9

264 27 7
                                    

El león comenzó a parpadear, un leve rayo de sol que escapó de la persiana golpeaba sus ojos, frotó su rostro, soltó un bostezo y se reacomodo en su cama, de pronto el fuerte sonido de la voz molesta de Akihiko fue lo primero que escuchó:

— ¡¿Porqué demonios no tienes shampoo?!

Daiki a la velocidad de un rayo recordó lo del día anterior y antes de que cantara un gallo se incorporó para quedar sentado en su cama, aunque esto le provocó un leve mareo.

— ¡Solo usa el jabón y ya!

El lobo estaba gritando desde el baño por lo que su voz se perdía entre el sonido del agua cayendo, aún así, seguía hablando.

— ¿Quién usa el jabón para lavarse el pelo?

Mientras seguía discutiendo sobre usar shampoo o no, Daiki se levantó por completo de su cama y sin preocuparse por tenderla encendió su celular, confirmó que la alarma había sonado a la hora que debía, se dirigió a la cama de su compañero y para su sorpresa, el montón de ropa que tenía desacomoda ya no estaba.
La discusión del shampoo había terminado, pero no pasó mucho tiempo para que el rubio gritara de nuevo.

— ¡Akihiko! ¡¿Qué hiciste con mi ropa?!

— No sabía si estaba limpio o no y yo dormí ahí así que lo llevé a lavar.

— Bastardo!!! Ahí tenía el uniforme que utilizaría hoy.

El silencio por parte de Akihiko hizo que Daiki soltara un gran suspiro, de pronto recordó que tenía un uniforme de repuesto guardado en su cajón, estaba prácticamente nuevo por lo que no era tan cómodo como los demás pero era justo lo que necesitaba.  Sin embargo...el cajón estaba vacío...

— ¡¡Akihiko!! ¡Lobo descerebrado! Donde dejaste mi uniforme de respuesto?!

— ¡Maldito león malagradecido! Te cuidé y así es como me tratas?

Los gritos subían más de volumen, a pesar de que la voz del pelinegro tenía cierto tono de diversión, sarcasmo e ironía.

Un pequeño grito de frustración por parte de Daiki no se hizo esperar.

— Para empezar, estás usando mi ducha y te dejé dormir aquí así que dime dónde está mi uniforme.

Pasaron unos momentos de silencio hasta que Akihiko habló de nuevo, esta vez con su habitual voz.

— ¿Piensas que voy a ir a mis clases desnudo? Te lo daré luego...

El agua cesó y se escuchó como la cortina se movía, seguramente en estos momentos el lobo se estaba secando.

— ¡¿Porqué no fuiste simplemente a tu habitación por el tuyo?!

— Definitivamente no iba a andar caminando por ahí sin haberme duchado.

— ¡¡¡Pero llevaste mis cosas a lavar!!!

— Sí y?

— Saliste - Sin - Ducharte.

— ...

Con las venas a punto de explotar el león se quedó frente a la puerta del baño esperando una respuesta, cuando supo que no iba a obtener lo que quería suprimió un pequeño grito de frustración, luego volvió a hablar.

— Dame mi uniforme, usa cualquier otra cosa que no hallas llevado a lavar y ve a tu habitación por el tuyo.

— Mi habitación está muy lejos, llegaré tarde si hago eso.

— ¡Como si me importara!

— ...

— ¿Sabes qué? Olvídalo, igual llegaré tarde esperando a que desocupes el baño, ¿cuál es el número de tu habitación?

— 216a, ¿porqué?

En cuanto obtuvo su respuesta, el apodado delincuente salió a toda prisa del lugar con el llavero que el lobo había dejado en la mesa, solo había tres llaves y un adorno de una mini-galaxia, supuso que una llave sería de su casa, otra de su dormitorio y no había necesidad de buscar el origen de la tercera.

Mientras cerraba la puerta de su habitación alcanzó a escuchar la voz de Akihiko: "Daiki... ¿Daiki sigues ahí?"

El rubio se rió un poco y aceleró su paso, confiaría en el pelinegro para que cerrara su habitación con llave al salir.

[...]

Daiki llegó frente a la puerta con título "216a", se quejó un poco por lo lejos que quedaba y lo que tuvo que caminar, subir escaleras definitivamente no era lo suyo, por lo menos el edificio era el mismo, ahora ya casi no le quedaba tiempo para alistarse y eso que después de haber faltado quería llegar temprano.

Probó con la primera llave, no logró que girara por lo que intentó con la segunda, esta vez la perilla cedió fácilmente, abrió tranquilamente la puerta mientras repasaba alegremente su plan y comenzaba a menear la cabeza pensando en una canción.

Justo cuando abrió la puerta se encontró con un híbrido oso que estaba a punto de abrir desde dentro, ambos se quedaron quietos, la mirada del oso se dirigió al llavero en manos del león y después de hacer una mueca, habló.

— ¿Quién eres?

Daiki se golpeó el cerebro internamente, estaba tan acostumbrado a estar solo en su habitación que no se le pasó por la mente la idea de que el compañero de Akihiko estuviera presente.
Hablando de Akihiko, el rubio soltó una inconsciente risa divertida de imaginar la expresión del lobo cuando se diera cuenta que sus llaves no están.

Cuando sus ojos miraron nuevamente a la persona en frente suyo, la seriedad volvió inmediatamente.

— Soy un amigo de Akihiko.

A pesar de su manera moderada y formal de responder, en su mente pensaba algo así: "¿Quién se cree que es ese oso para preguntar quién soy?"

— Ah...bueno.

Cómo si desde el inicio nunca le hubiese importado, el perezoso chico pasó a su lado empujándolo un poco, dejando el camino libre para entrar al cuarto ahora vacío.

Daiki decidió no pensarlo más y entró, supo cuál era la cama de Akihiko por el leve aroma que desprendía, luego buscó un poco y tomó un conjunto de uniforme deportivo, no tuvo ningún problema en eso, todo estaba ordenado.  Tomó una ducha rápida, se cambió y empezó su camino para llegar a su segunda clase, quizá era un poco tarde para la primera, o tal vez no, pero se le habían quitado las ganas de ir, ahora solo quería quedarse acostado en la cama de cierto lobo, únicamente porque su almohada se veía muy cómoda, obvio.

[...]

El día transcurrió con una extraña normalidad, el príncipe y el delincuente parecían no estar destinados a encontrarse, tampoco se esforzaban mucho por buscarse, sin embargo, tarde que temprano tendrían que devolver los uniformes ajenos... y las llaves.

Solo rivales?... [Alfa x Alfa]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن