Es triste ver a personas que caen en esta situación por cosas como el vicio, cada loco con su manicomio, y cada uno de ellos sabe por si solo como terminaron así. Pero yo, ¿En qué momento empezó a salir todo mal? ¿En qué me equivoqué?

Analizo mi vida en un momento flash, recuerdo que he vivido cosas que no podía controlar, nacer sin ser deseado, ser criado por abusadores, sinvergüenzas e irresponsables. Ahí se van los primeros años, a consecuencia vienen todos los demás. Los años de provecho y reformación en el orfanato recuperé algo del tiempo perdido, aunque a veces se sintiera solo.

Me independizo he inicio mi carrera; eso fue bueno, quise superarme y tener un mejor futuro. Conocí a Helen, eso viéndolo desde ahora se ve malo, pero es su momento era bueno, me enamoré; a todos nos toca. Mis hijos tampoco son el problema, son lo más preciado que he tenido. Entonces ¿Por qué pasa todo esto? Puede que para mí no haya hecho nada malo, pero y si me equivoco y no veo el problema, será que si cometí una falta grave y por eso estoy pagando.

O será solamente que, aunque haya intentado obrar lo mejor posible, me cruce con las personas equivocadas. Me parece patético de mi mismo echarle la culpa a alguien más, pero si no le he hecho a nadie lo que no me gustaría que me hicieran a mí, entonces solo queda la posibilidad de que aun sin merecer se hayan ensañado conmigo, solo por el hecho de existir.

Interrumpo mi meditación, no tengo más tiempo para pensar en más nada, ha empezado a llover y tengo que buscar un techo para no mojarme, al no conseguir nada me quedo bajo una parada de autobús hasta que pase la lluvia; sin embargo, cada vez llueve más fuerte y pasando el tiempo, se juntan el cansancio del día con sueño por ya ser de noche, haciéndome ver la banca de la parada como la cama más cómoda, y termino rendido durmiendo con el arrullo de las gotas de lluvia al caer.

Me despierto aturdido por la bocina del autobús que llega a la parada, varias personas lo estaban esperando, pero ninguna se acerca al banco por yo estar acaparándolo por completo, me levanto rápido dispuesto a intentar sobrevivir un día más. Tendría que aprender cómo es la vida en la indigencia, y rápido; tengo hambre otra vez.

Observo desde una acerca paciente, viendo los movimientos y comportamientos de las personas en mi misma situación de calle. Los veo comer cosas desechadas a punto de pudrirse, y pensar que pronto estaré igual. Otros buscan en la basura sin tener mucho éxito, esa opción la descarto, al ellos no encontrar nada yo menos iba a hacerlo, han escaneado por completo el contenido de cada una de las bolsas de basura del callejón.

Seguir así no es una buena idea, antes de mendigo tuve una vida de beneficios y comodidades, no eran cosas ostentosas, pero cualquier cosa es mejor que esto. Me levanto y con pena en el corazón ruego y apelo al lado generoso de las personas en las calles y en los autobuses pidiéndoles limosnas. Al cabo de unas horas tengo algo de cambio, pero tengo que administrar bien este dinero, regateo y rebusco un lugar que no sea tan costoso, ahora hasta el puesto más humilde es una restauran.

Compro pan solo para comer ese día las tres comidas, y guardo el resto. Cuando vuelve a oscurecerse mi habitación es una plaza y mi cama un pedazo de tierra con vegetación al lado, al día siguiente no despierto agradablemente, tengo un hombre de limpieza gritándome que desaloje el lugar, he perdido mis capacidades del habla, las palabras no me quieren salir de la boca por eso me voy sin más. Y vuelvo por la misma rutina de ayer.

Seguí así por varias semanas, el agotamiento mental es excesivo, mi mala condición alcanzo a demacrar mi cuerpo y las pocas ropas que traía encima, se convirtieron en harapos llenos de polvo y miseria. Me bañaba pocas veces con el agua de lluvia que caía por las canales de los techos de los edificios, pero era pocas las veces que llovía; además, me la pasaba la mayor parte del tiempo recolectando un poco de dinero y comida.

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