar con ese acento español. Al levantar su cabeza, Sol observó la figura de dos chicos frente a ella que estaban usando gorras de España, anteojos de sol y la camiseta de España.

— ¿Pepi? —el chico a su lado soltó una carcajada al escuchar como lo había llamado, recibiendo una mala mirada por el que había hablado, para luego volver su mirada hacia la chica con una sonrisa bajando sus anteojos para que pudiera ver mejor su rostro. Rápidamente la chica se puso de pie, acercándose para saltar sobre él abrazándolo con afecto, siendo recibida en los brazos del español sin problemas.

— ¿Has visto? Sí era ella, tenía razón. —habló el que aún la tenía en brazos hacia el otro— Aunque no esperábamos encontrarte aquí.

Sol sonrió, separándose de él para acercarse al otro— ¿Te puedo abrazar, Pablo? —preguntó pronunciando su nombre con tono burlesco.

— Ya sabes que sí. —respondió colocando sus ojos en blanco y abriendo sus brazos para que la chica se acercara. Sin dudarlo Sol se acercó a él rodeándolo por la cintura con afecto, aunque el abrazo duró menos porque si bien entre los dos había una gran amistad claramente no era como la que Sol tenía con el mayor de los dos.

— ¿Qué están haciendo acá? —cuestionó la chica arrugando su nariz tiernamente— ¿No deberían estar entrenando? ¿No juegan este miércoles?

— Sí, y hemos estado entrenando desde que llegamos, pero han decidido darnos unas horas libres hoy y como conseguimos boletos quisimos venir para ver toda la inauguración. —la chica asintió, lo mismo que estaba haciendo la Scaloneta, con la diferencia de que ellos habían preferido quedarse en donde se hospedaban.

— ¿Estás sola aquí, Sol?

— No, no. Estoy esperando a Benjamín, ya debería estar saliendo del baño. —los tres observaron la puerta y a los segundos apareció el chico, observando con confusión a los dos chicos hasta que abrió sus ojos con sorpresa al reconocerlos, chocando los cinco con ambos.

Los cuatro se quedaron charlando ahí durante algunos minutos, tratando de ponerse al día sobre sus vidas en ese escaso tiempo. El mayor de los españoles acordando con Sol que la chica iría a visitarlos cuando tuvieran tiempo libre otra vez y les permitieran el ingreso a sus familias y amigos, comentando que otros del equipo que también habían jugado con su hermano en el Barcelona y en el Manchester City, y con Lionel anteriormente, estarían contentos de volver a verla.

DAYLIGHT | julián álvarezحيث تعيش القصص. اكتشف الآن