II. El mundo que conocía

233 21 38
                                    






AN ODE TO EATERSCAPÍTULO DOSEl mundo que conocía

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

AN ODE TO EATERS
CAPÍTULO DOS
El mundo que conocía




          Cuando tenía diez años, Ruth Barlow fue adoptada por una familia con un solo hijo. Pensar en salir del orfanato para irse con ellos la hastiaba. En serio. Quería amarrarse a la pata de su cama chirriante en forma de protesta y no ser percibida por nadie. La idea no se quedó con ella mucho tiempo. Los Grimes eran una familia maravillosa.

El hijo, Richard, era mayor que ella. Cinco años mayor, para ser exactos. Con sus quince, sacaba todo el tiempo posible para estar con ella y comportarse como un hermano lo haría. Ruth Barlow, ahora Ruth Grimes, nunca fue capaz de agradecérselo con palabras. Por eso, lo ayudaba siempre que Rick lo necesitaba; estaba ahí junto a él cuando lo pasaba mal, cuando necesitaba consejos, intentaba portarse tan bien con él como él se había portado con ella, y aun así, sentía que nunca era suficiente. No porque él se lo hubiera dicho, claro está. Rick la quería desde siempre. Era su hermana pequeña. Su alocada lapa pegajosa obsesionada con la música y las actividades peligrosas.

Ruth quiso quedarse junto a él en el hospital porque Rick siempre había permanecido a su lado en los momentos más duros de su vida. Cuando murieron los Grimes, se sintió vacía. Elizabeth y Michael la habían salvado, después de todo lo vivido con los Barlow. En el hospital, junto al cuerpo inconsciente de su hermano mayor, Rue se repetía una y otra vez que todo iría bien. A veces, le contaba historias de su infancia que él se sabía de memoria, para ver si, al menos, al escucharla, su mente reaccionaba, pero nunca lo hacía.

No había un solo día que no deseara escucharlo toser o quejarse al despertar, y a veces se encontraba volviendo a aquellos días de invierno en los que montaban fuertes de almohadas para hacer fiestas de pijama y ver Los Goonies o Buffy Cazavampiros hasta que uno de los dos se quedara dormido, normalmente, ella. Rick la arropaba, pero no se movía de su lado hasta que los padres bajaban al salón y los despertaban. ¿Por qué ella no había cumplido su promesa? Cuando Shane salió por esa puerta y volvió a bloquearla con la camilla, Ruth se arrodilló junto a su hermano y le tomó la mano. Estaré contigo hasta que despiertes, como antes.

Rue sabía que estaba dormida, que un muerto la esperaba tras la puerta de su casa. Sabía que tenía que abrir los ojos, pero estaba tan cansada que ni siquiera podía obligarse a hacerlo.

Pero estaba con vida.

Como si eso fuese una razón más que suficiente, sus ojos se abrieron y se entrecerraron de nuevo frente a la luz amarilla que vio tras sus párpados. Un mundo de color que por momentos parecía haberse extinguido. La cabeza le pesaba, le tiraba hacia los lados y le apretaba las sienes. ¿Cuánto tiempo había pasado dormida? ¿Dónde estaba?

—¡Papá! ¡Ha despertado!

La voz de un niño la hizo mirar a su izquierda, donde pudo distinguir una figura humana que esperaba a su lado, con un trapo mojado entre sus manos que depositó en una bandeja antes de girar el torso hacia el arco que dividía la sala de otra. Entre borrones y parpadeos involuntarios, solo pudo ver que alguien más se acercaba y hablaba en voz baja. No entendía nada de lo que decía.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 20, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

An Ode to Eaters, The Walking DeadWhere stories live. Discover now